Ya no es noticia que Vingegaard gane allí donde participa. Me acuerdo que cuando ganó su primer Tour hubo rumores -en los mentideros de siempre, informados como siempre- sobre que no competía desde julio, que si estaba desaparecido, que a ver quien es ese: lo de siempre, y por parte de los que después callan con las aberraciones que son El Niñato y El Nietísimo. Apareció en octubre y ganó dos etapas en Croacia.
Lo cierto es que Vingegaard compite bastante, y gana mucho. Su triunfo en Tirreno-Adriático, no por esperado menos noticiable, ha sido apabullante. La carrera italiana es la decadencia absoluta, eclipsada totalmente por París-Niza, y aunque este año ambas han acabado en el mismo domingo, la prevalencia de Francia sobre Italia ha continuado un año más.
Los mismos citados en el primer párrafo creyeron ver un atisbo de oportunidad con la relativamente sorprendente victoria de Juan Ayuso en la crono del primer día, solo 10 km. por el paseo marítimo de Camaiore (lo que antes era un prólogo, vamos), y donde el talento alicantino lagunar se impuso a Ganna por 1″ y sacó 22″ a Vingegaard. Sí, a 2.2″ por kilómetro al ganador del Tour, al autor de una de las cronos más sensacionales de la Historia.
Y digo relativamente sorprendente porque Ayuso, supuesto escalador, ya había ganado la crono de Romandía y la de la Vuelta a Suiza en 2023. Con su cuerpecito. Con su desmedida ambición. Con sus sombras y su negro equipaje. Estaba entre los favoritos, y si tiene que ganar a Ganna en su terreno, pues lo hace. Hasta que reviente todo y quede lo mismo que ha quedado del medio fondo español, por hacer un paralelismo con el deporte que siempre estará peor, pero no mucho.
Ayuso y su entorno se pasaron todo el final del año pasado intentando cambiar de equipo. Por sus razones, seguramente relacionadas con que Pogacar lleve el mismo maillot. Y, de la misma manera, los equipos potentes del ciclismo no quisieron fichar a Ayuso. Por sus razones, muy evidentes. Como para fichar a este monstruito, que el año pasado fue el corredor WT que más tarde debutó, y lo hizo ganando, precisamente, la crono de Romandía. ¡Esa insidiosa lesión!
Tras tres etapas al sprint para Philipsen, Bauhaus -en cuesta y saltando la banca- y Milan, y ya volcados en el Adriático, el quinto día de competición Vingegaard dio el golpe de mano atacando a 30 km. de meta subiendo el célebre San Giacomo, el puerto que domina sobre Ascoli Piceno, y donde el malogrado Gino Mäder logró su única etapa en una gran vuelta.
El San Giacomo es un puerto constante y largo, de 11 km., pero no de excesiva pendiente. Lo que se vivió fue un espectáculo de subir y rodar, porque después se bajaba y el final estaba en Valle Castellana, el municipio más occidental de la provincia de Teramo, apenas mil almas en un océano verde típicamente abruzzese.
El espectáculo fue subiendo, donde nadie pudo salir a su rueda, y especialmente viendo rodar al campeón del Tour en los 15 últimos kilómetros, con una carretera revirada y siempre subiendo. Fue exactamente igual que en la Itzulia 2023, cuando subió Ixua como nadie lo había hecho nunca -y ahí algunos ya vimos que no iba a haber duelo en el Tour, de ninguna manera-, y después mantuvo toda la diferencia hasta meta.
Fue un severo correctivo para Ayuso, que entró a 1´12″, el primero de los derrotados y justo por delante de Hindley, en gran forma en toda la carrera, porque Bora tiene jefes de fila para todas las carreras y terrenos. Ayuso, que se ve campeón, está netamente por detrás de Pogacar y de Vingegaard. Hombre, es más joven, pero la cosa no va a cambiar a medio plazo, porque el esloveno y el danés no son precisamente viejos. A ver cómo canaliza la frustación de no poder ganar en ninguna de las carreras donde estén estos dos, dado que en montaña es incapaz de ninguno de los dos. Ni de Hindley.
Y así pasó al día siguiente, la supuesta etapa reina de la carrera. 181 km por una zona muy poco frecuentada por la Tirreno-Adriático y también por el Giro de Italia, los Apeninos entre Umbria y las Marcas. Había final en alto en el Monte Petrano, donde la etapa salvaje del Giro 2009 -una edición extremadamente experimental y bellísima, aunque el podio final cambiase notablemente por el flagelo del dopaje- y el resultado final se conocía.
Vingegaard atacó a 6´2 km. de la meta y Ayuso, esta vez, si pudo salir a rueda. Aguantó 20″, no más. Después, a hacer dupla con Hindley, mientras el danés no se exprimía (¿para qué? No hacía ni siquiera falta atacar a tanta distancia), y por detrás un increíble Del Toro recuperaba tiempo a la extraña pareja austro-española. Fue una etapa aburrida, e incluso prescindible, de no ser por la belleza del entorno: creo que Tirreno-Adriático tiene un problema de diseño, y que no hacen falta más pruebas para escaladores, al contrario.
Tras el trámite del último día en San Benedetto del Tronto -otro triunfo para Milan- la sensación final es que todo había sido un paseo para Vingegaard. Ayuso, muy pagado de sí mismo, decía que “he sido el primero de los humanos”, el mismo tipo de gilipollez que se le podría ocurrir a Contador, y que viene a decir que el había ganado, a su manera.
La Tirreno-Adriático era una prueba que tenía finales en pueblos enrocados, etapas de gran fondo, encerronas de media y muy baja montaña, y que este año ha tenido un prólogo, cuatro sprints inanes, y dos finales ganados por Vingegaard. Un pobre balance que, en el fondo, le importa poco a los organizadores, más preocupados por el solapamiento de fechas con París-Niza que por lo que puedan ofrecer por sí mismos.
Y el próximo año, más de lo mismo. La fórmula vincente. Y rezando porque vuelva el danés -yo creo que intentará ir a por París-Niza, le escuece la tremenda derrota de 2023 ante el Rey Sol-, porque si no se hubiese quedado una carrera con Ayuso cambiando de bici, Hindley y a saber quien, porque los italianos no existen, ni se les espera.
Vingegaard ya lleva siete triunfos este año, y su calendario antes del Tour solo incluye Itzulia y Dauphiné, exactamente igual que en 2023. Ganó ambas pruebas, y después el Tour, donde el último día dijo que venía a la Vuelta. Quedó segundo por órdenes de equipo. Este año le veo capaz de ganar las otras cuatro pruebas en las que va a competir, esto es: capaz de ganar todo en el mismo año. Tirreno, País Vasco, Dauphine, Tour y Vuelta. Lo han leído aquí primero.
Es por esto mismo que resultó un soplo de aire fresco la bellísima edición de la Milán-Turín, una prueba muy querida en este espacio. Me gusta la fórmula de que vaya cambiando su recorrido cada año, y que el mismo consista en llevar la prueba a pueblos pequeños del Piamonte. Por supuesto prefiero finales quebrados como en este 2024 a los sprints cantados de otras ediciones, pero como fórmula me parece atractiva, más que el final en Superga que se impuso sin solución de continuidad cuando se recuperó la prueba.
Coincidió que había un día espléndido, con gran nitidez, y se veían espectaculares los Alpes nevados, dominando esa región privilegiada entre el mar y la montaña, y que es una inmensa llanura hasta que surge el macizo alpino. La carrera iba rápida, hasta llegar a la zona final de cotas, entrando ya en el valle del Canavese, uno de los tantos que tiene la provincia de Turín (Val di Susa, Val di Ala, Val di Viú, Val di Ala…) y donde los ríos bajan horizontalmente de las montañas, buscando sin prisa el Po.
Se subía a Prascorsano y el helicóptero hacía cine enseñando el monte sacro de Belmonte -el nombre no engaña-, con su vía crucis y sus doce capillas por cada uno de los pasos. El pelotón, que tenía no menos de 70 integrantes, se quedó en veinte o venticinco, y entonces atacó Bettiol. Quedaban 30 km. a meta, y otra subidilla no muy complicada.
El italiano solo tiene una técnica: entrar en solitario. Imprime un fuerte ritmo en el llano, y a ver si sale. Lo intentó en el pasado Tour, pero una manifestación de ecolojetas rompió su ritmo en el valle. Después, cuando se reanudó la carrera, ya no era lo mismo. Lo ha intentado otras veces, y vive de eso, porque de sus exiguas victorias y su rendimiento lagunar vía TUE no puede hacerlo.
Esta vez le salió bien. Tuvo la decisiva colaboración del Bora, que teniendo ¡siete corredores! en el grupo delantero, fue incapaz de organizar una caza digna de nombre con Palzer -cuota étnica austriaca, o cuota étnica Red Bull-, Herzog y otros corredores incapaces hasta el ridículo. Y no fueron los únicos: en el UAE ninguno fue capaz de trabajar para el otro, quedando segundo, tercero y cuarto.
Yo ví la carrera, pero me temo que muchos cronistas que ensalzan el triunfo de Bettiol no. Fue una carrera regalada. Sí, atacó lejos y entró en solitario. Justo premio, pero en ningún caso alguien que tiene detrás a rivales corriendo con varios compañeros de equipo acaba ganando. No se sacrificó nadie, y ganó Bettiol.
En el UAE el talento suizo Christen hizo la guerra por su cuenta, saltando a falta de un kilómetro con una virulencia destacable, porque tiene 19 años y porque viene con muy buenos padrinos. No se ocupó de su compatriota Hirschi, sangrando por la nariz, que ganó el sprint de los demás, y lo ganó ante el vejestorio Ulissi, que sigue en plantilla haciendo lo de siempre: trabajar para sí mismo. Que bien les hubiese ido a los tres colaborando. No parecían del mismo equipo.
De Bettiol no se puede decir nada. Uno de los Premios Zakarin™ que justifican el premio. Ahora está en las quinielas para Sanremo -ya lo estaba, fue cuarto en un sprint en Tirreno- y no esperará al Poggio, pero el sábado los que persigan no serán la banda de esta Milán-Turín ciertamente memorable, y a la que nos referiremos en el futuro por Christen.
***
Maravillosa edición del GP de Denain, una carrera que ha ido a más porque tiene pavés y porque no participan los superequipos. Llegó la fuga del día, después de que a 60 km. de meta todavía tuviesen 3´ de ventaja, y un Küng que se fue en solitario a por el trío cabecero. El suizo terminaría cayéndose en un tramo adoquinado recto y embarrado, y suerte que no se ha dejado toda la campaña del norte ahí….
Al final, unos kilómetros en los que parecía que la fuga -ya de dos- iba a sucumbir ante el pelotón, pero afortunadamente no fue así, y el premio fue para los dos valientes que atacaron a 170 km. de meta y hicieron saltar la banca. El primero, el ganador Steimle, que sin rubor alguno dijo “esto no lo hubiese podido conseguir en el Quick Step”, donde militaba hasta esta temporada, sin mayor éxito ni protagonismo; y el segundo, un desconocido Ceriel Desal, el típico belga que se mueve en el circuito B y que ha militado siempre en el Bingoal.
Por días así, y por carreras así, sigue mereciendo la pena el ciclismo de las estrellas.
Anda que no estaría bien que Vingegaard probara a foguearse en una clásica. Por objetivos, calendario e irrupción, a mi el danés a quien me recuerda es al Froome de los buenos tiempos (y eso equivale a no competir clásicas…).
Igual no gusta este comentario, pero el dominio del Jumbo, caiga o no algún día cual castillo de naipes (tremendos debates se dan en este blog estos días!), me parece que enriquece al ciclismo. Van a fuego en las clásicas, compiten todo el calendario WT porque fichan muy bien y su treno en el Tour no es el de USPostal o Sky porque consiste en reventar al pelotón de lejos, brindándonos un bienio de escándalo.
Vingegaard haciendo en la Roche aux Fauçons lo que hizo Andy Schleck en 2009 o rompiendo el grupo de favoritos en el giro a la izquierda donde comienza el Cauberg. Lo veo y me lo creo. Y digo: ojalá, simplemente para ver la cara que se les quedarían a los fans del Nietísimo y el Niñato.
Vingegaard buscando el cariño de todos con ataques lejanos que ni necesita tiene su cosa. Como básicamente es un ciborg con el carisma de una piedra, nos intenta conquistar así. No está mal tampoco. La comparación del amigo Pablo García con Froome me parece acertadísima.
A mí Ayuso me parece que progresa adecuadamente. Lo de las cronos cuando pasa tan habitualmente ya no es sorpresa. El muchacho es así de bueno contra el crono y ya está. Y subiendo, con esa manera diésel que tiene, pues poco a poco va mejorando. No deja de ser un sub23 de libro y por mucho que ahora todo vaya tan rápido, el ciclismo siempre tendrá su punto de cocción a fuego lento. Luego como siempre, caerá mejor o peor por cómo es fuera de las carreteras. A mí, ni Fu ni fa, la verdad.
Y lo dije el otro día y lo recalco ahora, que es donde corresponde: en Del Toro hay ciclista. Además de que nos transporta a tiempos del (por decirlo de alguna manera) Mancebo.
Por otro lado, Denain es una prueba que debería ser preparatoria de Roubaix, pero claro, es que ni Dios (de los importantes) va a ir estando tan cerca de Roubaix por el riesgo que conlleva. Es una pena, porque es bien bonita.
Mañana Sanremo: el cuarto monumento diferente de Pogacar o Mathew ganando de arcoiris en Vía Roma. Me cuesta ver más opciones y la verdad que ambas me parecen extraordinarias.
Un saludo a todos.
De esos posts en los que uno piensa cuando alguno rebuzne por ahí lo de que “no te gusta el ciclismo”. Gracias.
Que un superequipo con positivo y con ataque al corazón a cuestas “enriquezca el ciclismo” porque en vez de trenecito hasta el final lo ponga a 50km de meta para obtener el mismo resultado tiránico me parece como decir que el Kelme Costa Blanca de Vicente Belda, Eufemiano y Walter Viru era fantástico para el ciclismo porque “atacaban mucho” y daban colorido a las carreras con Óscar Sevilla, Santi Botero, Escartín y Quique Gutiérrez.
Parece mentira que el típico superequipo dominador, como lo fue el US Postal, como lo fue el UK Postal, tenga tantos defensores fuera de su radio de acción de los Países Bajos, donde incluso tiene, como también tuvieron los otros dos imperios, periodistas a sueldo loando y escondiendo según interese. Y usando exactamente las mismas armas(marginal gains, corredores salidos de la nada que mutan y evolucionan en lo que ellos les interesa, tratan a los demás como si fueran poco profesionales y ellos tuvieran la fórmula de la Coca Cola… bueno, la nueva fórmula de la Coca Cola porque vemos que INEOS ya no la tiene, e incluso con Plugge tienen al nuevo Bruyneel o Brailsford metiéndose en todos los charcos por pura arrogancia). Es exactamente lo mismo.
Pero mientras el US Postal tenía a su favor la todavía edad de la inocencia(“pero cómo van a ir igual si desmantelaron la EPO Golden Age en el caso Festina”, Armstrong ganó un campeonato del mundo y es un héroe por superar un cáncer…), la popularidad del UK Postal fue mucho menor. Gente abucheando a Thomas en el Alpe D’Huez, por ejemplo. Mucha gente afeando la aparición del cyborg Chris Froome. Sí, un poco como Vingegaard, de la absoluta nada a ser el ganador por aplastamiento y de manera exagerada, como lleva desde que empezó el año. En este 2024 no quiere perder ni una carrera. Sin embargo a éste se le cuestiona poco(lo que para su rival Pogacar es “perder fuerzas en las clásicas” de cara al Tour nadie duda que para Vingegaard no significarán ninguna merma todos estos numeritos y apilamiento de victorias apabullantes) pese a que ya tenemos toda la experiencia de los anteriores imperios tiránicos y sus “superequipos” de gregarios que andan más que los demás líderes y de líderes que nunca fallan salvo caídas. Él falló en la París Niza del año pasado y no quiere que vuelva a ocurrir, y si gana todo lo que corra, incluso la París Roubaix si quiere, excusa por parte del equipo seguro que habría para justificarlo. Lo que parece curioso es que sabiendo lo que sabemos sobre los superequipos ahora mismo hubiera quien se la comprase. Yo creo que los habría. Aunque fuera por evitar que la hubiera ganado VDP.
Yo no se si es porque en el Visma Postal está Van Aert que cae muy bien(y es un ciclista al que da gusto ver, es una debilidad personal a nivel estético), o porque enfrente hay un equipo tremendamente desagradable pagado con dinero de monarquía petrolera medieval y que nada menos tiene de director a Matxin, con lo que ello significa de nauseabundo. Que además sean el ejército de Pancho Villa(y en Milán Torino se vio perfectamente en un bochornoso espectáculo, pero lo mismo pasó no hace mucho con el mismo Christen en el Trofeo Laigueglia) tampoco ayuda demasiado. Y que tengan a tipos como a los lagunares McNulty o Bjerg, y a este “viscoso” Ayuso usando términos de Sergio, que vence a Ganna en su terreno de manera exagerada y para mí candidato claro a dar un “susto”(pero de los malos) en cuanto a que le paren los pies o esperemos que no algo peor, pues empeora la mezcla. También supongo que el imperio neerlandés sea una alternativa a las victorias de dos ciclistas a los que la mayoría odia o ama sin casi término medio como son Van der Poel o Evenepoel ayuda a que se vean con mejores ojos y justificar ciertas cosas.
Pero nada de éso justifica lo de Visma Postal. Como “hijo de Rudicio”, Manolón y “+1 gratis” no justificaban lo de Ferrari en US Postal, y lo que hemos padecido de UK Postal no lo justifica todo lo relacionado con la generación del 90 entre otros muchos casos.
Que Pogacar esté con Matxin y tenga todos los asteriscos que queramos, o los tengan Evenepoel con el TUE o quien sea no justifica lo de Vingegaard evolucionando de año en año y haciendo una crono diferencial tipo Induráin o Anquetil después de ser el escalador definitivo, no justifica el triplete en la Vuelta con Kuss haciendo las 3 grandes seguidas con copo de podio en etapas, el dominio absoluto en cualquier terreno, Tobías Foss ganando un campeonato mundial de crono, que Laporte pase a ser un killer en Pro Tour cuando era un corredor rapidillo de pruebas francesas de nivel medio(pasando de nivel Etoile de Besseges y Poitou Charentes a París Niza, Gante-Wevelgem y Tour de Francia… veremos si no Milán San Remo el sábado), que Van Aert haya sido el bombero torero en los Tours de Francia, con los Tours 2021, 22 y 23 absolutamente memorables como multiherramienta jamás visto ganando sprints, cronos, escapado cientos de km y dejando tirado en montaña al Pogacar de Matxín, que al corredor que le dio el ataque al corazón fuera un Kennaugh de repente y pusiera el ritmo del pelotón en los puertos del Tour con sus 192 cm, entre otros muchísimos ejemplos de rendimientos exagerados, por no hablar de los de éste año que ya hay unos cuantos para arquear la ceja.
Especialmente si son todas las maravillas en el mismo equipo y con distintos corredores siempre de un mismo maillot. Y eso no significa que los de la orilla contraria sean hermanitas de la caridad, como no lo significaba con el US Postal ni con el UK Postal. Pero cuando hay un imperio ciclista tiránico, lo mínimo que hay que hacer es reconocerlo, porque no hace ningún bien al ciclismo.
Yo después de tantos años tengo que reconocer que veo el ciclismo sin prácticamente ciclistas favoritos, o siempre con mucha cautela, sin polarización salvo cuando ya es difícil de digerir el tema, como me pasa con el nuevo equipo dominador tiránico, porque ya me apreció aberrante el del texano y luego el anglosajón. Y cada vez me cuesta más separar el brillo de Pogacar del olor de Matxin, y de una victoria de Van Aert sabiendo en el equipo en el que corre, como me pasaba con Roglic hasta este invierno. Era de los que le gustaba la carrera de Geraint Thomas hasta su exagerada mutación escaladora.
Gracias por tu comentario
Gracias por tu extenso y, desde mi punto de vista, certero comentario.
Algo que querría añadir (relacionado con lo que primeramente mencionas) es respecto al positivazo y tabardillo que tuvieron el año pasado. En su momento pensé que era lo suficientemente cantoso para que se cortaran un poco y, al menos, en la Vuelta jugaran al despiste (hacer el teatrillo de ganar justito, justito) pero fué completamente al revés. Tal y como apuntas en el sexto párrafo, no sólo ganan la 3 gran vuelta de la temporada, si no que copan los 3 puestos del podio con los dos ganadores del Giro y Tour y el ganador es un gregario que ha sido el gregario clave en la conquista de las otras pruebas (y si no es por caída hace top 10 en el Tour). El mensaje era claro, ‘Somos intocables’. Esos dos sucesos, simplemente, jamás ocurrieron. Creo que la única forma de que realmente ‘aflojen’ va a ser si a Plugge le gana su arrogancia y sus juegos con esa liga de ciclismo tira hacia delante sin, previamente, untar y sin la aprovación de ASO y la UCI.
Por otro lado, respecto a Pogaçar algo que creo se debería de señalar (me sorprende que apenas se hayan atado cabos y no se mencione), la etapa que tuvo el ‘pajarón’ tras la crono nuclear de Vingegaard tuvo control sorpresa por la mañana. El que más tenía que arriesgar para recortar tiempo fué a quien peor le sentó el día. Que lo bueno que sea el chaval tampoco nos haga ciegos (Rey del Sol, ejem),
Yo me tomo también todo con mucha cautela, también al Jumbo, pero Óscar Sevilla, Santi Botero, Escartín y Quique Gutiérrez no le llegan al Jumbo ni a la suela ni inquietaron jamás a los patrones del pelotón. Para empezar, porque los mejores Tour contemporáneos han sido los periodos 2006-2008 y el de 2011, y todos ellos tuvieron algo en común: no había equipo dominador. Esta vez lo hay, pero el espectáculo del Télégraphe-Galibier 2022 o el de la Marie Blanque 2023 no tiene parangón.
La verdad es que partiendo de que Ayuso tiene un gran nivel, y sin meternos en los motivos de su rendimiento porque todos tienen sus sombras, no le veo proyección para ganar una gran vuelta salvo que Pogacar, Vingegaard y Roglic decidan no acudir a la vuelta algún año.
En cuanto a la victoria de Bettiol, todo apunta a que la tenía marcada en el calendario. Fíjense en la indumentaria: casco aero, mono de contrarreloj con mangas, guantes aero, cubre botas… antes de salir ya tenía en mente hacer el ataque y 30km de crono en solitario hasta meta.
Está bien que Christen salga haciendo acto de contrición por la cagada que hicieron en la Milán-Turín, pero es el mas joven y en condiciones normales, y si llevan alguien en el coche que no sea un taxista, el más joven se sacrifica por los viejos. El que no ha ganado nada ayuda al mejor del equipo, que en este caso era Hirschi. Y Ulissi, que es viejo pero hace tiempo que no gana, también se debería haber sacrificado. Pero UAE es una banda y no llevan a nadie al volante, desde hace años.
El mérito de Bettiol es innegable, pero si los UAE no se hubieran comportado como un equipo de cuarta categoría que se aprovecha del trabajo de los demás para hacer su puestecito, no hubiera llegado solo ni borracho.
Ayuso ganando a Ganna en una CRI llana en Italia, es para el archivo de hace dos entradas, aunque más que maraville, repugne.
Mañana se sobre-marcan los dos favoritos, y si alguien tipo Ganna o Mohoric (que no sé como llega) no encuentran su momento y se la juegan en el Poggio, yo estoy visualizando un sprint que no se da desde hace años.
Y ahí, ojo que se abre el abanico y te gana la San Remo Philipsen, Kooij o Milan…
Viendo los contrincantes, creo que era difícil otro resultado que una victoria apabullante de Vingegaard. Si no recuerdo mal el líder del UAE para la Tirreno iba a ser Yates pero sigue acusando la contusión tras la caída que tuvo hace unas semanas. Aunque no creo que la victoria hubiese variado, me he quedado con las ganas de ver la diferencia entre el inglés y el danés.
Si el año pasado Ayuso buscaba desesperadamente cambiar de equipo, este año tras la aparición de Del Toro, como se despiste, acabará siendo gregario del mejicano en no mucho tiempo.
Desde luego. Para mi uno de los mejores momentos de la Tirreno, fue en la primera etapa que atacó Vingeggard. Del Toro venía descolgado y cuando cazó por detrás, se puso a tirar y mantuvo a Vingegaard a raya en un mano a mano, incluso llegándole a recortar tiempo. Al final entraron todos y le mantuvieron la distancia, pero de no ser por el mexicano se les hubiera ido bastante más.
Sí, pues estoy de acuerdo con Richard Virenque, Tomás y también con Sergio.
Que el año pasado 3 corredores del Visma coparan el podium de la Vuelta no es para echarse las manos a la cabeza dado el nivel de la carrera y que no se corrió con especial intensidad, no obstante, que 3 corredores del mismo equipo ganen las 3 grandes el mismo año es otro cantar (hay algún precedente de esto?).
Que Jorgenson gane la París-Niza es previsible, qué rivales tenía?.
Tampoco es extraordinario que el ganador del Tour gane Tirreno Adriatico o que Van Aert o Laporte ganen clásicas.
El problema es que no paran de ganar. Eso sí es extraordinario, que lo ganen todo.
Por otra parte, parece que se repite un patrón, a saber, se termina la época de un monstruito, hay 2 0 3 años de periodo de transición y surge otro que pertenece a un equipo muy rico y poderoso y que se atreve a hacer lo que no hacía el otro (Sky colaba 2 del mismo equipo en la reina del tour, Visma gana las 3 el mismo año).
Si bien esta época tiene sus diferencias respecto a la de Sky/Ineos y se puede ver más ciclismo que el que se veía con su trenecito, creo que no es positivo que haya un dominador tan rotundo.
Pero qué se puede hacer. Recordad, 6 meses después de la confesión de Armstrong, Froome y el Ventoux.
Dice Tomas, quizás a Plugge le pueda la arrogancia pero a día de hoy pese a los escándalos que hubo en Sky/Ineos (kenacort de Wiggins, positivo en la Vuelta de Froome) Brailsford sigue siendo director del Ineos y ninguno de sus corredores ha sufrido sanción alguna.
Este Roglic de Bora no es mi Roglic. No le recuerdo en Visma una actuación tan anodina en una
Vuelta de una semana como esta Paris Niza, parece haber bajando de nivel de manera clara.
Hace frío fuera de la formación holandesa…
Bueno, Visma tiene a los mejores corredores, pero a algunos los ha fabricado también. Vingegaard mismamente. Y guste más o menos, Roglic también es un caso inaudito en el ciclismo, pasando al profesionalismo muy tarde desde otro deporte, de un país con dopaje de estado, empezando como contrarrelojista y mutando a “pasa la montaña con los mejores”. No olvidemos que es la misma estructura del Rabobank, lo que pasa es que han cambiado, con sensatez, esa obstinación de ganar con los holandeses por lo civil o lo criminal, especialmente lo segundo, creando monstruitos como Boogerd o Dekker.
Como esto es ciclismo, a todo equipo dominador que hace o consigue cosas que nunca se han hecho antes, hay que mirarlo mal. Luego, se puede disfrutar desde una cierta inocencia porque al final nos gusta ver a gente en bici compitiendo. Y gracias a ellos hemos tenido uno de los mejores Tours de la historia y el del año pasado, que para lo visto en los últimos años, tampoco está mal. Como señalas, a mi dame este equipo superdominador de dopados antes que el Sky o el US Postal. Pero que ojalá caigan, también.
Y me parece una absoluta desfachatez que no vayan a la Milan Sanremo con Van Aert. No se puede aceptar que alguien intente ser el mejor corredor del mundo en su estilo y dejar pasar esta carrera por su calendario para preparar los Juegos Olímpicos, una carrera históricamente muy menor.
Coincido en tu análisis, el Visma me deja esa sensación de( esto ya lo he visto):(. Y aquí vemos que el autor de este blog acertó plenamente en su título.
El ciclismo q cambia, pero siempre es el mismo ciclismo
Off-topic para PM, por si Sergio algún día decide relanzarlo.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2024/03/13/jacome-impide-oposicion-oficiar-bodas-provoca-rechazo-parejas-mi-senor-me-casa/00031710357244900213799.htm
Este tío da para un blog él solo. En 2027 saldrá reelegido con mayoría absoluta, seguro. Y lo mejor de todo es que, con todo lo que largaba del clan Baltar, accedió a la alcaldía de Ourense a cambio de votar a éstos en la presidencia de la Diputación. Uno de los peores personajes de la política española, sin lugar a dudas.
Yo es que no le he dedicado jamás ni media palabra.
Ayuso ha hecho buenas cronos todo este tiempo, así que tal como dice Sergio su victoria es relativamente sorprendente por el hecho de estar Ganna involucrado, pero hablamos de un mísero segundo y 10 km. Es un corredor que pasa holgadamente el 1,80 y aunque esté delgado tiene cuerpo para rodar, además de tener muy buena planta. Es un passista-scalatore de toda la vida, tiene 21 años y objetivamente su rendimiento es muy bueno. El problema es el soufllé que hincharon los periolistos con su paso por sub23, y alguien tendrá que intentar abstraerle de toda esa tontería.
Y ese soufflé hinchado por los pseudoperiodistas y alimentado por los pajilleros de turno es el que provoca que Ayuso sea visto como la gran esperanza española por delante de Carlos Rodríguez, al que se ningunea sistemáticamente. Que comparta apellido con “Isa” y que esté dirigido por Matxín no parece importar, desgraciadamente.
El ciclismo italiano es una experiencia única que combina paisajes pintorescos, cultura rica y pasión por el deporte. Desde las colinas de la Toscana hasta las montañas de los Dolomitas, ofrece rutas impresionantes.