El Giro quiere cambiar

Son los propios organizadores los que se dan cuenta de la inmensa montaña de aburrimiento y sopor que este Giro. Parecía que iba a ser diferente al haber más de diez candidatos al triunfo final, y está resultando aborrecible. Nadie quiere ganar la carrera antes de la última semana, convirtiendo este lento tránsito por Italia en un sopor aún mayor de lo que suelen ser las grandes vueltas contemporáneas.

Todo parece indicar a un agotamiento del modelo. Convertidas de facto en carreras de dos semanas, por decreto pactado en omertá no se disputan las etapas llanas. Así, en realidad la carrera queda reducida a diez días competitivos, demasiado poco para enganchar a un improbable aficionado en el día a día, en esos finales en Reggio Emilia o Génova.

El intento de hacer de Van der Poel una bandera de enganche habrá funcionado en algunos, pero no en el gran público. Falta un héroe local -y no parece vaya a surgir- y falta un héroe internacional. Lo primero cuesta crearlo (o no, dado el reciente caso de Damiano Caruso) y no parece que vaya a venir en el próximo año; sobre lo segundo, el Giro ya se ha puesto manos en el asunto, tirando como siempre de chequera.

Haciendo la cobra

Las grandes vueltas están dominadas desde 2020 por el duo esloveno Roglic-Pogacar. El primero intentó ganar el Giro en 2019 y se topó con la abierta hostilidad de la organización. En plena competición el Pravda local llamado Gazzetta dello Sport dio pábulo a unas teorías locas que circulan desde 2016 sobre una cadena que aparecía roja en el termógrafo de un vídeo sensacionalista francés.

La misma estrategia, muy parecida al krompromat soviético, que aplicaron a Menchov en 2009, cuando desde la tercera etapa dejó claro que venía a ganar la carrera a los (aún más) dopados Di Luca y Pellizotti, héroes por el hecho de ser locales. Entonces sacaron rumores de clínicas, dopajes y demás, todo bajo la firma de supuestos periodistas, sin citar ni una fuente. El ruso aguantó y se llevó la carrera: en Roma, donde acabó esa edición, y cinco años después, cuando el TAS borró sus resultados entre 2010 y 2012.

Y detrás de la estantería, la jeringa a lo David Millar

A Roglic, además, Nibali le hizo la guerra psicológica con aquello de “ven y te enseño mi sala de trofeos”, muy jaleado por la prensa afecta. Cuatro años después la sala de trofeos de Roglic tiene tres grandes vueltas, un oro olímpico, una Lieja por la que Nibali vendería a su madre y cuatro veces más vueltas de una semana que las de la del siciliano. Por cierto, aquel Giro no lo ganó ninguno de los dos, y es normal que Roglic nunca haya vuelto a la carrera. Fue líder, ganó etapa y subió al podio. Ya está.

Los ojos de los organizadores se han puesto en Pogacar, el Llamado por la Historia, y que tarde o temprano tendrá que afrontar el doblete Giro-Tour, algo que no se logra desde hace un cuarto de siglo. En la Vuelta ya han conseguido atarlo para este año con un recorrido extremadamente favorable y sin poner dinero, porque no lo hay.

En el Giro sacarán la chequera con los dos millones de euros, algo que funcionaría en gente como Sagan o Van der Poel, pero que no es suficiente para uno que siempre irá al Tour. Es en este contexto donde se entiende mejor la noticia de las presiones que está haciendo RCS Sport a la UCI para que el Giro 2023 se retrase una semana, acabando así a principios de junio, y no a finales de mayo.

La excusa oficial no puede ser más italiana: “para que así coincida con la Fiesta de la República”, el 2 de junio, y también para evitar montañas nevadas. Que cuando el Giro pasó a ser la primera grande en disputarse, allá por el año 1995, se dejaron cinco semanas entre la carrera italiana y el Tour para que los corredores descasasen, y que ahora no tiene sentido porque casi nadie enlaza una carrera con otra.

El deseado

Excusitas. Lo que quieren es precisamente eso: que Pogacar vaya al Giro, y después al Tour. Ya se encargarán ellos de poner un recorrido potable para un corredor que irá al 80% para llegar al Tour al 100%, un recorrido con muchos más kilómetros contra el reloj que los ridículos 26 km. de esta edición, con las diez primeras etapas -o más- regaladas, con finales en puertos recortados o que se coronan con un túnel, y todas esas cosas tan tradicionales.

Además, Pogacar correría el Giro como en casa. Ha ganado ya dos veces Tirreno-Adriático, el Lombardía y Strade Bianche. Salvo Sanremo, ha ganado todo lo que hay que ganar en Italia, país donde es muy apreciado por la cercanía a Eslovenia, y también por esa deificación de los talentinos. Disputaría la carrera con un equipo con fuerte presencia italiana con Covi, Ulissi o Formolo, lo que también es un aliciente para enganchar al público local.

Es normal que estén pensando un plan así de ambicioso, cuando se van a cumplir diez días de liderato de Juanpe López. ¿Quien les puede culpar? Atraída a la gran estrella de nuestros tiempos, ya nadie se preocupará de que el Giro seguirá siendo únicamente diez días competitivos -no vaya a ser que tenga que desgastarse- de veintiuno oficiales, por lo que menos les interesa es el ciclismo y la continuidad de este deporte. Esa es una batalla que se da ya por perdida, y que el birlibirloque para conseguir traer a Pogacar contribuirá a asentar.

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La etapa de hoy se ha asemejado a lo que tendría que haber sido este Giro o este deporte. Se salió muy rápido, y pagó las consecuencias Bardet: abandono inmediato porque al parecer estaba malito, de esas enfermedades que te atenazan justo antes de un fin de semana de montaña. No podía ni seguir el ritmo del pelotón. El cuarto de la general, a solo 20″ del liderato. Otra muesca más en el palmarés de este extraño corredor, y de su equipo. El del sprint salvaje de Dainese.

Sea como fuere, la fuga del día ya estaba montada antes incluso de la subida al Colle de Nava. El pelotón dejó que cogiesen más de 5´  , y después se empeñó en una persecución intensa, emocionante y rara, dado que eran bloques enteros de equipos los que entraban a relevar, en vez de poner dos o tres hombres cada uno.

Demare por tercera vez

Habían pasado el Colle di Nava todos los hombres rápidos. ¿Todos? No Ewan, que ya se había ido para casa, pero sí Cavendish, y si el británico pasa un puerto de 10 km. al 6% dice bastante del ritmo que llevó el pelotón hasta que empezó la persecución. Atravesaron todo el sur de la provincia de Cuneo como una exhalación, apenas se pudo ver el Santuario de Vicoforte, la preciosa Mondoví con su ciudad alta y su ciudad baja: todo era un frenesí de persecución, y los lugareños que habían ideado dioramas para el paso de la carrera se quedaron sin una mísera toma aérea para ver sus composiciones con tractores, su rotonda llena de Citröen Dos Caballos.

Neutralizaron la fuga en el último kilómetro, ya en las calles enlosetadas de Cuneo. El sprint volvió a ser sensacional, con un Demare desatado imponiéndose netamente a Cavendish -acabó sentado- y aguantando la remontadan de Bauhaus, el más rápido en el último tramo. FdJ había llevado el peso de la persecución, y es un justo premio a su trabajo. Hoy la etapa si ha merecido la pena, y que bonito sería este deporte si la mayor parte de los días fuesen así.

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Pinot sigue luchando contra su mala salud mental, dejando muestras evidentes: ahora dice que quiere ganar en La Planche des Belles Filles, justo al lado de su casa, o luchar por el maillot de la montaña.

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Por si alguien duda de lo que vengo afirmando desde hace años: estamos viviendo una Edad de Oro del ciclismo holandés.

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Según este gallego jamás le han ofrecido doparse. Dice que en la noche (gallega, Rias Bajas) le ofrecen más veces droga. Todo encaja en una persona con la misma credibilidad que un billete de cuatro euros.

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Panini saca de nuevo una serie de cromos durante el Tour de Francia, en principio solo en el mercado francés. El proyecto de hacerlo también en el mercado español quedó abortado por el Covid-19, no creo que se recupere. También sacaron una serie con motivo del Mundial de Flandes, me hice con un par de sobres y eran muy malos: pegatinas pequeñas, y fotos de fondo de armario sin ninguna calidad.

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Titular del artículo: “El coche autónomo se ha topado con el mismo problema que el coche de toda la vida: los ciclistas”. Un ejemplo de concisión y buena redacción, incluyendo los dos puntos, porque lo importante es inocular la propaganda ahora que llega el buen tiempo. Sigue después un texto de Pulitzer, de esos tan habituales en noticias para gente aficionada a los aparatuquis y los cibertruquis.

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Espero que hayan pasado un Feliz #Día2005, el segundo que se celebra. También que se hayan encontrado en su ruta con otros lectores, convenientemente ataviados para la ocasión. A mí no me han pitado los oídos, o sea que todo bien.

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28 thoughts on “El Giro quiere cambiar

  1. Madre mia el nivel que lleva gaviria en este giro….Richeze hoy ya se ha cansado de el y le ha metido un buen grito en pleno sprint!! Cansado de lanzar a nadie el argentino!!!

     
  2. El abandono de Bardet es una buena noticia para Landa: quizá pueda aspirar a algo más ambicioso que quedar en la general por delante de su compañero de equipo Bilbao

     
  3. Pues no tiene mal palmarés Roglic…, pero insuficiente de momento para compararlo con el de Nibali.

     
    • si, si, y siempre quedará lo de “pero no tiene el Tour”, igual que no tiene lo de haber sido gregario de Di Luca y de Basso en sus Giros victoriosos con el Liquigas.

       
  4. En mi opinión la edad de oro del ciclismo holandés se sitúa a finales de los 70 y primeros de los 80 con los Zoetemelk, Kuiper, Raas,, Knetemann, Lubberding Van Vliet, Van der Velde.. 2 grandes vueltas (Vuelta 79 y Tour 80,donde hubo doblete 1° y 2°)) 3 Mundiales de ruta (1975, 1978 y 1979) Todos los monumentos 2 Paris-Roubaix (1982-1983).2 Milán-San Remo (1977-1985!) 4 Flandes (1979, 1981, 1983, 1984) 1 Lombardia (1981) y 1 Lieja(1983) Sin contar las Amstel, Gante-Wevelgem…

     
  5. Bardet será extremo pero sus equipos más…

    Un Ag2R La Mondiale, que mete en el podio del Tour a Peraud con treinta muchos años y a él con veintiopocos… qué antes y después no hicieron nada y el Dsm…

    Cuando hace unos años los franceses se vendían como el ciclismo limpio…Predlier.

    Blancazo y para casa.

    En este soporífero Giro, me lo paso mejor leyendo las crónicas y comentarios que viendo la carrera.

     
  6. La etapa muy bonita. Los escapados merecerían haber sido nombrados, aunque al final quitando Eenkhoorn, fueron poco voluntariosos, Maestri a lo Valverde quería que lo llevasen a la meta, y a los otros dos, Prodhomme y Van den Berg, les temblaban las piernas. Hasta a falta de dos kilómetros, lo hicieron todo muy bien. Una etapa de lo que debería ser el ciclismo del día a día, perfecta para conmemorar el Día 2005. Además gana Demare, jaja.

    Lo de retrasar el Giro y que Pogacar empalme dos vueltas seguidas me parece un exceso. Si gana este año el Tour es posible que se tome un descanso para saquear Italia. Además ten en cuenta que en 2023 el mundial será a principios de agosto, y será el macromundial con mil disciplinas, así que seguro que no se lo pierde. Empalmar dos grandes vueltas y eso me parece mucho, incluso para Matxin. Se cumplirían 50 años del Giro del 73, el que salió de Bélgica y filmó Jorgen Leth en Estrellas y aguadores. Lo ganó Merckx, así que 50 años después podrían salir de Eslovenia (saquearlos) y vender la comparación. Los italianos, y tal.

     
  7. Creo que el asalto de Pogacar al Giro debería tardar todavía un par de años como mínimo. Este año es el primero que hará dos grandes, recordar que todavía es joven. Y para intentar ganar Giro y Tour debe ir experimentado y bien hecho, aunque la fórmula matxin siempre es capaz de sorprendernos.

     
  8. Una vez más un desperdicio el espectacular lanzamiento de Richezze para…NADIE , una pena, no sé que es lo que le pasa a Gaviria ,pero si hubiera aclarado a principios de Giro que no iba a seguir la rueda de su lanzador, quedaban dos caminos ; o permitirle a Maxi hacer un sprint por su cuenta (se lo ve bien) o haber llevado otro gregario para Almeida.
    Realmente incomprensible

     
  9. Tremendo lo de Gaviria completamente alienado. Richeze siempre fue su coequiper y este era su último año juntos supuestamente. Capaz que Lefevre lo repesque a Richeze si necesita uno todavia tiene nivel.

     
  10. El Giro está siendo lamentable, de las carreras más aburridas que se recuerdan.
    De momento Nibali tiene mejor palmarés que Roglic, que se le pueden poner los asteriscos que se quieran a los rivales de sus victorias, pero Roglic en sus vueltas tampoco ha ganado a la créme precisamente: Salvo Pogacar en 2019 (con 20 años) y Carapaz bien justito, ves a Valverde, Mas, Haig, Carthy…

     
    • Nibali ganó su Giro 2013 a Samtambrogio, un Evans jubilado y no se quien más; el de 2016 a Chaves…¿El Tour? A Peraud. ¡A Peraud! ¿Su Vuelta? a un eslovaco one-hit-wonder y a un gallego dopado medio tarado.

       
  11. Lo que más cambia en el ciclismo que cambia es su capacidad de enganche, me parece.
    A los que nos gusta, porque empezamos a verlo junto a nuestro padre, nos gusta cada vez menos, al tiempo que no atraen a nuevos seguidores, jóvenes. Mis hijos no aguantan verlo en la tele, les parece el mayor tostón imaginable, pero se han ido a ver finales de etapa de la Vuelta y pasar el día entero en mitad de una cuesta.

     

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