Cagalera colectiva del Bora, una Vuelta y un deporte enmierdado

Las dos últimas etapas en línea de la Vuelta apenas han deparado sorpresa. Ni siquiera que su transcendencia haya sido inversa -quedó todo resuelto en la etapa monopuerto, la etapa reina ha sido una inmensa montaña de mierda de impronta guilleniana-, o que la crono de mañana no vaya a servir para gran cosa, porque si esta Vuelta no llega a tener el aliciente de O´Connor, hubiese sido muy poquita cosa.

Y, sin embargo, han pasado cosas. De esas de gran calado para entender la situación de el ciclismo que cambia. Para entenderlo mejor, no se puede explicar una etapa sin la otra, aunque ayer ya hubiesen saltado todas las alarmas.

Etapa riojana, con final en Moncalvillo. Etapa estúpida y convertida en monopuerto, aunque oficialmente no vaya a ser así, porque antes de la subida final se subió una cosita totalmente intranscendente. Fuga controlada y un pelotón que, por una vez, no deja que los escapados lleguen.… Leer más

Galicia no sirve para nada

En la tradicional locura de planificación de Guillén, Escartín y Giner, este año hicieron desplazarse al pelotón de la Vuelta desde Granada a Pontevedra en el día de descanso, y todo porque el gran arramplador de presupuestos públicos ha conseguido sacar tres etapas más una de la región de Galicia, una por provincia. 

Las tres primeras ya se han disputado, con gran chasco del público y los palmeros habituales, porque se esperaban “batalla”, “disputa” y “recorridos muy buenos”, y vino la habitual mierda la zona, esto es: toboganes, carreteras de vergüenza, feísmo cutre (el brutalismo es una corriente arquitectónica que se ha apropiado de un adjetivo que tenía mejor uso) y desinterés del pelotón.

Hoy se disputa la cuarta etapa gallega, una que transcurre en su gran parte por Lugo, para después meterse por León en su zona limítrofe con Galicia, y acabar en el puerto de Ancares, pero ya es el momento de hacer el balance de las “etapas gallegas”, por si el titular no fuese suficiente.… Leer más

Por fin Almeida

El Monte Bondone, envuelto en una fama pretérita, hace mucho tiempo que no crea diferencias. Hoy tampoco ha sido una excepción, a pesar de las buenas condiciones para la etapa -50 km. en la primera hora, buena fuga, ritmo sostenido, casi seis horas de etapa, 200 km. en total- y la mejor disposición para la batalla de los corredores.

Es un Giro extremadamente igualado entre los tres de cabeza, que ya estaban destacados antes de esta etapa, y que simplemente salen reforzados en su posición; el que más, Almeida, ganador por fin de algo importante; el que menos, un Roglic que ha flaqueado en el tramo final, y que ha minimizado daños gracias al trabajo de Kuss.

En conjunto, ha sido una buena etapa. Solo por ver el magnífico Santa Barbara, en el extremo norte del Lago de Garda, ha merecido la pena. Uno más de los tantos puertos de la zona, con una carretera recién restaurada y que permite el paso de un coche, y con dificultad.… Leer más

Veremos que queda de ellos

Veremos que queda de ellos

El post entronca con este otro de no hace mucho tiempo. Kiryinenka ya está sanito del corazón, y las aguas discurren plácidamente en el nuevo Ineos, que de nuevo sólo tiene el patrocinador, puesto que el maillot es prácticamente calcado al del Sky.

El equipo afronta su primera prueba importante de cara al oligarca que ha dejado una migaja de su fortuna para que pueda continuar la estructura que ha dominado seis de los últimos siete Tour de Francia: el Giro. No es precisamente la prueba que mejor se le da, habiendo fracasado en su intento de conquista con Uran, Porte, Landa, G. Thomas y casi con Froome, que solo logró salvar un Giro calamitoso con una jugada únicamente explicable por el dopaje, ese del que tanto reniegan.

Un año después, y no solo por la circunstancia sobrevenida de la baja de Bernal, el equipo se presenta en la salida de Bolonia con una extraña formación donde imperan no ya los jóvenes e inexpertos, sino los jovencísimos y totalmente inexpertos.… Leer más