461 km, menos de un centímetro

El organizador del Tour había propuesto dos etapas de fondo como transición entre la salida en Normandía y el primer final en alto, que se afronta mañana en el Macizo Central. Un diseño clásico, leblancquiano según sus detractores (los del patapum p´rriba), al igual que ha sido la primera semana del Tour desde que hay memoria, y no precisamente selectiva.
La primera, 223´5 km. con final en Angers, la villa de los tejados negros, allí donde Boonen ganó su primera etapa en el Tour. Los ciclistas tenían otro plan, en directa colisión con los intereses del organizador: se tomaron la etapa como un paseo, un auténtico sopapo al aficionado y su deporte. En las primeras horas de carrera la media era una vergonzante 35 km/h, una velocidad que puede alcanzar perfectamente un pelotón equivalente -de 200 unidades- de globeros de fin de semana.
En el pelotón pasan cosas que se intuyen como práctica mafiosa, y que resulta que lo son: la anteriormente elogiada “formación de la escapada”, esa primera hora de carrera donde se sale como un tiro y se forman múltiples grupos hasta que finalmente cuaja uno con la dosis adecuada de medianías y buscafortunas, ya no existe.… Leer más