Un Giro pobrísimo
Después de un comienzo de temporada espectacular -con algunas de las mejores ediciones de la historia en Itzulia o Tirreno, por poner un par de ejemplos-, había muchas expectativas depositadas en un Giro de Italia que tenía una participación sensiblemente mejor a la de otros años. Con más de la mitad de la carrera disputada, el balance no puede ser peor.
Etapas fumadas continuamente, etapas con prestigio histórico o sobrevenido regaladas a la fuga, continuamente ganadores que jamás habían ganado en una gran vuelta y, lo que es peor que todo, el pelotón deseentiendose continuamente, lo que explica los anteriores puntos. No hay hambre de ganar, y uno se pregunta de qué hay hambre. No de ciclismo, desde luego.
El insulto de la Ravenna-Verona se cumplió punto por punto, con imágenes del líder de la carrera riéndose y de charleta a 30 km. de meta. La fuga fue para los estajanovistas designados como tales, que un día tras otro se escapan sabiendo que jamás van a llegar: parece como si la victoria de Van den Hoorn el segundo día hubiese exorcitado al pelotón, y ahora es todo cuestión de pasotismo total, o jugar al gato y al ratón con los fugados.… Leer más