
Se les habían agotado los adjetivos a los propagandistas de Pogacar con la victoria en Strade Bianche de la temporada pasada: a 80 km. de meta, en solitario, “quedará como una de sus mejores victorias”. Si todavía tuviese paciencia, miraría que han puesto con ocasión de la prueba italiana de este sábado, donde el Talento Sin Fin esloveno se pegó un tortazo de aupa, y aún así consiguió cumplir las expectativas y volver a ganar la prueba.
Previamente hubo una polémica estúpida sobre esta prueba cicloturista -sus orígenes están en L´Eroica- devenida, por mor de la estupidez, el fandom y la necesidad de creer, en una prueba de referencia para la mayor parte de los aficionados y un buen puñado de ciclistas del pelotón. Polémica -no se lo pierdan- movida por los pseudomedios que siguen este deporte, y no es casual que últimamente mucho buscavidas que recibía nómina oficial de algún portal especializado esté en el paro y se haya montado un substack (un blog de pago y suscripción). Si no hay noticias, las crean; si no hay polémica, la generan; si no hay nada, tienen que comer y pagar la hipoteca. Se entiende, ¿verdad?

Fue durante años un tema recurrente en este espacio, y a la hora de tratar esta prueba: con 180 km. de distancia, no podía equipararse a una gran clásica. Con diez o quince ediciones, no podía tener tradición. No es de recibo que no haya público. Etcétera y etcétera. El tiempo ha ido solucionando -como siempre- parte de esas objeciones, pero quedaba lo de la distancia.
Ya en 2024 subió a 215 km, y este año se ha repetido. Como no tenían de que hablar, han dicho que ahora “es demasiado dura”, y hoy mismo El Nietísimo, no precisamente un Séneca de las reflexiones (“en la Sanremo puedes ir durmiendo hasta los últimos 50 km.”), ha dicho que se ha convertido en “una prueba para escaladores”.

Vegni, el mandamás de RCS Sport, ha replicado muy italiano que “todo el mundo sabe que esa no es la razón por la que no vienen ni Van Aert ni Van der Poel”. No se ha escondido, y ha dicho veladamente que no se quieren enfrentar a Pogacar, que los ha derrotado en su territorio natural, y que sigue especulando con tomar la salida en París-Roubaix.
Exacto, esa es la razón, y no otra. ¿215 km. duros? ¿Para ese par de fieras? En fin. Este año Wellens iba marcando el ritmo cuando, a 78 km. de meta y en el conocido sector de Santa María, arrancó Pidcock, con Pogacar saliendo certero a su rueda. La fuga del día fue alcanzada al poco, y de ahí solo sobrevivió con los dos máximos favoritos el sorprendente Connor Swift, especialista en el Bro-León, y en nada más.

Pogacar no quiso atacar de lejos esta vez, y se dejó llevar con sus dos acompañantes, mientras por detrás un heterogéneo grupo que incluía a Bilbao y Adriá se daba cuenta de que jamás iban a poder enlazar. A 50 km. de meta, y en un tramo que volverían a pasar, Pogacar se fue al suelo violentamente al tomar con demasiada velocidad una curva sin peligro alguno.
No solo eso: se fue patinando hasta el campo, dio una vuelta de campana, y salió hecho un ecce homo, con abrasiones en el hombro, la cadera, y un posterior cambio de bici; afortunadamente, recuperó pronto el ritmo y dio alcance a Swift en la siguiente subida -recuperando 30″- y después Pidcock se dejó alcanzar, porque era inútil ir en solitario con tanta distancia a meta, y con esa fiera detrás.

Británico y esloveno colaboraron bien, y el Premio Zakarin™ 2021 siguió demostrando lo acertado de su galardón: este año se ha autodegradado a un equipo de tercera fila, después de no seguir en el INEOS de manera velada porque no le dejaban hacer lo que quería, y a buen entendedor sobra cualquiera otra explicación. En el actual Q36 ha aumentado su nivel, aunque no tanto como pretende este repelente producto del sistema médico-deportivo británico.
A 16 km. para meta, en el tramo de Colle Pinzuto, Pogacar descolgó a Pidcock, e inmediatamente logró una ventaja superior al minuto. Atrás quedaron las especulaciones de los de siempre tipo “con la caída se igualan las fuerzas” o, como repetía el analfabeto de Flecha en la Tele del Cinismo “esos ataques ya los ha ahorrado” (¿?). Pogacar es siempre Pogacar. Con caídas. Con nieve. Con frío. Con calor. En el Mundial. En el Tour. En clásicas de adoquín. En Lombardía. Es El Elegido, El Mejor™, el ciclista que surge cada medio siglo, y el sábado lo volvió a demostrar.

Quería ganar como fuese, y buena muestra de ello es que su compañero Wellens acabase tercero. El simpático belga no lograba un podio en una prueba de un día de categoría WT desde la Het Volk de 2019, pero su fortaleza en las colinas de Toscana, primero para lanzar a su líder a 80 km de meta, y después para aguantar y superar a los mejores, es digna de resaltar, como siempre que un gregario que ha ejercido de tal acaba colándose en el podio. Exagerado lo del UAE, porque hacía nueve años que dos compañeros de equipo no compartían podio en la prueba.
La dureza, real o imaginada, de Strade Bianche, no es tal. Los ciclistas llegaron “de uno en uno”, como gusta destacar a los pusilánimes, pero si hay dureza es por los caminos sin pavimentar, que año tras año dejan lesionados y feas imágenes de sangre y un deporte que no queremos. Scaroni, uno de los ciclistas del momento, se rompió en una caída, hasta el punto que su compañero Bettiol se quedó con el -sacrificando sus opciones-, viendo lo grave de la situación.

Ni siquiera Pogacar dijo que la prueba hubiese sido dura. Quitó hierro a su caída, reconoció que había sido por culpa suya, y lo presentó como una muesca más de su expediente, pero quizás no lo fuese: según han calculado, en el momento de su ataque imprimió una fuerza de 630w a sus pedales, una locura donde anida la auténtica razón de que Van Aert o Van der Poel no se quieran medir con él en pruebas previas.
Con Pogacar no puede nadie. Se cae, y aún así gana la Strade Bianche más rápida de sus 18 años de historia con la velocidad media de 40,705 km/h, con 3500 metros de desnivel y más de 80 km. sin pavimentar. Tres victorias ya en el palmarés de esta carrera, siendo el primero que repite triunfo consecutivamente, y el primero que lo hace como campeón del mundo. Es simplemente Pogacar, y estamos siendo testigos de él.
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¿Estos aparatos son cada vez más caros y tienen las mismas prestaciones que hace 10 años? ¿Me equivoco?
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El atletismo siempre estará peor que el ciclismo.
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Los vecinos de Sardiñeira, un barrio de A Coruña, no quieren carril-bici porque les quitaría la zona de carga y descarga. ¿Cuántos vecinos usan la carga y descarga? ¿Un 5%? Al final, todo es inmovilismo y que se quede como está. Un resumen de Galicia.

Ojalá seamos testigos de la carrera deportiva del mejor ciclista de la historia. Sería un disfrute y un privilegio, sin duda.
Sergio, me parece muy bien que se te haga PepsiCola con las exhibiciones del esloveno. Esta es tu casa . Por supuesto.
Ahora bien, con otros alienígenas desde hace 20 años (enhorabuena) has sido mucho más beligerante.
Sinceramente, no entiendo la diferencia. Menos cuando detrás del esloveno se encuentra un tipo execrable que cuando llevaba juniors ya tuvo problemas. Los mismos problemas que tuvo cuando dirigía un equipo patrocinado por una marca de calderas primero y por una marca de (horrorosos) zapatos después.
¿Dónde está la diferencia? Lo de UAE ya roza lo grotesco y su inicio de temporada supera lo nauseabundo.
Y si, tengo claro que no van a atreverse con los de los petrodolares.
Hombre, yo soy el más moderado de los fans de Pogacar.
Cuando vi a Pogacar dejar atrás a Pidcock en la subida a Pinzuto, inmediatamente pensé en Cancellara y Boonen en Grammont en el Tour de Flandes de 2010. La misma impresión. La misma sensación de facilidad exagerada. Observad bien las imágenes de la curva de la derecha: Pogacar tarda en dar la vuelta pero su moto avanza sola, más rápido que el británico… Cualquiera que haya montado en bici alguna vez en su vida entiende que ahí hay algo anormal. Me tranquilizaría si la próxima vez revisaran la bicicleta de Pogacar a su llegada. La explicación de las bielas 165 y del nutricionista es buena para los imbéciles.
No creo que haya nada mecánico en el esloveno. La imagen de la moto, desde detrás, es con Pidcock levantado encima de la bici y Pogacar sentado yéndose. Es de una superioridad tremenda.
Buena entrada Sergio.
He de reconocer que las carreras pierden interes al competir Pogaçar. Se convierten en un “cómo ganara?” en vez de “quien?”.
Muy de acuerdo sobre la espera de Pidcock. Medios le han dado alguna mencion especial, incluso el propio Pidcock lo ha dicho en entrevista. Que otra opcion tenia realmente? Un pulso contra Pogaçar? No veo la caballerosidad en el gesto.
Crees que existe la posibilidad de que corra Roubaix el rey sol?
Solo un detalle mas, la infografia de Velon habla de 470W en 4 minutos 48s segundos. Me parece posible viniendo de él.
Después de la mierda de Opening Weekend de Het Volk y kuurne, debemos dar gracias de que exita Pogacar. Si él no estuviese creo que estaríamos vivendo otra época de clasicas resueltas demasiado a menudo al sprint. Me gustaría incluir junto a Pogacar a MVDP, pero el nietísimo es demasiado selectivo con su calendario.
Resultó curioso e incluso hilarante ver a cuentas renegar de la Strade Bianche, cuando hasta hace poco era el “sexto monumento”. En esa “campaña” previa incluso llegué a leer que no iba Asgreen, nada menos. Señalando todos ellos, eso sí, 2021 como punto álgido de la breve historia de la prueba. Y todo porque no iban ciertos corredores (uno de ellos incluso ha renunciado, de nuevo, a la Sanremo). El otro ha asumido ese discurso de clickbait cutre. Y es que solo hace falta ver el top-ten para darse cuenta de que no es una carrera “de escaladores”.
Toda esa propaganda parece dirigida a crear un conflicto artificial de cara a la Ronde, con la finalidad de vender entradas y cerveza.
Sí, es tal como dices, y lo que indico yo de una serie de muertos de hambre (el Benson, el Cillian), que ahora andan mendigando por ahí a base de “contenidos exclusivos” que tienen toda la pinta de morcillacos.
Disculpas por el off-topic, pero ahí va:
¿Cómo era Nicola Miceli como corredor? Me ha venido a la mente hasta hace poco y tengo un recuerdo muy vago de él.
Gracias por adelantado y un saludo.
Era un escalador del montón, pero la #EPOgoldenage lo convirtió en un fenómeno, y llegó a acabar cuarto un Giro sin habersele visto en toda la carrera, aquellas locas ediciones entre 1996 y 2004 donde no iba ni una estrella extranjera a la carrera, convertidas en un sopor continuo desde la brillante edición de 1996. Creo que el año que acabó cuarto ganó o hizo un etapón en el Monte Argentario, tenía una frecuencia de pedalada bajísima.
En nombres eran un pelín más basura, pero las ediciones del 98 o del 00 (Pantani mediante sin la superioridad ridícula del 99) fueron bastante bastante buenas.
La del 98 fue buena, pero realmente no había figuras extranjeras; la del 2000 emocionante….pero porque Casagrande se tomó toda la EPO disponible para la conocida como “L´impresa del Abetone”, una de las mayores locuras de la #EPOGoldenAge