Mohoric calla a todos
El notable viento de culo fue fundamental para el desarrollo de la 113º Milán-Sanremo. Es lo que explica que la fuga del día llegase tan lejos -hasta bien iniciado el Poggio, algo inaudito en las últimas décadas-, que los ataques en esa misma subida no llegasen a nada, y que se viviese una de las resoluciones más esperadas, y más infrecuentes, de la centenaria historia de la carrera.
Como viene siendo norma, pasó muy poco antes de la Cipressa. Una fuga consentida donde los dos únicos equipos WT representados eran el Astana -con dos kazajos raciales- y el Lotto, el mismo equipo que fue descabezado pocas horas antes de la salida por la súbita indisposición de Ewan. Segundo en 2021, el corredor tasmano vive obsesionado con la carrera, la única cosa grande que puede aspirar a ganar.
Tendrá que cambiar de plan, porque últimamente la Sanremo se ha quitado el falso marchamo de clásica para sprinters, y tiende a resolverse de muchas maneras, todas ajenas al sprint masivo.… Leer más