En estas etapas pasan (pasaban) estas cosas

Me va, me va, me vaaaaa

Pues estas cosas pasan. Cuando se disputaban las etapas llanas, estas cosas pasaban: caídas, cortes, situaciones de carrera. Cuanto más larga la etapa, mejor. Ahora, como no se disputan este tipo de etapas, todo parece novedad, y proliferan los titulares tipo “El Giro, patas arriba” (sic) o “Vuelco en el Giro”. Por una puta montonera cerca de meta, y un par de aspirantes fuera.

No voy a volver con la letanía: el enemigo del ciclismo está dentro. Los plumillas de esto, lo primero. Lo sucedido ayer en la etapa paisajística-intranscendente camino de Eslovenia -tiene narices programar algo así para el sábado, supuesto día de máxima audiencia- no dejaría de ser un día más en el ciclismo de no hace tantos años, pero ahora se convierte en hecho catárquico y de la máxima relevancia.

¿Por qué? Porque son ellos mismos los que se han acostumbrado a que no pase nada, y lo pactan así: los ciclistas con su Mafia de las fugas pactadas, y los que supuestamente narran esto, con su silencio cómplice. En ese sentido, en el de dejar a cada uno retratado en su hipocresía, la etapa de ayer resultó perfecta. 

De entrada se formó una fuga inicial con hasta diez nombres (¡peligro! ¡Espectáculo! ¡Iba a tocar trabajar!), entre ellos Van Aert. Garantía de que iba a llegar a meta, o de que el pelotón iba a pasar el día sudando. Por supuesto, se organizó todo para tirar abajo ese peligroso movimiento, y que todo volviese a su cauce natural.

La siguiente fuga fue de cinco corredores, cuatro dado que Meintjes se descolgó inmediatamente, porque son su cuerpecito poco iba a poder aportar. Ya se había cumplido el pacto de la Mafia, con una salvedad: uno de los integrantes era Asgreen, ya presente en el primer movimiento y, como ya se dejó escrito por aquí, basta con que haya un gran rodador por delante para que se pueda vencer al pelotón.

Y para eso da igual que el pelotón no diese más allá de los 2´ consuetudinarios, para así no entrar en posibles opciones para la escapada, y fingir el paripé de que hay disputa. El día anterior había caído una gran nevada sobre los Alpes Cárnicos y Dináricos y, aunque el recorrido iba por cotas bajas (apenas mil metros de desnivel acumulado en casi 200 km. de etapa), parecía claro que iba a aparecer la lluvia.

Muy cómodo

Lo hizo esporádicamente durante todo el recorrido por sugestivos pueblos rodeados de viñas, todos con su campanario reconstruido tras la I Guerra Mundial, todos fotocopiados en su idílica estampa de postal. En la parte final y ya dentro del circuito, en un tramo urbano de empedrado decorativo, se produjo una montonera en la cabeza del pelotón a 23 km. de meta.

¿Hubiese llegado la fuga de no ser por la montonera? Es difícil saberlo. Por lo general, no, porque la etapa había sido poco exigente, pero cuando va alguien como Asgreen por delante siempre hay más posiblidades. Del caos de bicis y cuerpos -acrecentado por haber sido en un sitio muy estrecho- salió un grupo delantero donde el Jumbo tiraba muy fuerte para las opciones de Koij, y otros grupos más retrasados donde había favoritos.

El más perjudicado, Ciccone. Aunque entró a 15´, ha terminado abandonando la carrera por una lesión muscular. Nada nuevo, por otra parte. A pesar de tener 30 años, jamás ha acabado una Gran Vuelta en el top-ten. Por lo que sea, pero la historia se repite. Maillot amarillo del Tour, ganador en la etapa del Mortirolo, con sprint en cuesta, pero nunca llega.

¿El resto? Pues nada excepcional, nada para escribir “vuelco en el Giro”. Son cosas que pasan, o que pasaban. Caídas y perdidas de tiempo en etapas llanas, qué novedad. ¿Tenía que haber esperado el Jumbo? ¿A 23 km. de meta? ¿Estamos locos, o qué?

Del Toro, que circulaba muy delante y que aun así acabó en el suelo, consiguió enganchar con el grupo impulsado por el Jumbo. Indurain, en sus cinco Tours victoriosos, siempre circulaba por delante. Gastas más, corres menos peligros. Ayuso, que no ha ganado nada, siempre va por detrás, ampliamente entendido. Han pasado ya muchas etapas y, salvo en la única llegada en alto, en todas las de línea Del Toro ha sacado tiempo a su compañero de equipo y supuesto líder.

Seguía celebrando….

En la fuga Asgreen se desembarazó de sus dos compañeros italianos -Davy se había quedado a 40 km. de meta- y se fue en solitario a por la victoria de etapa. Solo tiene 14 victorias como profesional, porque no es un ganador. Es un rodador al que la fórmula Lefevre le dio un Tour de Flandes (y qué foto para la Historia, sentando al sprint al mejor corredor de la historia en esa prueba) y poco más, un par de etapas en el Tour ganadas de manera maravillosa, como esta. Nació en un tiempo equivocado, en el que se piensa que estos recorridos, que esta manera de ganar, no aportan espectáculo.

Tras la victoria del danés, merecida porque el ciclismo siempre premia a los atacantes (¡un saludo a Jelle Wallays!), quedó el tiempo del recuento. A 16″ llegó la avanzadilla del pelotón, en un sprint ganado por Groves ante Kooij y Aular, mientras que Carapaz, Gee, Simon Yates y Damiano Caruso, además de la maglia rosa, empezaban a contar los segundos con otros favoritos.

A 1´04″, y por tanto perdiendo 48″ con el líder, entró un gran grupo con Roglic, Bernal, Arensman y Ayuso, mientras que Tiberi se iba a los 2´. Por supuesto, en una carrera que solo ha visto un final en alto y un único gran puerto (San Pellegrino, a 100 km. de meta), estas diferencias son una “revolución”, pero ¿es necesario usar esos términos cuando el líder sigue siendo el mismo? ¿En serio? Qué poco ciclismo, y qué poca memoria.

Hoy la carrera afronta una etapa de montaña diferente. Son más de 220 km. subiendo la solemnidad del Grappa a 100 km. de meta, y después un final por la meseta de Asiago. Por las características de la montaña -una de esas que se tarda una hora en subir, más de 20 km. de ascensión- deberían pasar cosas, y también por el hecho de que mañana es día de descanso.

Lidera Del Toro, que ya debería tener al equipo a su servicio, con 1´20″ sobre Simon Yates, 1´26″ con Ayuso, 2´07″ con Carapaz, 2´23″ con Roglic, 2´54″ con Gee y el entorno de los 3´ con la dupla del Bahrein Caruso y el MataGatos. El Giro estaría abierto, pero un mexicano está empezando a descontar los días hasta Roma.

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Pensabas que nunca lo necesitarías….hasta que lo necesitas. #publicidad

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El Nietísimo anuncia, con solemnidad, que va a correr el Dauphiné. Tiene 30 años y todavía no había salido nunca en la carrera. Ojalá deje momentos como los de aquella Vuelta a Suiza donde, siendo líder, atacó en el valle antes de la primera subida de la carrera, para después abandonar sin haber subido ni una pendiente.

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4 thoughts on “En estas etapas pasan (pasaban) estas cosas

  1. Pasaban estas cosas porque no se paraba mientras no lo dijese el director de carrera, desde que las decisiones las han empezado a tomar corredores, ellos han ganado en descanso y nosotros en aburrimiento.
    Espero que tomen nota unos cuantos y la próxima vez que el Tony Martin de turno los mande parar le tiren un bidón a la cabeza, cómo los han engañado con la deportividad tantas y tantas veces. Deportividad hasta que a mí me conviene no hacerla. Ya lo decía “superman” López: “siempre son los mismos tontos”, los que paran.

     
  2. Ayer roglic debería haber tirado del grupo, no? Para minimizar pérdidas, dado el caos reinante.
    Creo.quenen El monte grappa no va a pasar nada, pero nunca se sabe. A ver si puedo verlo.
    Ayuso, aparte que del.toro está mejor, va a estar muy maniatado. Ni tendrá equipo para ayudarle ( al revés). Solo una debilidad de del toro provocada por roglic puede ayudarle.

     
  3. Magnífico primer pie de foto. En otro orden de cosas, ¿quién es el “matagatos”?
    Gracias por adelantado.

     

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