Solo puede haber noticias positivas con el hundimiento de las carreras pérsicas. Acabado el espejismo del dinero fácil , el pelotón ciclista se ha encontrado de nuevo en estas fechas de principio de temporada buscando carreras por Europa. Las que han existido siempre, y que habían ninguneado durante demasiados años.
Es el caso del Trofeo Laigueglia, un clásico del calendario italiano que tenía una nómina de vencedores de primer nivel, hasta que un día entró en decadencia junto con el resto de las pruebas de un día que se disputan en el país. Vencedores anónimos, que no volvieron a hacer nada en su vida, en ediciones para el olvido, y da igual que se hable de Tres Valles Varesinos, Matteoti, o la carrera que hoy nos ocupa.
La edición 2021 del Laigueglia ha sido apasionante, una carrera afrontada a tope por algunos de los corredores más importantes del pelotón, casi como si fuese un objetivo en sí mismo. El circuito de cuatro vueltas con la subida al Colla Micheri, y después al Capo Mele en el sentido contrario al que se afronta en la Sanremo se merecía algo así.
A la primera vuelta entró la fuga del día, de la que solo sobrevivían tres corredores tras la primera ascensión. Eran Edet, el italiano Bais de la banda de Savio, y Hollmann de la Patrulla Canina, otro más de esos corredores buscados bajo las piedras porque la raza navarra ya no da más de sí.
Por supuesto, el corredor del Cofidis era el mejor y se iba con facilidad en todas las subidas, pero ninguna era tan selectiva como para que no hubiese un reagrupamiento en el continuo tobogan que encadena esas bajadas insidiosas de la Liguria. A 26 km. de meta, subiendo el Capo Mele, dejaron paso a las otras figuras del pelotón.
No habían estado escondiéndose. Ya en la primera subida a Colla Micheri había atacado Mikel Landa, el corredor al que le gusta debutar tarde -siempre tiene una razón, este año el postergamiento de la Vuelta a Andalucía- y también hacerlo con algún golpe de efecto: romperse la clavícula en Mallorca, o hacer sus tradicionales ataques de postureo, por eso de ir cogido abajo.
Mucho más efectivo fue el trabajo del Ineos, nuevamente con Carlos Rodríguez, y también con Dumbar. Bernal, otro que tiene urgencias, se veía bien, y es un corredor con querencia por las carreras de un día italianas, donde tiene una sucesión interesante de puestos, victorias, e incluso un podio en Lombardía. A su edad.
El ataque fuerte fue en la tercera subida a Colla Micheri, a 22 km. Solo le aguantó el increíble talento francés Champoussin, uno que tiene una planta sobre la bici de las que marcan época, especialmente rodando en el llano. Las imágenes de la realización se cebaron en el duo, que en todo momento dio la sensación estar dando el máximo para abrir la mayor diferencia posible. El Laigueglia honrado así, y por un ganador del Tour.
Sin embargo, el Trek volvió a hacer labor de equipo y sacrificó a Ciccone en la labor de perseguir al duo de cabeza, y poco antes de coronar ya se vio que estaban encima. Y con una razón muy clara, ya anunciada en este espacio hace poco tiempo.
A 16 km. de meta, y en el pequeño valle que lleva justo a la Via Aurelia a la altura del lungomare de Laigueglia, atacó Mollema. El alérgico a la goma. El Pierre-no-doy-una transformado en uno de los corredores más letales del pelotón a la edad en que ya debería marchitarse, por obra y magia del ciclismo que cambia.
Mollema ha sacado sus mejores resultados en una gran vuelta desde que era joven ayer mismo (Giro 2019, 5º) y sus mejores resultados en cualquier otra prueba, sin que nadie se sorprenda. Su ataque era para ganar, porque ya se vio en su etapita del Tour -que tiene su propia intrahistoria– y en su Lombardía.
Recuerdo de su pasado contrarrelojista, cuando hace un ataque es para ganar. Por eso se escapó en el escaso llano del carrusel de circuito del Laigueglia. A partir de ahí, la confusión y el desorden entre sus siete perseguidores, a saber: Grmay, Landa, Bernal, Champoussin, Vansevenant, Ciccone y Madouas, convertido en un habitual de estas pruebas.
El holandés rejuvenecido consiguió coronar Capo Mele, solo dos kilómetros después, con 24″ de ventaja. Sería más o menos la diferencia que mantendría hasta meta, mientras sus perseguidores quedaban reducidos a cinco, donde realmente solo perseguían cuatro, con Ciccone de paquete adosado.
Y no era una persecución real. Landa estaba a sus cositas, sabedor de que subiendo no se va de nadie, y al sprint pues es el mismo corredor de siempre, aunque todos los inviernos nos digan que ha mejorado en la crono. El sprint, si eso, para 2022. Los demás, salvo Bernal, satisfechos de estar ahí.
Mollema y su postura rara, además del pedaleo de otra época, eran demasiado rival para sus perseguidores. Tuvo algo de exhibición, porque nadie se ha ahorrado fuerzas, y baste ver la imagen del sprint del grupo para comprobarlo. Se impuso Bernal -que tiene una notable punta de velocidad, la colocación es muy mejorable-, tras un gran esfuerzo para superar a Vansevenant.
Sea como sea, el Trek vuelve a ganar. Si un equipo hace ganar a Mollema y Brambilla, está claro que está muy fuerte. Es febrero, y el holandés que hasta 2017 no había ganado más que una etapa de la Vuelta lleva dos victorias, cifras de sprinter, y más en una temporada tan escasa de carreras.
Están tan fuertes que hasta Nicola Conci llevaba el peso del pelotón en la primera subida a Colla Micheri. A saber qué más sorpresas tiene el equipo de Jarlinson Pantano en la recámara. Hoy por hoy, cualquiera puede ver a Brambilla en Strade Bianche de este sábado compitiendo de tu a tu con Van Aert y con Van der Poel.
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Pogacar renueva por el UAE hasta el año 2026. Es una salvajada de contrato, pocas veces visto en el ciclismo, un deporte de contratos de dos años, tres a lo sumo. Como indican en la noticia, es el contrato más duradero de todo el pelotón, y yo creo que de la historia: seis años. A ver qué tal está todo para 2026, incluyendo la dictadura que aporta los petrodólares.
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“¿De qué bicis? ¿De qué ciclistas?” me parece un resumen magnífico con estos artículos de mierda -ojo a la redacción pedestre, saltando de temas continuamente, sin ningún orden- sobre la bici. Todo vale.
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Ya está abierto el velogames para 2021, obra del gran George Chapman. Gratuito, muy entretenido, y con liga propia del blog con este código 480556920. Sirve para toda la temporada, y para todas las carreras. Grabénlo en una placa de oro damasquinado en Toledo. Por lo menos.
Le habra terminado ya al trek su sancion encubierta por el escandalo armstrong? Eso explica muchas cosas
¿Eh? Si eso fue hace un porrón. Como mucho, por lo de Pantano.
Hola. Off topic si me permitís.
Puedes hacer una criba sobre documentales?
En plataformas y sobretodo en internet los hay a puñados. Algún consejo en positivo o negativo?
Hace poco han salido el de la Volta y el de Reynolds-…-Movistar. Si los has visto, qué te han parecido.
Gracias.
Yo es que desconfío del género documental, no he visto ninguno salvo los típicos del Serengueti y el delta del Okavango.
No pude ver la carrera…una pena.
Las clásicas italianas están resurgiendo, tanto las de principio de temporada como las de final. Están bien posicionadas en el calendario, a principio de temporada y sin competencia emiratí Laigueglia es muy atractiva, de la Strade Bianche han hecho un monumento (artificialmente, con más kilometraje podríamos discutirlo) y la San Remo es la reina. Entre medias la Tirreno Adriático. Es lógico que los equipos hagan un bloque italiano y compitan allí 2-3 semanas. Por otro lado todas las clásicas de final de temporada y que culminan en Lombardía se han convertido en un objetivo para muchos.
Mollema 2.0 es una cosa a analizar. Es como si se hubiera desbloqueado. Cualidades siempre había tenido, sobre todo la de puncheur cuando comenzaba, o así lo recuerdo en la Vuelta ’11, luego pasó a ser un escalador rácano sufridor de los que siempre se quedaba. Tuvo su día de inspiración en la subida a Mont Ventoux con Froome y Porte el día del choque de la moto, el público que no cabía y el keniata corriendo. Y ahora resulta que donde pone el ojo pone la bala, con 34 años.
Y de la mano de Mollema su equipo, que siempre ha sido de los económicamente fuertes, con predisposición a los vejestorios y que sus resultados no estaban a la altura del presupuesto. De momento están teniendo un comienzo de temporada soñado y veremos si se refrenda con un triunfo de empaque que es lo que más cuesta.
Sergio, tienes una errata en la ultima frase de la publicación principal, bueno no es errata supongo que se te ha pasado especificar que con quien competirá Mollema es con Van der Poel hijo, el menos laureado de los Van de Poel.
Por lo demás, enhorabuena por el blog.
Ah, en todo caso lo cambiaría por “el nieto de Poulidor”. Considerando que Van der Poel Sr. se retiró hace 25 años, nadie se llevará a engaño
Ojito al Trek este año, o al menos esta primera parte de la temporada… ¿Tendrá preparado Nibali un “último baile”?
Me hizo mucha gracia, cuando iba a tener lugar el sprint por la segunda plaza, e iba Landa comandando… y los comentaristas advirtieron de las maravillas del mismo.
Al final se vió el resultado…
Un saludo
Nibali no gana una grande desde 2016, esa es la realidad, y no otra. Una estrella italiana jamás reconocerá que está viejo para determinadas empresas. Fue un gregario magnífico -ganó dos Giro para dopados como Di Luca y Basso-, pero dudo que vuelva a ese rol en 2021.
Bueno yo me refería a más una prueba de un día… San Remo 2.0, me parecería ciencia ficción pero…
Para una grande, no tiene nada que hacer, el año pasado yo tenía alguna esperanza en el Giro, pero viendo el nivel que había… y lo que hizo, nada poca cosa veremos vamos del siciliano.
Ya se empiezan a notar los efectos de Nibali y la acupuntura en el Trek…
Ya estaba el año pasado, e hizo un Giro ridículo, únicamente juegos mentales con Fuglsang
Puede que el Trek lo trajera para que con él vinieran sus camellos, y así mejorar a todo el equipo. Como cuando fichabas a gregarios del Sky para conocer la fórmula.
Antes eso era muy típico. Pero Nibali sale caro, tiene que llevarse buen pastizal en Trek.
Saludos
Eso intentaron con Contador, y en vez de llevar a sus camellos, llevó a Jesús Hernández.
Pues yo el rendimiento del Trek lo analizo de otra manera: Lo han apostado todo al inicio de temporada porque saben que en las 3 grandes no tienen nada que hacer con Nibali en su ocaso y Mollema que no da más que para un top10.
Yo creo que Ciccone es podio seguro en el Giro…
A mí el caso de Mollema me trae paralelismos con el de Fuglsang: corredores prometedores al inicio de sus carreras, bastante parejos en la escalada y rodando que, tras conseguir buenos puestos en carreras por etapas sin llegar a poder disputar la victoria pasan a ser gregarios, uno de Contador y Porte; el otro de Nibali, manteniendo su regularidad en puestos y, ante la retirada o la huida de sus jefes a otros equipos, se descubren rematadores ampliamente pasada la treintena, ganando carreras en las que en sus años más jóvenes únicamente conseguían el puesto. Ambos corredores con TUE, y como estandartes de la Edad de Oro ciclista de sus respectivos países, en equipos con positivos a sus espaldas y en los que parece que todo el equipo funciona (inolvidable aquel Astana de hace un par de años arrasando un montón de vueltas por etapas, ganando hasta en Ruanda). Mollema ya tuvo en 2019 un final de temporada de clásicas italianas muy bueno, ganando Lombardía, y es mucho mejor clasicomano que vueltomano, porque ya había ganado San Sebastián (es su carrera, habitual del podio y del top ten) y etapa en el Tour con una prestación increíble, antes de convertirse en rematador, veremos si al nivel de los últimos años del mencionado Fuglsang.
¿Están insinuando que comparten coche, perdón, Ferrari? 😉
Ajajaj todo es posible con Skjelmose Jensen de piloto probador…
El Laigueglia se merecía una edición así… y un post de Ciclismo2005.
Ojalá sean habituales en este espacio crónicas individuales de carreras de la “segunda división”, por regla general más entretenidas que el circuito WT.
Solo pude ver los últimos 20-25 km, pero que entretenida carrera y qué pintaza tiene Champoussin.
Que cosas más extrañas pasan en este nuestro querido deporte. Mollema ahora es un finisher de manual, pega estacazos en el momento justo. No es que gane cuando y como quiera, pero… casi. En fin, cosas que pasan.
Luego está Landa. Más allá de la exageración en todos los sentidos a su figura, qué tipo más extraño. Es un escalador que, en efecto, no se va de nadie; pero del que a su vez no es fácil irse. Cada vez me tiene más desubicado el bueno de Mikel.
A ver qué tal el fin de semana con Strade y el inicio de Paris Niza.
Un saludo a todos.
París-Niza será espectacular, como todos los años. Una de las cinco carreras imprescindibles del ciclismo.
Por curiosidad. Las otras 4 serian Giro , Tour, Sanremo y mundial?
Por ahí andaría la cosa: unos años se cae el Tour, otros años entre Roubaix…
Y cuando se iba (giro 2015) no se atrevió a rebelarse.
Hola Sergio,
El Landismo resurge, en mi opinion este año Landa como un cohete, termina contrato y toca buscar otro equipo como es tradicion. Donde acabara?
Un saludo.
Jon
En el Euskaltel, que es el suyo.
Ahí puede hacer de delantero-entrenador. Aplaudiríamos con las orejas. Imagina las nuevas frases para la historia “el ciclismo es así” y demás de la chavalada.
Y es una pena la aureola que le rodea a mi entender, de verdad creo que es un gran ciclista.
Jajajajaja
Enhorabuena por el post. Me ha encantado leerlo de una carrera pequeña como esta. Un lujo que los ciclistas se la tomen en serio, y que hagas la crónica con este afecto al ciclismo, gracias.
Me encanta cualquier carrera en Italia. Hacen buenos recorridos en general, y me gusta ver pasar por pueblos. Desde luego influye que mi pareja es italiana y conozco bastante del Sur, claro.
Trek está andando mucho, pero me cuesta verlos hacer cosas importantes en las GV. Eso sí, su papel en carreras de un día con recorridos complejos hacen todo más divertido. A ver lo que duran.
Por cierto, yo soy de los que tienen muchas ganas de Strade Bianche. Me gusta la carrera, me gusta cómo se la toman los favoritos y encima llega a una de mis ciudades favoritas.
Saludos!
Si pero que la quieran dar tanta importancia. Que den un golpe en la mesa y le metan los 30-40 km que le faltan.