Confinamiento competitivo
El ciclismo no disimula sus carencias. La principal de ellas, la ausencia de una auténtica competición, bien sea porque está falseada por el dopaje, o por la propia famiglia y sus pactos secretos: los de la escapada pactada, los de vender una Lieja o un Mundial, o los de no competir.
Y da igual la categoría del evento, como se ha visto hoy en la primera etapa del Tour de Francia. Llovía en Niza, las carreteras eran estrechas, y un número inusual de ciclistas se iban al suelo, incluso cuando iban parados. ¿La explicación?
Es difícil saberlo. Desde luego, no era la velocidad. Tampoco supuestas manchas de gasolina o aceite que se imaginó el extremadamente limitado y mermado Enrique Sanz (el sobrino de Unzué), invitado por el Dúo Cómico al plató para inventarse cosas que no había visto, ni tampoco Radio Tour, ni nadie.
Los ciclistas se caían simplemente porque las caídas existen: ni el recorrido era peligroso -únicamente en el tramo urbano de Niza, con unos bolardos que acabarán causando una desgracia-, ni había ningún factor que explicase la actitud mansa, mafiosa y adocenada del pelotón, precisamente en el mayor día de escaparate de su deporte.… Leer más