Todos los días Pogacar
Que Pogacar no iba a tener ninguna oposición en el Giro era una cosa bien sabida desde el mismo momento en que empezó la carrera; que el dominio que iba a ejercer el esloveno fuese tan tiránico había alguna previsión, pero no hasta el punto que se ha visto en esta primera fase ya concluida, de nueve etapas.
Un dominio absurdo, completamente injustificado, que le ha llevado a ganar en su terreno, a demostrar que tiene equipo, y también a aleccionar, al más puro estilo de Armstrong, que no admite disidencias. Todo eso se ha visto en estas últimas tres etapas, donde Pogacar ha vuelto a ser amo y señor, ganando dos de ellas (crono, y final en alto en la primera etapa de montaña), y también lanzando el sprint para que un compañero fuese tercero.
A mí este dominio, esta exageración, incluso teniendo en cuenta lo reducido de la concurrencia, me retrotae al Giro 1999, cuando el drogadicto de Rímini se empeñó en ganar todo lo posible, en no dejar que llegase ninguna fuga, en ganar cinco etapas; el año anterior, Zülle también ganó tres etapas en la primera fase de la carrera (crono, montaña), para después sucumbir al final.… Leer más