Roglic ya tiene gregarios de altura

Nibali está mayor, y como todos los campeones italianos en su decadencia, intenta ganar carreras fuera de la carrera. El viernes, todavía con el aliento de Roglic en el cuello tras la tremenda jornada en Gran Paradiso, un periodista le puso un vídeo donde se veía un diálogo de carrera entre los dos ciclistas. El siciliano se pasó una toalla por la cara, torció el gesto y puso voz al vídeo:
“Si quieres vienes a mi casa y te muestro mi galería de trofeos”. Como norma general, no acepten una invitación a domicilio de un siciliano con el que hay algún tipo de disputa; como norma ciclista, cuanto menos se hable en carrera con según qué tipos de personajes, mejor.
Visto que Bettini ofreció un maletín lleno de dinero a Astarloa en el Mundial 2003, o que Pereiro fingió saber inglés para vender aquella etapa a Hincapié, lo mejor es la actitud de Zakarin, que en la misma etapa evitó cualquier diálogo con Nieve -que había adelantado por el borde del precipicio, de manera bastante macarra-, y que la carrera ponga a cada cual en su sitio.… Leer más