Cinco etapas, dos regaladas
Ya van dos etapas del Giro así: perfil completamente llano, y el pelotón desatendiendo completamente sus funciones. Quedan otra más, una vergonzosa Ravenna-Verona, donde no han tenido la decencia de subir el Torricelle, aunque solo fuese como homenaje a los Mundiales disputados en Verona.
Si observan con desdén el perfil de la etapa, parece ideada ex-profeso para lo que ha pasado. Un recorrido de tiralíneas por la Via Emilia entre Modena y el mar y, una vez llegados ahí como un veraneante más, un ligero descenso por la costa hasta el final en Cattolica. No es la primera, ni será la última vez, que el recorrido se limita a seguir la antigua vía romana sin ningún otro tipo de añadido.
En estos casos los paniaguados se aferran a la posibilidad de que haya viento, y lo hubo. Sin embargo, el Giro no es una carrera de abanicos, ni la actitud del pelotón es buscarlos.… Leer más