La primera victoria de Contador también fue una cronoescalada
Dentro de la sensacional temporada que estamos viviendo de ciclismo como deporte-espectáculo, el Tour de Romandía no se ha quedado atrás. La carrera suiza acostumbraba a ser un sopor rematado con una crono final que decidía todo, y este año, a pesar de seguir poniendo dos cronos en únicamente seis días, han conseguido lograr un carrerón por la concurrencia múltiple de varios factores.
El primero de ellos, el más impredecible, ha sido la meteorología. Se dan ediciones de Romandía completamente bajo el agua, y se dan las de este año, con días radiantes y la primavera en todo su esplendor, convirtiendo la prueba en la más bella de todas las que se disputan durante el año. Además, y de cara a la competición, que haya buen tiempo favorece la competición y que los ciclistas no ramoneen o vayan a completar el expediente.
El segundo, y es una tendencia marcada recientemente, es que la carrera que tradicionalmente servía de banco de pruebas para el inminente Giro de Italia ya no lo es: ahora los favoritos van al Giro del Trentino -disputado la semana anterior-, mientras que Romandía se queda para corredores que alargan el primer ciclo de temporada, y para corredores que tienen como objetivo el Tour de Francia sin pasar por Italia.… Leer más