El culpable es Guillén, y siempre lo será

Lo de que la Vuelta sea una mierda no es cosa de este año. Cualquiera lo ha podido ver en ediciones precedentes. Antes de la chapuza de Barcelona hubo la de la “arena de albero”; antes de los tiempos neutralizados en Montjuic just-porque-sí hubo las etapas unipuerto; antes de la gran mierda de la llegada a Oliva hubo Urdax.

Quienes ahora se sorprenden -muchos extranjeros, fuera del corrillo de canapés de Guillén- lo podían haber visto entonces, y callaron; quienes siguen sin decir nada, sin denunciar la sucesiva patraña que es la carrera, es porque están en la rueda del canapé, y tendrán un hijo que alimentar, un amante que mantener, o un depósito que rellenar, o simplemente merecen estar donde están. A ver, ¿cómo se explica la mierda de etapa por Valencia?

“Es que el problema es el recorrido”. Mentira. Una etapa llana, como la planteada por la organización, es legítima, necesaria y atractiva.… Leer más

Otra maravilla de Kämna

Ganará la Volta Adam Yates y todo serán parabienes, cuando su protagonismo está compartido con la estrella que viene: Lennard Kämna lleva cinco días de competición en línea en 2021, y ha ido en fuga en tres de ellos.

El primero se jugó la victoria de la etapa, además de ser decisivo en que la fuga llegase a meta. El segundo fue ayer mismo, cuando circuló en solitario gran parte de la etapa, subiendo los 24 km. del Cantó con la única compañía del viento. Y el tercero hoy, cuando ha rematado con el estilo que le caracteriza una gran fuga -por número de corredores, y por su calidad- en una grandísima etapa de ciclismo del de antes.

Ha sido un etapón, aunque es dudoso que las crónicas al uso lo reflejen en su totalidad. No lo ha reflejado ni siquiera la penosa y caótica realización televisiva, con el helicóptero como protagonista, los planos a medio metro del jeto de los corredores, y los escorzos para incrementar la pendiente, entre otras innovaciones del artista responsable, otro director de cine frustrado como el que jodió el final del Col de Loze en el pasado Tour.… Leer más

Desaparecen los superequipos, hay carrera

Espectáculo inesperado en el primer día de los Pirineos: ni la impresentable distancia de la etapa -140 km. dignos de marcha cicloturista-, ni la actitud previa de los corredores hacían presagiar un desarrollo tan entretenido y bueno como el vivido.

Ha sido una etapa sumamente interesante porque se ha visto que los superequipos no existen: subiendo el Peyresourde no había nadie del Ineos acompañando a Bernal, y cuando cedió Dumoulin nadie del Jumbo con Roglic. Sin embargo, había diez jefes de fila, más o menos al mismo nivel.

No ha habido cambio de líder, no ha habido ataques espectaculares ni lejanos, pero ha habido una escabechina importante, y muy inesperada. Los antecedentes, incluso en un recorrido equiparable -primera etapa de montaña pirenaica, poca distancia, superequipo en liza- no permitían ver en el horizonte de esta tarde algo así, y sin embargo ha sucedido. ¿Las razones? Vamos a explicarlas.

Se formó la fuga, y el corredor de más caché era Zakarin: no había mucho, pues, dado que el ruso lleva año y medio desaparecido.… Leer más

De santuario a santuario, y Lombardía porque toca

De momento el encadenado de pruebas de un día por el norte de Italia está siendo un éxito, hasta el punto de que algunas pruebas van a intentar sumarse en los próximos años al calendario de otoño, como la Copa Agostoni o la Sabatini, ahora mismo perdidas en mitad de septiembre y con una participación bajísima, casi tanto como su relevancia. Gran parte del auge de estas carreras centenarias -que en fechas recientes han tenido ediciones sin disputar- se debe al hype con las pruebas de un día, y también al interés que suscitan en los grandes campeones.

Un buen ejemplo ha sido estos dos días en el Piamonte, la cuna de gigantes de la ruta como Girardengo, los hermanos Coppi o Saronni. El miércoles se disputó la Milán-Turín en su edición del centenario, con el previsible desarrollo de la carrera desde que volvió en 2012 con el final en Superga: todo queda para la subida final, y los que conocimos las ediciones clásicas con final en el Corso Casale -paralelo al Po- o en el ya impracticable Autovelodromo Fausto Coppi añoramos esa carrera que no se decidía necesariamente en el kilómetro final.… Leer más

Terpstra gana el Gran Criterium Flamenco

La carrera quedó definitivamente muerta cuando Terpstra saltó a falta de 25 km. y consiguió su ventaja de 20″, la que puede sostener ante el mejor de los pelotones. Repitió la jugada de Harelbeke -de manera mucho menos memorable, empero- como si nadie hubiese visto o disputado la carrera, porque el circuito maligno con el que el Tour de Flandes se ha convertido en el Circo de Flandes favorece la fuerza bruta, y el holandés va sobradísimo de eso.

Antes de ese momento decisivo, que no fue respondido en primera instancia por ninguno de los favoritos (¡Terpstra! ¡Ganador de Roubaix y Harelbeke en solitario! ¡A 25 km. de meta!), la que para algunos es la mejor carrera del mundo dio muestras de lo que realmente es: una pesadilla distópica de lo que el ciclismo puede llegar a ser, al menos en las grandes citas.

Un circuito repetitivo y oclusivo que jamás dará espacio a ningún movimiento táctico, y que ahoga las escapadas y las persecuciones antes de la última vuelta de tuerca.… Leer más