Pidcock Gold Race
Después de que la dos grandes citas del pavés fuese un auténtico sopor, era difícil esperar algo grande o emocionante de la Amstel Gold Race, esa carrera que tiene entre sus campeonissimos recientes a gente como Gasparotto, Valgren, Kwiatkowski, y otra gente incapaz de ganar en cualquier otra cita de las Ardenas.
De hecho, toda la atención giraba en torno a Van der Poel, que ganó una vez la carrera -bueno, se la regalaron Alaphilippe y Fuglsang– y que algunos veían en lo más alto del podio. Los de siempre, los que tienen que vender algo, especialmente una carrera con una participación muy mermada por las ausencias de Evenepoel, Roglic, Van Aert o Pogacar.
Era, por tanto, una edición de la Amstel al alcance de muchos corredores con posibles, de esos que son rápidos y suben bien las cotas, pero sin ser excesivamente ganadores; al final, ganó el corredor con mayor pedigrí en la carrera, el que más lo luchó, y lo hizo como reivindicación de sí mismo.… Leer más