Almeida hace imponer la jerarquía
Las últimas etapas de la Vuelta al País Vasco 2025 maquillaron un poco el esperpento general de la carrera. Se impuso la jerarquía ciclista -la que dicta la posición relativa de cada uno en el pelotón-, hubo momentos muy buenos, y siguió lo impresentable, la auténtica seña de identidad de la carrera.
La antepenúltima etapa, este jueves, se disputó todavía con los ecos de la vergüenza de Beasaín, la etapa regalada a un corredor local que se saltó el reglamento para poder alzar alguna vez los brazos. Como parte del esperpento, la etapa comenzó con una ceremonia genuinamente vasca -recuerden que Ibarretxe en persona recibió a Samuel Sánchez por su oro olímpico, un asturiano defendiendo el maillot de España– donde se invistió a Aranburu como ganador de la etapa, para que después no estuviese quejándose amargamente durante años, como Pereiro y aquel Tour.
Ahí queda para el recuerdo de dónde puede llegar la felonía, la memoria oclusiva, y construir un relato para consumo interno.… Leer más