Lo anormal se ha vuelto normal
Poca emoción y poca sorpresa en la presentación del recorrido 2024 de la Vuelta a España; sucedió ayer, con nulo eco mediático -la gente está a otras cosas en estas fechas, y coincidió con jornada de Liga- y desinterés generalizado, salvo en los poblachones donde Guillén sablea la arcas públicas, a cambio de la promesa etérea de miles de millones de espectadores.
Lo de siempre, vamos. Y así también con el recorrido, donde el mandamás de la Vuelta ha cercenado con lo que el considera “etapas de transición”, reducidas de manera muy optimista a solo una, y en la primera semana, quizás por el mal recuerdo de la etapa con final en Oliva de este año, donde el pelotón se fumó la jornada, y casi gana un Caja Rural dopado: acabó ganando un sprinter barbudo del Cofidis con 35 años y nulo palmarés.
Es la Vuelta. Si el organizador se empeña en que el problema son las etapas llanas, el problema subyacente de su producto va a seguir vigente.… Leer más