Uno que se dopaba con 15 años gana la Vuelta a Suiza

Uno que se dopaba con 15 años gana la Vuelta a Suiza

Las primeras noticias no eran nada halagüeñas: la organización de la Vuelta a Suiza informaba que Gino Mäder estaba ingresado “muy grave” en el hospital de Chur después de una caída bajando el Albuja. El día había resultado espléndido -el escenario, la batalla, el triunfador y su forma de ganar- y la noticia era un jarro de fría.

Al amanecer se supo que la etapa del día se modificaba sustancialmente. Durante la noche había habido un desprendimiento de rocas y la carretera del Albuja estaba cortada, por lo que la carrera perdía su puerto de salida, justo cuando estaba en su fase más trepidante. Después, poco antes de la salida de la etapa modificada, se supo que Mäder había fallecido a consecuencia de la caída.

Y llegaron los detalles. Los detalles siempre se conocen cuando sucede algo trágico. Los ciclistas se caen, forma parte de su oficio. Hay que extremar las medidas de seguridad preventivas, pero nunca podrá haber un riesgo cero de caídas, y nunca podrá haber un ciclismo sin muertes, por las propias condiciones de este deporte.… Leer más

Revive la Vuelta a Suiza

De manera imprevista se está viviendo una gran edición de la Vuelta a Suiza, una carrera sin continuidad y excesivamente castigada por la participación, casi siempre de corredores que no van al Tour. Este año no es diferente: la cita francesa también ha condicionado.

En los días previos se había rumoreado que podría haber un duelo Roglic-Evenepoel. Finalmente, el campeón esloveno se ha quedado en casa, y todavía no se sabe si irá al Tour. La caída de su compañero Kruijswijk en Dauphiné habrá llevado a replantear el equipo para la cita de julio, pero de momento no se sabe nada: una constante en la carrera de Roglic, que este año únicamente ha competido en Tirreno -victoria-, Volta -victoria-  y el Giro -victoria-.

Su no participación en Suiza ha abierto sobremanera la carrera. El favorito era Evenepoel, un corredor con dudas sobre cómo llegaría tras su supuesto Covid, y el primer día marcó el mejor tiempo de los favoritos en el prólogo del santuario mariano de Einsiedeln.… Leer más

Vingegaard va completando

Sucedió con el Tour del año pasado. Vingegaard había quedado segundo en la edición anterior, y simplemente subió un puesto. El salto ya lo había dado, cuando pasó de ser un gregario venido de la nada y con poco pedigrí en categorías inferiores (allá por la Vuelta 2020, cuando neutralizó a todo el grupo en las etapas asturianas) a uno de esos gregarios que suben con los líderes. 

Sucedió también en la Itzulia de este año. En 2021 había sido segundo jugando perfectamente el papel de escudero de su líder Roglic, y este año subió el último escalón para llevarse la victoria. Con esos precedentes, ¿qué cabía esperar del Dauphiné de este año, cuando ya había sido segundo en 2022 escudando a Roglic? Pues eso: simplemente subir al primer escalón.

Vingegaard no ha tenido rival alguno en el Dauphiné. He leído por ahí que ha ganado con la mayor diferencia sobre el segundo en los últimos 30 años.… Leer más

Laporte mejora el Dauphiné

En la previa del antiguamente conocido como miniTour de France se ha escrito poco sobre los velocistas. Es una carrera que siempre les ha dado la espalda, volcada como está en la montaña -llegando a celebrar ediciones con todos los finales en alto, afortunadamente no se ha vuelto a repetir- y donde gente como Cipollini,  Freire, Petacchi o Cavendish jamás han ganado una etapa.

Este año las tres primeras etapas se prestaban a una llegada al sprint, y así ha sido. Han sido tres llegadas magníficas, después de etapas más o menos reguleras -ninguna sorpresa aquí-, más bien pensadas para poner en el mapa desconocidas poblaciones francesas, monstrando sus encantos a la luz del helicóptero.

Y el sorprendente dominador en dos de las tres llegadas ha sido Laporte, que no es propiamente un sprinter de grandes llegadas, y menos en una carrera donde estaban Groenewegen o el cada vez más mediocre y estúpido Bennet.… Leer más

Dauphiné para Vingegaard

El domingo empieza una nueva edición de Dauphiné Libere, una carrera donde algunos de los favoritos para el Tour de Francia suelen mostrar su estado de forma, incluyendo al vigente campeón con (casi) todo su equipo de gala.

La carrera se moverá, en cuanto a recorrido, en los parámetros establecidos hace ya un tiempo: una crono larga –más larga que la del Tour, por ejemplo– y dos finales en alta montaña con distancias propias de una prueba cicloturista, y mirando más el impacto paisajístico que real. ¿El resto de etapas? Finales en pueblos que sirve de banco de pruebas para un posible final de una etapa del Tour, y recorridos quebrados.

Será así en las tres etapas que preceden a la crono del cuarto día, 31 km. con una cota de salida, y después ligeramente en subida hasta la meta. El recorrido gira como un reloj, por lo que habrá viento cambiante dado que es en el valle del Ródano.… Leer más

Roglic nunca se rinde

Salió todo bien. Para la organización, con una arriesgadísima cronoescalada; para el espectáculo, con un final apoteósico; para la zona, luciendo espléndidamente; y para el máximo favorito en la previa de la carrera, que ha jugado durante tres semanas a un tacticismo impropio de su carrera, y que finalmente le ha salido bien.

“Primoz Roglic conquista el Giro de Italia en la cronoescalada” funcionaría bien como titular alternativo, pero lo vivido esta tarde se enmarca dentro de un ciclo tortuoso que tenía el ciclista consigo mismo, y del que no había total certeza de que podría salir. El esloveno ya había perdido un podio del Tour con la crono final (en 2018, acabó cuarto y había empezado el día tercero) y, en 2020, la general de la misma carrera, además de una París-Niza y un Dauphiné Liberte perdidos por caídas en la última etapa.

Todo esos recuerdos se agolpaban, con total seguridad, en la vigilia de la extraña cronoescalada al Monte Lussari, que primero era por un espléndido carril-bici segregado, y después era por una mulattiera cementada para la ocasión.… Leer más

Tres semanas esperando

Tres semanas esperando

Un Giro sin escaladores y condicionado por la terrible cronoescalada del último día acaba produciendo una carrera maniatada y tremendamente previsible, como así ha sido. Hoy, supuesta etapa reina, se regaló la etapa a una fuga, y los favoritos solo se atacaron -poquito, poquito- en el último kilómetro.

Para ser la primera vez en una década que se subía a las Tres Cimas de Lavaredo, lugar mítico del ciclismo con reminiscencias tolkenianas, casi mejor que hubiese sido otro tipo de etapa. El ciclismo no da más de sí, y siempre que se propine el carrusel dolomítico acaba pasando mucho menos de lo esperado, porque las famosas montañas estará todas por encima de los dos mil metros, pero es que nunca se baja se cota 1500.

Es aguantar, poner caras, y llegar a meta. El esquema lo impuso Indurain en la edición de 1992 -cuando pasó primero por el Pordoi, Cima Coppi, ante los ojos atónitos de Chiappucci- y desde entonces, con la excepción de 2016, los Dolomitas dan para lo que dan.Leer más

Un Giro a los puntos

La belleza dolomítica de la etapa, y la peculiar poca dureza del día, no hacían presagiar un día de bonita batalla entre los favoritos, y de competición más o menos auténtica. Más o menos porque la fuga se fue para adelante un poco por circunstancias -parecía que Pinot iba a por los puntos de la montaña, para después dejarse caer-, y más o menos porque el pelotón les volvió a conceder una ventaja insalvable.

Quedan pocas fuerzas en el Giro, y todos van racaneando al máximo por eso de la cronoescalada asesina al Monte Lusari. Lo que ayer se perdió y hoy se gana son apenas 500 metros en el día de la montaña friuliana imposible de escalar, y es un cálculo optimista; eso, si algún favorito llegase en mejor forma al final, pero vista la igualdad tampoco es descartable que la crono no produzca grandes diferencias.

Con la fuga formada por Paret-Peintre, Pronskiy, Frigo, el incombustible y ya sospechoso Gee, Barguil, Zanna y Pinot había para entretenerse, y en un momento dado se pudo ver al líder del FdJ metido en una triple batalla: por la montaña -poca disputa hoy, Healy iba sin fuerzas-, por la etapa, y por la general.… Leer más

Por fin Almeida

El Monte Bondone, envuelto en una fama pretérita, hace mucho tiempo que no crea diferencias. Hoy tampoco ha sido una excepción, a pesar de las buenas condiciones para la etapa -50 km. en la primera hora, buena fuga, ritmo sostenido, casi seis horas de etapa, 200 km. en total- y la mejor disposición para la batalla de los corredores.

Es un Giro extremadamente igualado entre los tres de cabeza, que ya estaban destacados antes de esta etapa, y que simplemente salen reforzados en su posición; el que más, Almeida, ganador por fin de algo importante; el que menos, un Roglic que ha flaqueado en el tramo final, y que ha minimizado daños gracias al trabajo de Kuss.

En conjunto, ha sido una buena etapa. Solo por ver el magnífico Santa Barbara, en el extremo norte del Lago de Garda, ha merecido la pena. Uno más de los tantos puertos de la zona, con una carretera recién restaurada y que permite el paso de un coche, y con dificultad.… Leer más

Demasiado poco Giro

¡Qué duro es el Giro! Encerronas todos los días, todo el país es montañoso, les ha dado por poner los pueblos encima de colinas, y esa lluvia inclemente que les ha tocado este año ¡Qué duro es el Giro! Tanto, tanto, que todavía no ha habido ningún ataque entre favoritos, que ninguno de los diez primeros de la general ha ganado una etapa, y que esto es algo que se repite desde hace años.

En la previa de la carrera indiqué que todo se decidiría en el Monte Lusari, la cronoescalada en cuesta de cabras el penúltimo día, pero no imaginé que antes de ese día los favoritos no intentasen nada para ver cómo estaban. Y nada significa nada. Al menos, a diferencia de 2022, las etapas son entretenidas -siempre para la fuga-, y no hay un corredor de paja que se haya tirado diez días de líder.

Pocos fines de semana de alta competición ciclista más inanes que este.… Leer más