Un caso de pérdida marginal (y arrogante)

Con la París-Niza ya acabada, y la Tirreno a punto de hacerlo con una crono-circo de 10 km. (ir y volver en un paseo marítimo), es hora de recuperar un tema de los últimos días y que enlaza directamente ambas carreras más allá de su coincidencia de calendario o sus respectivas derivas, algo ya tratado recientemente y que, paradójicamente, el caso de hoy sólo ha agravado aún más.

El pasado 7 de marzo, a dos días de que empezase la carrera francesa y a cinco de que hiciese lo propio la ronda italiana, Chris Froome -la mayor estrella del ciclismo mundial-, originalmente inscrito en la Carrera de los Dos Mares, realizaba este anuncio:

Slight inflammation in my lower back, so I’ll be putting my feet up for a few days on doctors orders. No racing for me in Tirreno next week.

— Chris Froome (@chrisfroome) marzo 7, 2014

Un malvado dolor de espalda, que la hábil propaganda italiana convirtió en una grave dolencia que iba a comprometer su defensa del título en el Tour (así maquillaban el desplante a su carrera), dejaba fuera al corredor keniata. Por si a alguien le interesa: ya está repuesto y es de la partida para la Volta que empieza este lunes, pero ya habrá tiempo de comentar este importante evento, que este año se presenta una cita obligada como pocas veces en su centenaria historia.

Siempre ha pasado que figuras del deporte se den de baja en citas deportivas apalabradas, aduciendo dolencias inventadas o exageradas (“dolor de espalda”, como si fuese un funcionario), pero lo que viene siendo una práctica muy difundida -vean sino el circo de la ATP- se ha convertido en un nuevo caso de la arrogancia y el desdén con el que el Sky ha irrumpido en este deporte ya suficientemente maltratado. Al menos en este caso el desplante -a falta de mayores consecuencias en el futuro- se ha saldado con un efecto boomerang inolvidable.

No habían pasado ni 24 horas del anuncio de Froome cuando el Sky anunciaba, en una medida sin precedentes entre carreras del mayor nivel, que traspasaban a Richie Porte de la París-Niza a la Tirreno-Adriático para sustituir al simbiotizado con la bilharzia. A menos de un día del inicio de la carrera francesa, desde tiempos recientes carente de figuras y que ve año tras año como su nivel se ve fagocitado por la competencia italiana. Es todo un desplante a ASO, la poderosa organización que controla gran parte de las carreras del calendario World Tour.

El sustituto de Porte en París-Niza no daba las mismas garantías, puesto que fue Geraint Thomas, todavía hoy carente de palmarés relevante en el pelotón. Menos aún las excusas del Sky, sobre que el recorrido de Tirreno se adaptaba mejor a las características del corredor australiano. Tirreno, donde hay dos estapas por encima de los 220 km., que como las afrontes sin entrenamiento específico te puedes olvidar de la lucha por la general.

Note el lector el sistema de cromos intercambiables con el que funciona la cuadra de Brailsford, ya patente con la alternancia Wiggins-Froome en los más alto del podio del Tour: da igual que corredor llevemos o el tipo de carrera, que vamos a estar para ganar. Con esos mimbres, que nadie se extrañe que SuperLópez (antes conocido como David López) ataque en La Redoute, o incluso gane alguna carrera como ya hizo el año pasado. Lo que cuenta es la fórmula y no tanto el poseedor, como en los tebeos de Asterix y Obelix.

Desde luego, tanto Geraint Thomas como Porte iban a ganar, pero las cosas han salido mal. El buen corredor galés se cayó en la penúltima etapa de París-Niza cuando era segundo de la general, después de haber perdido el liderato el día anterior. Son cosas que pueden pasar en carrera, como indica la caída de Wiggins en el Tour 2011 antes de afrontar la montaña. Más raro ha sido lo de Porte, claro.

El compacto corredor lo hizo muy bien en la etapa de 245 km. de Tirreno, entrando cuarto y aguantando con los mejores, cuando no pasando en cabeza en alguna persecución. Sin embargo, algo le debió pasar en la noche transcurrida en Leonessa, hasta tal punto que, siendo cuarto de la general, abandona súbitamente, sin ni siquiera tomar la salida.

El equipo, no precisamente conocido por su transparencia aunque alardeen de ella (siguen diciendo que jamás han medido el V02Max a Froome), publicó un comunicado de prensa que sólo alienta la especulación: hablan de una “enfermedad” (sin ni siquiera describir síntomas como fiebre o vómitos) para, a continuación, decir que en 48 horas volverá a entrenar. Podían haber dicho “dolor de espalda”, así se ahorraban una nueva redacción a cargo de Fran Millar, hermana de uno de los dopados más famosos de la historia (porque él lo ha querido así) y felizmente colocada en su cargo por su valía y no por su parentesco.

¿Qué sucedió en Leonessa? Es muy probable que nunca lo sepamos, pero es lícito suponer que algo relacionado con el súbito cambio de plan de carreras de Porte. Un corredor que afronta para ganar una carrera que incluye una etapa de gran fondo -y de la que salió exitoso- sin preparación previa, y que abandona de noche y por “enfermedad” no especificada. Por supuesto, en el equipo nadie ha asumido el gran fracaso de la operación de cambiar a Porte de carrera.

Tiene sus consecuencias, claro: el año pasado el Sky iba a ganar el World Tour, cuando un inesperado Beñat Intxausti ganó el Tour de Pekín y desbancó al equipo británico en el último momento y en la última carrera. Sin decir que lo iba a hacer, el Movistar se planteó ese objetivo. Este año ya no pueden ir con esa táctica, y la realidad es esta:

El Sky defendía en París-Niza los puntos de la victoria de Porte y dos etapas, y apenas ha conseguido un segundo puesto en una etapa con G. Thomas. En Tirreno defendía el segundo puesto de Froome y una etapa, y es probable que se vaya sin ningún resultado, a pesar de la buena actuación de Nieve. Por contra, Movistar ha quedado cuarto en Francia con el especialista en la disciplina Rojas, además de un segundo puesto en una etapa, y en Italia Quintana puede acabar segundo en la general.

Es un pequeño ejemplo de pérdida marginal por un error de planificación y un poco de mala suerte (la caída de Thomas), pero también de la arrogancia de cambiar los corredores como fichas de parchís. Para que después enfermen súbitamente. Con pronóstico de 48 horas. Sin duda, otro ejemplo más del ciclismo que cambia, especialmente por la poca relevancia que se ha dado al asunto.
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Las estrategias de Jose Rodríguez, afamado abogado “deportistiva” ex-ciclista, se basan siempre en lo mismo. El término adecuado es dilatar en el tiempo, pero el uso popular tiene otra expresión equivalente con la palabra fango. Ahora ha inventado una cita para que los dos amigos coman en el pueblo de la Senadora, y así ganar algo de tiempo. También alguien gana algo más de dinero. Después vendrá el TAS, la marca España y lo de siempre.