Después de que la dos grandes citas del pavés fuese un auténtico sopor, era difícil esperar algo grande o emocionante de la Amstel Gold Race, esa carrera que tiene entre sus campeonissimos recientes a gente como Gasparotto, Valgren, Kwiatkowski, y otra gente incapaz de ganar en cualquier otra cita de las Ardenas.
De hecho, toda la atención giraba en torno a Van der Poel, que ganó una vez la carrera -bueno, se la regalaron Alaphilippe y Fuglsang– y que algunos veían en lo más alto del podio. Los de siempre, los que tienen que vender algo, especialmente una carrera con una participación muy mermada por las ausencias de Evenepoel, Roglic, Van Aert o Pogacar.
Era, por tanto, una edición de la Amstel al alcance de muchos corredores con posibles, de esos que son rápidos y suben bien las cotas, pero sin ser excesivamente ganadores; al final, ganó el corredor con mayor pedigrí en la carrera, el que más lo luchó, y lo hizo como reivindicación de sí mismo.
La carrera estuvo muy bien, por encima de su media histórica -más bien baja-, y por encima de la temporada. Quizás esos bobos que elogian el ciclismo de los “Xeis Magníficos” (puaj) descubran que hay mucho más ciclismo cuando no hay tiranos, cuando los demás se enfrentan entre sí, igual que descubrieron que había más ciclismo fuera de los superequipos dominadores, cuando los hubo.
Es un poco lo que pasó el domingo, donde una escapada antes del encadenado de cuatro subidas seguidas (Eysebosberg, Fromberg, Cauberg) ya había una fuga donde estaban algunos de los protagonistas, esos que ya dejan bien claro que es su día. Los dos que llegaron más lejos fueron Honoré -un danés venido a menos, jamás se recuperó de aquel blancazo de neoprofesional en Australia-, y la revelación Lapeira, el ciclista del Ag2r que ganó una etapa en la Itzulia.
De hecho, llegaron a subir algunas de las cotas, a 40 km. de meta, todavía destacados, para después ser engullido por un gran grupo donde no había ningún equipo capaz de controlar. El corpachón de Van der Poel lo pasaba mal en las cuestas, especialmente en los esfuerzos continuados, y en un corte de esos típicos de estas carreras, se decidió quienes iban a disputar la victoria.
En aquel entonces no parecía tan claro. Las diferencias eran mínimas, y los doce destacados tuvieron que luchar mucho para mantener su distacco. Fue, con diferencia, lo más bonito de la carrera, una emoción continua y durante bastante tiempo, porque yo ya me he cansado de tantas fugas en solitario y de lejos esta temporada.
Y siempre hay alguien que hace el ataque, por mucho que en el frenesí posterior se llegue a olvidar; de manera sorprendente, el honor correspondió a un renacido Hirschi, el ciclista que asombró en el año del confinamiento -y de qué manera-, para después desaparecer entre contratos millonarios, acusaciones veladas -y fundadas- de dopaje por su exequipo, y por esas cosas del ciclismo y las sanciones encubiertas.
El año pasado ganó siete carreras, a cada cual más desconocida y de serie B, pero siete carreras (y seis segundos puestos). Que no supiese exportar a las grandes citas esa capacidad, al margen de que su equipo lo tenga vetado para las grandes vueltas, es algo cuyo origen todos intuimos, y que quizás algún día sabremos. El domingo corrió con rabia, sabedor de que en un equipo con tantas estrellas, y tantas renovaciones para los próximos años, las oportunidades en grandes citas escasean.
Eso espoleó al suizo, qué duda cabe. En el grupo era el gran favorito junto a Pidcock, un grupo que se aseguraba hacer camino al contar entre sus miembros con auténticos burros de tiro como Benoot -ya había sido podio en la carrera- o Bilbao, que intentó su ataquito bajando, tan triste como siempre. Los que mejor colaboraron fueron la pareja del FdJ Madouas y Pacher, mientras por detrás el Education First hacia un intento de persecución con integrantes tan dudosos como Carapaz, un sombra del corredor que fue.
¿Y a quien tenía el equipo de Vaughters? A Van der Berg, que una vez más demostró estar fortísimo, pero que se perdió el momento decisivo de la carrera. En el Cauberg Hirschi volvió a demostrar que era el más fuerte, y también estuvo en el corte final a 10 km. de meta, con Vansevenant, Benoot y Pidcock.
Esto no significa que fuesen los más fuertes; quizás los más hábiles y experimentados, pero el más fuerte fue Lapeira, que después de haber estado en la fuga, estaba también delante e incluso intentó una persecución en solitario por encima de los 250 km. de carrera, lo que demuestra que hay corredor, al margen de la baja participación del evento.
En la recta de meta Benoot intentó anticipar -después se quejó de que le iba mal el cambio-, pero Pidcock cogió muy bien la posición de vanguardia para incluso resistir el avance de Hirschi por la valla, en un hueco que el mismo británico había propiciado. Un sprint mayúsculo, muy emocionante, y para el corredor con más pedigrí en la carrera.
A pesar de su juventud, Pidcock ya había sido segundo en 2021 -primero, pero relegado porque el Jumbo tenía que ganar en su casa por primera vez en 20 años- y tercero el año pasado, y celebró con gran alegría y gritos su sensacional triunfo, para después ser recibido por su pareja y unos perros -signo de los tiempos-, tanto que un corredor de 1´70″ gane sprints a Van Aert, o logre esa punta de velocidad.
Nada nuevo en el ciclismo que cambia, pues, dado que fue en su momento un merecidísimo Premio Zakarin™, una distinción que ha honrado desde entonces con un rendimiento lagunar y extrañísimo; sin ir más lejos, abandonó en el prólogo del País Vasco sin ni siquiera tomar la salida, cuando estaba inspeccionando el recorrido.
Según la televisión de los pañales para adultos, “en brazos y sin poder andar”. My arse. A los seis días estaba debutando en la París-Roubaix, y dando leña (recuerden de nuevo su altura) hasta que quedó relegado. Y claro que volverá a esa carrera, ya lo creo. Ciclista multiherramienta, con gusto por el lloro y lo xaró, se convierte según esta interesante estadística, en el enésimo campeón del mundo de CX que gana la Amstel, tras Van Aert y Van der Poel.
Ineos, por su parte, lleva cuatro años seguidos subiendo al podio de esta carrera a un corredor de sus filas. Es un dato que antes hubiese pasado desapercibido (¡piensen por favor en lo que ha hecho este equipo en el Giro o París-Niza!), pero que resulta interesante en el actual contexto de victorias mucho más escasas, y sin un corredor para grandes vueltas muy definido.
Está Carlos Rodríguez, es cierto, pero también está este británico fabricado en un laboratorio, que ya el año pasado hizo el Tour a su puta bola, sin dar jamás una ayuda y un auxilio a su compañero de equipo, que vio como caía del tercer al quinto puesto de la general. Hoy por hoy Pidcock está para hacer top-five en el Tour -y más en estos Tour sin crono-, pero no más allá, salvo ulterior avance de la ciencia médica. Será su última transformación de multiherramienta, y todos dirán que es supernormal. Nunca lo ha sido.
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La Flecha de Brabante era una carrera que funcionaba, una garantía de competición y emoción año tras año; quizás por eso han alterado el recorrido, lo que junto a una participación tirando a mediocre ha dado una de las peores ediciones que se recuerdan, al menos en los últimos lustros.
Se ha quitado la última cuesta, esa empedrada que iba a dar directamente a la recta de meta, y la carrera ha quedado un poco coja, a pesar de que el ataque decisivo se produjo a 30 km. a cargo de Teuns, el extraño corredor lagunar, uno de los pocos del pelotón que puede compaginar pavés y asfalto.
Ya estuvo muy destacado en Flandes -aquella fuga en pos del segundo puesto junto a Bettiol-, y esta vez se llevó a rueda a otro como él, el Wellens 2024 que está rindiendo esta primavera como nunca. También estaba Van den Berg, quizás el más fuerte -de hecho, va fortísimo en todos sitios- que, después de unos decenas de kilómetros con el pelotón a los talones, se puso nervioso a dos km. de meta, atacando en solitario cuando no tenía por qué hacerlo.
Era, con diferencia, el más rápido, pero quemó inútilmente sus opciones, para ver cómo llegaba un pelotón perseguidor y se imponía, con amplio margen, el también lagunar Cosnefroy, 3º en 2020 y 2023, y 2º en 2022. Así contada, la carrera parece mejor de lo que realmente ha sido, y en el fondo han estado en el podio algunos de los más previsibles, pero en directo a mí me dio la sensación de que carecía de magia.
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Dejando al margen de que esta noticia sólo puede aparecer en medios regionales de una comunidad autónoma así, sorprende que haya 70 aspirantes para 19 plazas, cuando todos saben que se adjudican a dedo [son tres semanas de vacaciones pagadas por España]
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Ya hay luz hasta más allá de las nueve de la noche, pero nunca está de más.
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Es año olímpico, y bajo esta óptica hay que interpretar noticias como esta: batido el récord del mundo de disco masculino, vigente desde hace 38 años y a cargo de un atleta de la RDA. Además, lo ha batido por 37 cm…El atletismo, se mire como se mire, siempre estará peor que el ciclismo.
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¡Terrible! ¡Clamoroso! Un navarro que corría en el equipo ese naranja, obligado a dejar el ciclismo a los 27 años por “una dolencia cardiaca”. Lleva de profesional (sic) desde 2018, habiendo obtenido en estas siete temporadas un impresionante registro: jamás ha logrado entrar en un top-five en carrera alguna, ni siquiera en las que suele correr su equipo, en un 90% de serie Z y en Portugal.
¿Tramitará la paguita por incapaz, a lo Santi Blanco? ¡Nunca se sabe! ¡Otra talentino segado por el flagelo de la enfermedad! ¡Basta ya!
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No me parece mala iniciativa: un maillot distinguirá en el Tour de los Alpes (el Giro del Trentino de Mikel Landa) al corredor que lleve más kilómetros de fuga acumulados.
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Mañana Flecha-Valona, la carrera más previsible del calendario, y donde se repite lo de la baja participación que ha asolado la Amstel. Ayuso tiene una buena oportunidad frente a sí, mucho más que la ridícula Patrulla Canina, que acude con un equipo mediocre, donde ni siquiera han metido a Mas, uno que en teoría estaba en forma, y que había hecho buenas actuaciones en la carrera.
Sobre el suelto del atletismo:
El nuevo recordman del lanzamiento de disco es Mykolas Alekna, figlio d’arte (su padre Virgilijus también lo era), lituano, por tanto de la URSS. De la RDA era Robert Harting (literal, pues nació en Cottbus).
Saludos.
Yo creo que está bien escrito
Alguien pudo ver los peligros en bajada a 14 kilómetros de meta. Un camión al que pasan pegados, salientes de la acera…menuda ratonera
Canela en rama:
“…celebró con gran alegría y gritos su sensacional triunfo, para después ser recibido por su pareja y unos perros -signo de los tiempos…”
Hirschi ha ido a por el Premio Zakarin y no ha dicho su última palabra.
Yo lo puse en “una atención especial para…”: será campeón del mundo en Zurich.
La cara de Hirschi era un poema en la finalización. Luego en el podio ya recuperó la compostura. Con este tipo vamos a vivir el mejor momento de la temporada. Canela.
Hará todo lo posible, ya se entiende…pero ni así le dará para batir a Pogacar.
sería una buena pleitesía del COI y la UCI a la tierra que les aloja, y además a uno de habla alemana, siempre hay que tener contento al que te hospeda, y más a los que realmente tienen el poder en el país que te hospeda…
Hablando de Premio Zakarin™… ejem, ejem
Healy es un buen ejemplo del ciclismo que cambia, y por qué no, premio Zakarin 2023.
Healy? por qué razón…?
Fossombrone
Es mi outsider n°1 detras mis favoritos Evenepoel y Kuss.
Tras la victoria de Tobias Foss en la primera etapa de el Tour de los Alpes:
“Pasé cinco semanas en el sofá”: cómo Tobias Foss superó una enfermedad y volvió a la senda de la victoria.
En el Tour de los Alpes, el corredor del Ineos Grenadiers consiguió su primera victoria desde que se proclamó campeón del mundo de contrarreloj en 2022. Los 19 meses intermedios fueron un camino lleno de baches.
Puede ser difícil de creer, especialmente viendo a un corredor con el maillot de líder de la carrera, pero Tobias Foss todavía no se siente al 100%.
https://www.cyclingweekly.com/racing/i-spent-five-weeks-on-the-sofa-how-tobias-foss-overcame-illness-and-got-back-to-winning-ways
El Ineos se arrastró en los primeros meses de la temporada, pero ahora encadena en poco más de una semana. Pidcock dijo en meta que había sido un invierno de muchos sacrificios… para luego añadir “lejos de la familia” y alguna cosa más que no recuerdo.
La carrera fue muy animada. Por mucho que sea claramente un producto de segunda, mal organizado, con miles de requiebros y ratoneras, yo creo que ya van varios años bastante divertidos, muchos de ellos lastrados por polémicas (los riñones de Gilbert, el sprint de Pidcock-WvA). Muy superior a las clásicas del pavés y dudo que el díptico belga de estos días vaya a ser mejor. Será una de las mejores carreras world tour del año, aunque sea por demérito del resto.
Buah, no se. A mí es el año que más me ha gustado de los que recuerdo recientes. Otros años es bastante tostón y no hay un movimiento decisivo tan lejos de meta, pero sí: mucho mejor que Flandes o este Roubaix, y Lieja…bueno….si, también, porque los últimos años de cabalgadas de Evenepoel pues…
a mi todas las carreras que no consisten en recorrer una larga distancia de una ciudad a otra ya me dan bastante pereza. Si aún fuesen un circuito estilo mundial… pero juntar kilómetros porque sí a base de hacer giros alrededor de cuatro lugares me parece un sinsentido. Pero en el ciclismo actual parece que es una batalla perdida
Desde que quitaron el Cauberg al final, creo que es de media, la grande con mejores carreras.
Puede alguien explicar el calendario de competición de Enric Más?
Un saludo
No lo sabe ni el
Al igual que Pedersen va acompañando su Mundial de victorias, Pidcock hace lo propio con su temprano, pero merecido, Zakarin.
Tras las ausencias de esos ciclistas que ganan siempre y no fallan nunca en sus objetivos convirtiendo las carreras en previsibles, va quedando claro que el ciclismo es generalmente más bonito de ver cuando no hay dominadores tan claros.
Personalmente prefiero ver una carrera abierta con 5-10-15 candidatos que un mano a mano entre dos de esos “elegidos”.
Me gustó la carrera. Creo que Pidcock no era el más fuerte, pero supo jugar muy bien sus cartas. Igual, queda la sensación que despues de un inicio de temporada con exibiciones constantes, estamos viendo un poco de competición más normal. Yo en lo personal prefiero carreras donde no sabes que puede pasar a la pantomima que implica tener un dominador absoluto. Me genera mucha incertidumbre sobre lo que va a pasar en el Tour.
Si Hirschi no se hubiera quedado un poco encerrado al iniciar el sprint no se yo si no hubiera ganado el suizo…
¿Es Stephen Williams candidato al Premio Zakarin? Juro que no lo conocía hasta hoy.
27 años tiene…
Habrá dado con la tecla que había que tocar.
Pero es que no sabía nada de él hasta la Flecha Valona, lo juro. Y va y la gana.
Gano el Down Under al inicio del año. Es la personificación misma del salto de calidad del Israel en ésta temporada.
Siendo del Israel y compitiendo bajo la bandera que lo hace puede tomar cualquier cosa y no nos enterariamos, pero ya ha ganado algo anteriormente. Sobre todo al principio de esta temporada.
Sigo sin entender porque es una clasica tan grande la FW. Cada año vale con ver 400m.
Ha sido una carrera entretenida, el clásico final con ataques y grupos varios, con un poquito de desorden, sin equipo dominador ni excesos personales. Una carrera ¿Creíble?
Estuvo muy entretenida la carrera. La actitud de Van der Poel fué un poco extraña, porqué mal no parecía que fuese. Me recordó un poco su actitud en la Milan-Sanremo, aunque mucho más improductiva para el equipo. No sé si estaba haciendo un intento de transición entre las piedras y las cotas, de cara a la Lieja. Ya veremos cómo le sale.
Me sacó de quicio la pareja De Andrés-Rodríguez (que hace bueno a Delgado) y la manía de llamar a los ciclistas por su nombre de pila, como si estuvieran en el bar con colegas y no locutando una carrera para gente que entiende de ciclismo o no. Con Van der Poel, lo llamaban ‘Matiu’ y parecía que se referían a Matthews. Si por un rato puede confundir a un frikazo de manual, imagina como se debe quedar alguien que está viendo una carrera de ciclismo por primera vez.
Era todo ridículo, solo tenían ojos para el. “Yo creo que está esperando para dar un buen hachazo”, “Cuando va un figura así en el pelotón ninguna escapada está segura”, y demás cuñadeces.
De Andrés repitió no sé cuantas veces que todo se decidiría en la última subida al Cauberg y le debieron soplar que ya no se hace esa subida final, porque como a 5 kilómetros de meta dejó de machacar con eso. Lo de Rodríguez… en fin, hace buenos a Iglesias y Delgado.
Tienen a Juan Carlos García que lo hacía bastante bien pero no le dan bola.
Y lo hace bastante bien, por lo menos en la moto. Debería ser él el narrador, con alguien que no sea Probenecid o Purito como analista técnico (¿Líder Máximo?) y que RTVE haga con Valverde como hacía, no sé si lo sigue haciendo, la RAI con Savoldelli, esto es, cubrir la carrera desde la moto. Por lo menos, aunque el murciano no tenga muchas luces, el hecho de haber sido profesional hasta hace dos telediarios le otorga más “conocimiento del medio”.
Savoldelli sabe expresarse bastante bien. Valmomia habla mucho peor que Perico cuando empezó…
Juan C. García me parece bueno en la moto, cuando ha hecho de “titular” me ha parecido un pesado.
Yo creo que en Amstel, van der Poel quiso que le hicieran la carrera otros. Si le salía bien y si no también; pero él no iba a gastar ni un gramo de fuerza de más. Creo que ha usado esta carrera para preparar Lieja. En mi opinión un error, porque en esta Amstel tenía opciones y en Lieja, con Pogacar en liza, tiene cero.
¡Otra más!
https://www.elbierzonoticias.com/ponferrada/ponferrada-devolver-millones-credito-mundial-ciclismo-20240419101105-nt.html
Gracias!
Carlos Sastre,con lo sosito que parece,lo ha hecho muy bien cuando comentado alguna carrera por televisión,ameno,muy bien documentado,técnico apto para los televidentes no técnicos,fue una grata sorpresa,deberían dejarle paso probenecid y purito
en algún comentario anticipe viendo al trek que Juanpe volvería a carburar y mira ya ha tiene su primera victoria.
Asi es el ciclismo.