Pogacar podía ser derrotado. Se ha hecho.
Las dudas del ciclismo contemporáneo (¿habrá ataques? ¿usarán tácticamente su superioridad numérica?) se disiparon a 68 km. de meta, cuando el Jumbo hizo su primer ataque. Quedaba todavía un buen trecho para coronar al Telegraphé y las piezas ya se estaban alieando.
Alguna, por supuesto, ya hacía tiempo que estaban colocadas. Van Aert y Laporte iban en la fuga del día, que no llegó a pesar de tener 8´ de ventaja: cosas de subir el Galibier por su cara más dura, y también ese increíble puerto final que es el Granon. Un día memorable para el ciclismo porque se ha aprovechado el terreno, y las infinitas opciones que puede tener un deporte de cuatro-cinco horas cada día, con todo lo que puede suceder.
Hoy sucedió todo, como en los grandes momentos. Mientras Probenecid se empeñaba en recordar hasta en cuatro ocasiones la subida del 73 entre Ocaña y Fuente, y otras citas históricas de las que pocos se acuerdan porque pocos las vieron, el referente más inmediato y claro está en la única vez que el Tour acabó en el Galibier, y la inolvidable victoria de Andy Schleck.… Leer más