Si la montaña no sirve para decidir, que tampoco lo haga la crono
El término decisivo es para el deporte como honestidad para la política, uno al que hay que referirse siempre, aunque pocas veces se pueda usar con propiedad. Ahí sigue, como un ideal inalcanzable. Hasta cuatro etapas decisivas ha tenido la Vuelta en los últimos cinco días -uno de descanso-, y ninguna ha decidido nada. A base de recorridos de risa y huelgas tácitas de los corredores, la Vuelta de Guillén ha conseguido, un año más, estar en un puñado de segundos a falta de cuatro etapas para el final. Y esa es la mayor emoción que aporta.
Tres etapas por la Cordillera Cantábrica, tres, y con ganadores a cada cual más bochornoso. En Alto Campoo, que no se subía desde 1993, se volvió a repetir el aburrimiento y la niebla de aquella ocasión, cuando ganó el murciano eufemianizado Jesús Montoya. Una fuga donde De Marchi, un corredor con una trayectoria murciana y marciana, hizo y deshizo a su antojo, hasta que consiguió la victoria por puro descarte: porque también para eso funciona la osteopatía que le ha ayudado a superar el dolor de muelas por el que se ha perdido casi toda la temporada.… Leer más