Los ciclistas tenían hoy otra nueva oportunidad para lucir su deporte en el escaparate más masivo que tienen a lo largo del año. Han optado, sin sorpresa alguna, por envilecerlo de manera lastimosa, hasta el punto de que la fuga pactada de cuatro corredores de equipos menores (Uno-X, Total, Patrulla Canina, Arkea) ni siquiera ha servido.
Sí para el pelotón, claro, porque solo eran cuatro y de equipos que no son, no han sido, o no serán WT. Cuatro, perfecto para hacer el paripé de los dejamos irse, vamos de ramoneo hablando con las cámaras y parando a mear y, cuando este cerca la meta, los cogemos. Hoy, y es la primera vez, ya se ha notado hartazgo con el teatrillo.
Como se recoge en este tweet, primero se descolgó el noruego Abrahamsen, quizás porque a su patrocinador con nombre de spin-off de los X-Men no le interesa esa “publicidad para el patrocinador” que decían que era lo que motivaba a los equipos pequeños para ir en fuga. Son noruegos, ya son ricos de maneras inimaginables, ¿qué hacen aquí? ¿qué van a vender? Se descolgó a los 400 metros de entrar en la fuga. Habrá que ver que es lo que hace en lo que queda del Tour.
Después fue el turno de Oliveira, veteranísimo portugués totalmente navarrizado, que solo esperó un km. para recibir instrucciones y decidir que, a pesar de ser un notable contrarrelojista y rodador, este tampoco era el día. Su equipo lleva sin ganar una etapa en la carrera desde hace cinco años, y ojalá que sean muchos más.
Por último Burgaudeau también deja de pedalear, y esta vez Guglielmi, el único valiente, le reprocha no seguir en la fuga. No consta que hubiese respuesta por parte de su compatriota. Será que Total no tiene interés en dejarse ver en la carrera, o cualquier otra cosa que no sabemos.
Y así quedó la estampa de la etapa Mont-de-Marsan (Francia pobre, cariñosamente parecida a España) y Burdeos (Francia rica, orgullosa, burguesa, próspera, autoreferencial, autosufiente), con un único corredor en la fuga intentando suceder a Cedric Vasseur, el último corredor que llegó a meta en una fuga en solitario, hace más de dos décadas.
Una empresa quijotesca y que explica perfectamente este ciclismo que nos venden como de atacantes, generación de oro, y que produce a decenas etapas como la de hoy, que antes eran de las más bonitas de la carrera, con serias opciones para los fugados. Y, aún así, fue una buena etapa.
Guglielmi ha demostrado ser un buen rodador y ha mantenido el tipo durante muchos kilómetros. Cuando ya estaba cerca el pelotón, sucedió algo que ya se había visto en este Tour: se formó otra fuga -dos corredores, no se vayan a alborozar- que dieron alcance al valiente, e imprimieron nuevo brío al día.
Dos corredores muy buenos: Nans Peters, un gigantón con victorias en Giro y Vuelta, y Latour, un corredor que prometía mucho cuando ganó la etapa final de la Vuelta en 2016 con 22 años, y que no ha llegado donde se esperaba. Con Guglielmi, que se descolgaría en la pequeña cota que había cuando cruzaron el majestuoso Garona hacia su rive droite por primera y única vez, hicieron buen papel.
Habían salido de Las Landas y estaban ya en la Gironda. El terreno era llanísimo y el Deceunick llevaba el ritmo. Fue una lucha bonita, desigual, injusta y con el final ya conocido, pero nunca hay que dejar de intentarlo. Nunca hay que hacer como Oliveira, Burgaudeau y Abrahamsen, salvo que su acción sirva para poner negro sobre blanco en la hipocresía y la omertá del pelotón.
Burdeos esperaba al pelotón que había salido de Bilbao, la ciudad puesta en el mapa internacional por el famoso museo Guggenheim. Desde entonces, hace ya un cuarto de siglo, se cuentan por cientos las ciudades y lugares que han intentado replicar el conocido como efecto Guggenheim. En un alto porcentaje han fracasado absolutamente, dejando tras de sí aparatosos mamotretos arquitectónicos con poco o nulo uso, convertidos en ruinas y modernos monoraíles que iban a catapultar a la modernidad el sitio donde se encuentran.
En Burdeos optaron por una vía completamente diferente. Con menos industria pesada, pero también con una ría ocupada a ambos márgenes por los tinglados y talleres, en vez de un edificio-monumento la reforma ha sido sutil y preciosista, como la decisión de poner un tranvía sin catenaria, para preservar las vistas de los bonitos edificios de la ciudad. Tres veces más caro, pero tres veces más bonito. Hay más ejemplos.
En Bilbao sobreviven indemnes los edificios del desarrollismo, tan españoles en su ladrillo visto. En Burdeos tienen un edificio que les ha valido a sus autores nada menos que el Premio Pritzker, y que básicamente consiste en mejorar esos edificios de estilo internacional asociados a las banllieu para quitarles la imagen de ghetto vertical, de prisión.
Una obra maestra ya ensayada en París poco años antes, y que en Burdeos-Grand Parc alcanzó su cénit: ampliar los edificios aprovechando las amplias zonas libres, y ampliarlos con una terraza corrida y dando una nueva imagen. Mucho más barato que destruir y volver a edificar. Es en esos edificios donde vive la gente, y no en el Guggenheim, cuyo efecto dura solo una vez, y en una única ciudad.
Desde el tremendo éxito de la reforma de las quinientas viviendas de Grand Parc su modelo se copiado en muchos sitios. No en todos los que se deberían -hace falta que haya una única propiedad, no es tan fácil que haya espacio-, pero sí que va dentro de la corriente actual y de sentido común de aprovechar, reciclar y no gastar, todo lo contrario de placas de titanio, salas únicas con una luz de 25 metros, o cualquier otra cosa. Optaron por esa vía, y cualquiera que vaya a Burdeos -sí, juzgados de Renzo Piano; si, ciudad del vino con megaedificio-símbolo, pero entiendan la musiqueta del tema- lo notará. Seguro que Calatrava hubiese hecho su mejor puente atirantado sobre el Garona (“más que un río es un mar”), pero se dijo que no a todo eso.
En todo eso pensaba yo mientras veía muy entretenido la etapa. En que el ciclismo de grandes vueltas nunca podrá ser con todas las etapas de montaña (las “entretenidas”, según el público de julio), y que cuando se ha experimentado algo parecido ha sido un cagarro (¡un saludo, Guillén!). En que siempre va a haber más etapas llanas que de montaña, pero que las etapas llanas no son esas en que la fuga sale en el km. 1 y, ahora, incluso corredores se descuelgan para no ir todo el día y saber que los van a cazar.
Hace falta un ciclismo con más etapas tipo Grand-Parc que Guggenheims de doble paso por el Ventoux, o por Alpe d´Huez, o subir al Col de Loze y asfaltar, si se puede, hasta el Pic du Midi. Y eso se logra reformando lo existente, que no es poco, porque la mayor parte de los ciclistas viven en etapas como la que hoy se ha despreciado, y no en esas de montaña, al alcance de muy pocos. Creo no haber forzado mucho la metáfora.
Peters se despidió de su compañero al poco de entrar en una Burdeos siempre en obras, y Latour apuró hasta cuatro kilómetros de meta. Todo el honor para este corredor compañero, no lo olviden nunca, de Burgadeau, el que se borró a las primeras de cambio. El sprint cantado iba a seguir su guión, y de nuevo fue para Philipsen, que tuvo que superar la marrullería final del Mono de Man, rabioso porque alguien le adelantase en su sprint anticipado.
Anticipado, y preparado con una caída al coche de equipo a 50 km. de meta, acompañado de cuatro compañeros. No se informó de pinchazo ni de avería alguna. Fue a buscar algo, supongo que lo que buscará un sprinter de 37 años que quiere seguir ganando. Lo mismo que Petacchi, cuando en 2010 ganó dos etapas en el Tour a provecta edad. Después se supo cómo y por qué.
No fue el único suceso raro en el sprint. Tras pasar la línea de meta, Philipsen se encontró justo en su trayectoria con el autobús de su equipo, estratégicamente situado. En una situación jamás vista en el ciclismo, y no había pasado ni un minuto desde su victoria, se metió dentro y tardó varios minutos en salir. Lo puede comprobar cualquiera. Le esperaban fuera los periodistas con sus micrófonos con pértiga, por eso del Covid-19. No le preguntaron por lo extraño de su actitud, que qué se le había perdido en el autobús antes de pasar el control antidoping. Que donde estaban los chaperones de antiguos Tour.
Y en esas vivimos. Asistiendo a la decadencia e irrelevancia creciente de nuestro deporte (recuerden: este año ni se emite por La Uno de El Ente) mientras nos dicen que el dopaje ha acabado porque no hay positivos. Que las etapas llanas sobran, o deben reformarse siguiendo ideas tipo las que aplica el empresario Piqué en sus empresas de balompié. Que no aportan nada, únicamente caídas. Y yo siempre voy a preferir este tipo de etapas, cuando hay competición, que las otras que enganchan al aficionado. Que siempre voy a preferir la arquitectura de Grand Parc al Guggenheim, aún disfrutando de los dos.
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Lo que viene siendo el “Día del Primate” o “Día del Primo” (ven sendo o mesmo) para el candidado narco Alberto Feijóo.
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Deja el ciclismo, con efecto inmediato, Step Van Marcke, el Flecha belga. Este auténtico Pierre-no-doy-una del ciclismo acaba de caer en la dolencia típica de los ciclistas belgas o que corren en equipos de ese país (¡un saludo al checo que este año ha hecho un buen butrón al Jayco!): una dolencia cardiaca. Dada la edad del corredor, y su absoluta inoperancia, es probable que jamás se vuelva a poner un dorsal.
Muy buen artículo.
Por cierto, el final ha sido una encerrona muy estrecha y peligrosa (un bordillo en plena recta de meta). Están cuidando muy poco los finales de etapa últimamente, sobre todo los que se sabe que van a ser casi seguro de sprint masivo. Es una tendencia. Cuanto más hablan de seguridad, más sprints ratoneros montan, en los que siempre se beneficia quien dispone de mejores lanzadores.
Lo de Philipsen el otro día con Wout Van Aert pudo ser dudoso pero hoy le ha cortado a Girmay la progresión de manera descarada, el eritreo iba perfecto a rueda de Cavendish, y el belga lo ha arrinconado contra la valla. El sprint era de Girmay, pero a los Alpecin se lo consienten todo, son unos matones.
Estoy completamente de acuerdo con la primera parte del comentario, que el sprint era de Girmay, pues, habría que verlo; y que el Alpecin son unos matones tampoco lo veo. Un saludo
Creo que es el mejor post de ciclismo2005. Y varios párrafos podían ser de política menor. Se podrá estar más o menos de acuerdo, pero eres un tipo brillante. Enhorabuena.
Por estos post te llevo leyendo desde hace muchos años. Me informo, me entretengo y aprendo. Gracias
Enhorabuena por el post.
De ciclismo, con el bochorno del inicio de la fuga, no quiero ni comentar.
Saludos!
En Burdeos tienen eso y en Galicia tenemos galerías
Aunque leo el blog desde hace años es la primera vez que escribo (se me atraganta el exceso de mala leche que tienes a veces), pero esta vez me veo obligado a decir que el post es magistral y un ejemplo de cómo un texto puede ser divertido, informativo y crítico, todo a la vez. De aplauso.
En cuanto a la etapa, a mí juicio lo de Philipsen está siendo de escándalo por efectividad: ha ganado todas en las que ha tenido la mínima posibilidad.
Las galerías son una maravilla siempre que se construyan en el contexto adecuado. Digo esto porque en los últimos 30 años se han construido galerías a cascoporro en muchos edificios donde no pintan nada, orientadas al norte o en calles estrechas donde apenas da el sol. Pero bueno, el panorama arquitectónico gallego es de los más demenciales que hay, basta con comparar las “vilas mariñeiras” de Galicia con sus equivalentes en Escocia, Inglaterra o la costa atlántica francesa, lugares donde se ha hecho un esfuerzo por mantener, remodelar y aprovechar las arquitecturas tradicionales, mientras que en Galicia haces zoom y aparece el coronel Kurtz susurrando “el horror, el horror”. Es un tema que ya se ha tratado aquí otras veces.
Lo de Burdeos que ha puesto y explicado Sergio me parece una pasada a todos los niveles: una solución relativamente barata y eficaz para transformar los infumables bloques de viviendas del peor racionalismo arquitectónico en lugares dignos y agradables para vivir. El Guggenheim de Bilbao es otro mamotreto más, grotesco, hortera y carísimo, y muy en línea con el grandonismo hispano de hacer las cosas a lo bestia. Falta literatura crítica para con las innumerables animaladas arquitectónicas que se perpetraron en el siglo XX usando como excusa preceptos supuestamente racionales y eficientes.
Un post genial, como siempre que se mezclan C2005 y PM.
Sólo una corrección: el río se llama Garona. Garoña es la central nuclear burgalesa que quiere desmantelar la fanática de Teresa Ribera.
Saludos.
Nuclenor ceso su actividad en 2012, se cerro en 2017, y si, se quiere desmantelar. Habida cuenta de que supero su vida util, no era rentable (si no no hubieran cesado su actividad) parece poco probable que vuelva a la actividad, por tanto, o se construye una nueva en el mismo emplazamiento, o se desmantela.
Quizas tu tengas una alternativa mejor
Gracias.
No se me ocurren alternativas a demantelar Garoña, la verdad.
Un saludo 🙂
Vaya columpiada te has pegado. Garoña cesó su actividad y cerró con el Gobierno de Mariano Rajoy por motivos más que justificados pero tu llamas fanática a Teresa Ribera. Como se os ve el plumero a veces.
Pues sí, me he columpiado. Lo de Ribera viene por su furibunda cruzada pro-renovables (más limpias, sí, pero también más costosas y más dependientes del clima. Con la nuclear no pasa eso).
Qué pedazo de ciudad es Burdeos. Qué ganas de volver.
Qué buen post.
Qué truño de etapa. Y con un sprint final feísimo, otra vez en curva, otra vez que Philipsen se cruza completamente y cierra esta vez a Girmay (que se queja con razón al entrar en meta). Pero si descalificas a Philipsen le das la etapa a Cavendish, a ver quien aguanta entonces la turra…
Sólo un apunte: el río que desemboca en Burdeos es el Garona, no Garoña
Enhorabuena por el artículo, de los mejores que he leído en este blog.
Y que todavía haya quien diga que no te gusta el ciclismo…
Precioso y sentido post sobre el espíritu más romántico de este deporte sin entrar en las manidas batallitas.
En los últimos años ni me molestó en ver la última etapa (sobre todo si retrasan el horario a última hora de la tarde) pero es que a este ritmo empieza a haber una colección peligrosa de etapas donde te da igual ver el resumen que el último km… eso sí, cuando sopla el viento que que mala suerte que te pille un abanico.
(Entre todos la mataron y ella sola de murió)
Nunca he estado en Burdeos, y, tanto por lo que me cuentan como por las imágenes y vídeos que he podido encontrar, parece un bonito lugar, pero hoy ha lucido como un auténtico agujero mugriento por la tele. Imagino que las autoridades locales deben de estar dando saltos de alegría.
Es una ciudad maravillosa y visitable y disfrutable en cualquier época del año. En verano hay cantidad de música al aire libre y tienes el aliciente de combinarlo con la Bahía de Arcachon. Esa zona que va desde el pueblo de Arcachon hasta Cap Ferret es un puto paraíso.
Los que conocéis esa aberración que es el entorno del Mar Menor. Imaginaos que pudierais ir desde San Pedro de Pinatar hasta el final de la Manga por un carril bici totalmente separado de la carretera y entre Pinos atlanticos y con edificios y hoteles por los alrededores que raramente superan las 3 plantas de altura. Si además, como es mi caso, te vuelven loco las ostras, un plan perfecto. Es ideal para llegar, alquilar bicis y disfrutar.
Me gustan esas etapas, de cierta forma las llanas donde hay calor por alguna razón es lo que me imagino cuando pienso en el tour, creo que uno puede apreciar corredores que probablemente no van a salir en cámara durante las 3 semanas y además hay algo bueno y es esa esperanza de que por alguna razón no trabajen en el peloton y de alguna forma llegue la escapada con rodadores y hagan un pequeño sprint o alguien ataque a 8 o 5 de meta, falta mucho eso, ya Philipsen lleva 3 y se vuelve monótono. Por cierto creo que la producción ha bajado la calidad en mostrar paisajes y otras cuestiones durante estas etapas.
Es cierto, yo también lo he notado. Mucho vídeo pregrabado metido a machamartillo, y a veces al doble de velocidad. Ayer, por ejemplo, apenas mostraron el Garona cuando iban a su vera todo el rato, y lo que es peor: están empezando a salir iglesias cutre estilo las de Guillén cuando lleva su feria por España.
Si le cierran a Girmay, pero vamos, yo pensaba que ganaba Cavendish, que se ha sentado en medio del sprint…luego ha dicho que le saltaron los piñones, del 11 al 12 y tal…
También se ha metido con Cees Bol…es el mismo Mono de Man de siempre.
Pues sí que le saltaron, la verdad. Bastante hizo con dominar la bicicleta.
A los aficionados nos gustaría ver rodar a los rodadores más poderosos del pelotón en las etapas
que más se prestan a ello pero en el Tour lo tienen PROHIBIDO, se escapan en las jornadas en las que la Mafia lo permite.
Sólo podemos disfrutar de ellos en las clásicas.
Una derrota para el aficionado,una derrota para este bello deporte.
Burdeos es una ciudad increíble! Esas zonas peatonales y ese paseo por el Garona….
A mi también me sorprendió ver donde estaba el bus del Alpecin casi pegado a la meta y como se metió Philipsen, no se supone que al ganador le acompaña un hombre de la Uci desde que pasa la línea de meta hasta el control antidoping??
Un saludo
A mí me ha olido a cuerno carbonizado, no se cómo quieres que te lo diga…
Jasper Philipsen candidato a premio Zakarin 2023? Digo yo, porque aunque siempre haya sido un corredor rápido, hacer segundo tras un compañero de equipo en Roubaix y ganar 3 etapas (de momento) en un mismo tour es como mínimo para levantar la ceja…
El año pasado ganó dos etapas. En su debut en 2021 hizo segundo en tres etapas, y tercero en otras dos. A mí su rendimiento no me parece nada excepcional ni avisado de antemano, si lo de meterse en el bus nada más ganar.
A mi esto me recuerda a cuando empezó a sospecharse de que podía haber motores en las bicis porque existía perfectamente la tecnología para ello, y la UCI salía diciendo que tranquilos todos que eso era imposible, y que hacía controles a todas las bicis para asegurarse de ello.
Los controles eran con cámaras térmicas… Antes de la salida! es decir cuando el motor estaría aún frio sin haberlo usado! Pero qué bien quedaban los reportajes diciendo que era imposible usar un motor.
El reglamento dice que el chaperón no puede perder el contacto visual con el corredor asignado hasta que llega al recinto del control
El problema no es que no lo pongan en la Uno; lo verdaderamente sorprendente es que NO lo pongan en Teledeporte. ¿Para qué sirve, si no?
Fantástico post.
Gracias
Sí, un poco forzada la metáfora (y la prosa), pero interesante el tema de la rehabilitación de los edificios del Grand Parc, lo que me ha llevado, casi sin querer, a enlazar artículos sobre la problemática de ese tipo de barrios y pasar un buen rato leyendo sobre el tema. Gracias por el post.
Felicidades por el post. Muy interesante y bien traída la metáfora. Sólo con que los equipos se tomaran en serio las fugas y no cedieran a los acuerdos mafiosos del pelotón, ya funcionaría una etapa como la de ayer. Imagina una escapada más numerosa en la que varios trotones de los equipos que llevan perdiendo sprints desde el primer día se la juegan en la fuga y se plantan a 30km de meta con viento de culo.
Philipsen está muy en forma pero me parece muy marrullera su manera de sprintar, va barriendo sutilmente toda su zona de sprint con leves cambios de dirección bloqueando el paso, al límite de lo legal. Ayer cerró el paso a Grimay de forma peligrosa contra la valla y este entró protestando.
Esa solución constructiva tendría mucho sentido en Bellvitge. No sé si se ha plantedo.
¡Y que bonito es Burdeos! Ne quedé sorprendido al ver funcionar el enorme puente levadizo que tienen. Ver alzarse en el aire ese tablero mastodóntico suspendido de cuatro esbeltas columnas no tiene precio.
Gracias Sergio por el post. Muy bueno, como siempre.
Siento alegrarme por una caída… Pero… Algo de justicia poética con el simio de Man…
Aunque más justicia sería que no tuviera 34.
Moltes gràcies per aquest post.
Durante mas de 20 años fue alcalde de Burdeos Alain Juppe, primer ministro gaullista, y que acabó como muchos políticos en Francia, Italia o España, implicado en asuntos de corrupción.
Sí, y fue el artífice de la renovación de su ciudad natal.
Enhorabuena por el post. Me ha gustado mucho.
Una pregunta, desde la ignorancia. ¿Lo del Grand Parc de Burdeos se podría aplicar o tendría sentido en edificios de Bellvitge, Sant Ildefons, en Cornellà, o en Torre Baró?
Sí, el problema es que la propiedad es privada, y es más difícil poner de acuerdo a todos los propietarios. Además, no se exactamente cuando terreno libre hay en las lindes de los edificios, porque el urbanismo en España siempre ha sido más de aprovechar muy bien el terreno, y en Francia -aunque no les guste nada que se lo digan- apostaron por el urban sprawl yanki en los sesenta y setenta….
En Torre Baró seguro que no, porque casi todo es autoconstrucción y hay muy pocos (o ninguno) grandes bloques de viviendas.
Sublime.
Se demuestra la superioridad del llano sombre la montaña… en los post de este blog también.
Gracias, Sergio.
Gracias. Para mi ha sido un etapón, quería transmitirlo así. Y el que tenga dudas, que vea la media. Si mañana pasan cosas será por lo de hoy, porque el ciclismo es un deporte de resistencia, y más en una vuelta de tres semanas.
Que maravilla de post. También eso es ciclismo: el ver pasar las ciudades, el reconocer los cambios de los tejados, en aprender de arte, historia y arquitectura.