Roglic mejora una Vuelta anodina
La primera vez que la Vuelta acabó con una crono en Santiago de Compostela el gran Tony Rominger evitó el último asalto de Zulle por recuperar una carrera que tenía ganada, a medias con Nicolás Terrados, hasta pocos días antes. Llovía y apenas hubo público, en un cierre desangelado y tristísimo.
La segunda vez no se decidía nada, y llovió a rachas alternas con sol -una situación muy típica de ese lugar-. Los favoritos no arriesgaron y todo quedó, de nuevo, como algo trucho y fallido, compensado en parte porque ganaba un corredor nacional al ganador del Tour, y con una meseta tibial lagunar.
La tercera vez ha sido hoy, y ha sido una fiesta, banda de gaiteros incluída. Un gran día de sol, con la gente volcada en el espectáculo, una prueba disputada a tope por los corredores presentes, y que ha certificado el tercer triunfo en la prueba del mejor corredor de la historia de la Vuelta.… Leer más