Van Avermaet consigue el juego, el set y va a por el partido

Todo es un inmenso prólogo para el Tour de Flandes. Tengo mis dudas de que, desde que pasaron Gante-Wevelgem a un domingo, la carrera haya mejorado. Y todo lo que le rodea: han conseguido convertir carreras que antes eran de tamaño medio o pequeño en auténticos monstruos, como se ha visto la semana pasada con el GP Waregem, pasado a categoría WT con funestos efectos en su desarrollo. El mal que se ha cargado el Tour de Flandes -con mucho, el peor Monumento, la carrera más aburrida y más hecha para el lucimiento de estrellitas- corre el riesgo de propagarse al resto de carreras de pavés, todo dentro del actual hype -avivado desde el mundo anglosajón- con estas carreras.

A Través de Flandes era una carrera pequeñita, preciosa, que pasaba desapercibida antes de las grandes citas. En su lista reciente de ganadores se combina algún gran nombre (Boonen, Museeuw) con corredores del pelotón de clásicas, como Hoffman, Eeckhout o Breschel, y rara vez domina un superequipo.… Leer más

Cuando los llegadores llegan

Entre la muchas cosas que devoró la #EPOGoldenAgen se cuenta la figura del llegador, el ciclista que, a base de potencia y saber rodar, robaba la cartera a los pelotones, manteniendo un pulso en solitario en los kms. finales o, en la mayor maestría, en el kilómetro final. La propia inercia de la medicina a través de las siglas EPO hacía que auténticas bandas de ciclistas que antes serían carne de cañón pudiesen llegar a los últimos km. indemnes y, como pueden atestigar Cipollini o Petacchi, dejar a sus líderes justo bajo la pancarta de meta, anulando incluso el intento de fuga de cualquiera.

Antes de esa época ominosa muy buenos ciclistas como Thierry Marie o Skibby dejaron grandes muestras de ese arte de saber escoger el momento justo para atacar y ganar la etapa a toda un pelotón, después llegó el gran invierno donde se cuentan con los dedos de la mano los que consiguieron romper la disciplina del Gran Grupo: Bugno en el Giro 1994, Tchmil en Sanremo 1999, Rubens Bertogliatti en su one hit wonder, y poquito más.… Leer más

Reaparece Kwiatkowski

Reaparece Kwiatkowski

El secreto de Strade Bianche, la ghymkana ideada por RCS sport en 2007 para copiar el éxito de la cicloturista L´Eroica, es que a los corredores profesionales les encanta disputar -un matiz muy importante respecto a participar- la carrera. Se la toman como una especie de aventura-desafío, seguramente porque tiene bastante de las primeras salidas en bicicleta, siempre por carreteras por donde no pasen muchos coches, y trazadas a la manera antigua: rampas imposibles al final de rectas, curvas de grados por encima de 180º y esa superficie sin pavimentar, que en principio era el mayor reclamo.

Un reclamo que, desde el principio, siempre se ha querido que se convirtiese en barro, no en vano los organizadores siempre han vendido eso de “El infierno del Sur” como copia de la París-Roubaix. Y, para una edición en la que les llueve, tampoco hubo tanto barro, por no decir que no hubo ninguno.… Leer más

Un fin de semana (otro más) dominado por Sagan

Ya lo decía el rap de @bemancio: “el primer picao es Greg Van Avermaet”. De cómo gana Sagan, y donde gana. La realidad es que el corredor belga, que desde su eclosión en la Vuelta 2009 hizo muy poquito en el norte hasta hace poco tiempo, ha ganado en siete de sus once duelos directos al eslovaco, pero Sagan es el que gana en las grandes citas -es significativo que no corrió los JJ.OO de ruta, la única gran victoria del belga- y ejerce de patrón allí donde no gana.

El sábado en la Het Volk se vivió una carrera ya se había vivido. El primero y el segundo del año 2016 fueron el primero y el segundo de 2017, y con un final calcado. El asunto dice muy poco a favor de una carrera que cada vez se ve más como una gran clásica -y que jamás lo será, porque no llega a 200 km.… Leer más

Una carrera deportiva redimida

Una carrera deportiva redimida

Un magnífico circuito y una magnífica carrera han dado un nuevo campeón olímpico de ciclismo en ruta, alguien merecedor de la distinción y que envía al pasado al nefasto Vinokourov, vigente campeón hasta hoy. Porque se puede ser campeón olímpico en un circuito triste y gris como el de Londres 2012, y se puede ser campeón olímpico de verdad en un circuito de campeones y alegre -no por el público, no- como el de Rio de Janeiro.

La primera parte del circuito, la de cuatro vueltas con dos subidas cada vez, se disputó a una velocidad de vértigo para lo que era la dureza de la prueba y su distancia, además de los famosos equipos de un máximo de cinco miembros. Una fuga peligrosa con Geschke, el repugnante Kwiatkowski , la promesa noruega Bystrom, Albasini, Pantano y el ruso Kochetkov (¡un saludo a la AMA!) obligó a trabajar desde el principio a Francia y España, confirmando que la estrategia de Mínguez había sido diseñada en Atapuerca.… Leer más

De repente, una París-Tours. De repente, ciclismo.

Salió una gran etapa, sin ninguna duda la mejor de lo que llevamos de Tour, con un montón de intrahistorias y situaciones de carreras mucho más interesantes que las cacareadas etapas de montaña. Un perfil vertiginoso, un media de película de terror (45 km/h, ¡el ciclismo que cambia!) y una fuga compuesta por una parte muy importante de la crema de las carreras de un día. Sin quererlo, en el Tour apareció una clásica, quizás la más auténtica que queda.

Para salir de Andorra, donde estuvieron disfrutando de la jornada de descanso, los ciclistas tenían que afrontar Envalira, único paso directo con Francia y que, merced a este Tour donde se escamotean los colosos alpinos, era la cima Henri Desgrange de 2016. Un coloso de salida, y despues más de 140 km. rapídisimos hasta la meta en Revel, un lugar de cuento de hadas.

Recientes sucesos tras la jornada de descanso, como los que sufrieron trágicamente Van Garderen o Landa, hacían prever que a más de uno se le atragantaría un plato así tras el desayuno, y solo tenemos testimonio de Kelderman y de Rolland.… Leer más

Apoteosis belga en el Macizo Central

Apoteosis belga en el Macizo Central

Aunque parezca mentira, no tanto cuando sepan quien lo dijo, había gente que no esperaba gran cosa de la etapa del Macizo Central. Más de 215 km, y donde los últimos 50 eran un continuo sube y baja por puertos de cierta entidad, sin ningún metro para descansar, afrontados en el quinto día de carrera, siempre producen algo. El único ingrediente es que te guste el ciclismo, algo que se daba por descontado en ciertos colectivos.

No en el del Dúo Cómico de RTVE, que durante toda la notable etapa ninguneó la escapada -con gente como Pauwels, que el año pasado acabó cerca del top-15- como amenaza, dando valor a Majka -que tenía 18´minutos perdidos adrede en la general, a su estilo- y restándola a otros corredores. Fue una etapa como tienen que ser las del Tour: aprovechada hasta el último momento, y desde el primer momento.

Nueve corredores estuvieron en la fuga del día, entre ellos el talismán para que llegue a buen término, el entregado sin pedir nada a cambio Thomas De Gendt, un corredor del que nos acordaremos dentro de 30 años.… Leer más

Tour de Flandes, la ruina del circuito en la edición número cien

KapelMuurPasó el otro día, durante la primera etapa de los Tres días de la Panne: aunque estaba anunciado desde que se presentó el recorrido, de repente apareció la subida a KappelMuur. Fue como un espejismo, porque ni decidió nada, ni se subió a cuchillo -tres corredores iban en la fuga, tres llegaron a meta sin atarcarse ni un momento- y sólo dejo la desagradable sensación de una realidad que existe, pero que no era esa.

No era lo que recordabamos. Este domingo se disputa el Tour de Flandes, la carrera convertida en una fiesta nacionalista, alcoholica y en una máquina de hacer dinero, puesto que en varios tramos y en la recta final hay que pagar entrada. Es una carrera en franca decadencia deportiva, que desde hace una década ofrece por regla general ediciones ramplonas, tristes y con ganadores mediocres, y que sin embargo sigue siendo de las favoritas de una parte importante de los aficionados, cuando no la carrera favorita.… Leer más

Si gana De Gendt gana el ciclismo

Era tan difícil como esto: estar a la altura de la participación en la Volta. El balance, pasado el ecuador de la carrera, es igual de lamentable que en otros años: recorrido insulso, escasa competitividad y una realización televisiva que, en vez de realzar la prueba, la empobrece.

El primer día con final en Calella se dio paso a la señal internacional sin que el helicóptero estuviese en funcionamiento, agraciando al espectador con la ya clásica toma de la recta de llegada con el zoom a tope, quizás en homenaje a la victoria de Paterski el año pasado. Afortunadamente, no se llegó a tales niveles de ridículo y, cuando quedaban poco más de 50 km para meta, ya se vieron imágenes en directo del pelotón.

Imagenes malas, sacadas como si los profesionales fuesen expertos en toreo -coronando un puerto se vio como las motos adelantaban a los fugados, como si no hubiese un sitio mejor ni antes, ni después-, especialmente las de helicóptero: para ahorrarse un segundo aparato que haga de relé, hay una única aeronave que hace unas tomas desde la troposfera, donde se ve a liliputienses escalando montañas desérticas.… Leer más

La Sanremo, dov´era e com´era

La Sanremo, dov´era e com´era

Mañana acaba la temporada ciclista. Se disputa la mejor prueba ciclista de un día del calendario, la más larga y la más legendaria, porque cuando los niños empiezan a andar en bici lo que más destacan es lo lejos que han ido, y solo con posterioridad la dureza del recorrido, las cuestas u otros detalles. Ir lo más lejos posible está en la esencia misma del ciclismo, y la Milán-Sanremo es la carrera de las carreras, una prueba que no necesita de ninguna innovación para ganar atractivo.

Por fortuna, atrás quedan los tiempos en que un iluminado llamado Michele Acquarone pervirtió la esencia de la prueba metiendo nuevas subidas, autorizando la disputa de una edición que se tuvo que anular, y llegando a estar a un tris de aprobar la criminal subida a Pompeiana, que hubiese acabado con la prueba tal y como la conocemos. Su última fechoría, de la que nunca pagará lo suficiente, se acaba mañana.… Leer más