Otra carrera de Alaphilippe-Van Aert-Van der Poel
La epidemia del Covid-19 no se nota en Strade Bianche porque nunca ha habido público en los tramos sin pavimentar que caracterizan la prueba. Nadie, salvo los ciclistas, quiere tragar el polvo que levanta el trajín de la carrera, y es por eso que da lo mismo que la prueba se haya vuelto a disputar a principios de marzo, porque el resultado, el efecto visual, y su transcendencia son siempre lo mismo.
Un entretenimiento hecho carrera, y aupado a lo más noble del calendario por obra y gracia de los ciclistas, que al final son los que engrandecen una prueba. Todo se volvió a romper en el mismo punto que año tras año: a 50 km. de meta, en el tramo de Santa María, y otra vez por obra de Alaphilippe, empeñado en empresas que no hacen falta.
Tampoco le sirvió de mucho. Formó un grupo muy selecto con Van Aert, Alaphilippe, Van der Poel, Bernal y su compañero neoprofesional Pidcock, Simmons -que venía de la fuga-, Gogl, la revelación Geniets, y el merckxiano Pogacar.… Leer más