Haz que parezca un accidente, Mikel

El Tour es mucho más que la lucha por la general, es la lucha continua por el maillot verde, por la fuga, por tener presencia en la carrera, por la mejora del contrato, por la visibilidad, por tantas y tantas cosas que se escamotearon durante la primera semana por un pacto mafioso en el pelotón, que hizo que las etapas llanas se convirtiesen en un carnaval de a ver quien pedaleaba menos, a ver quien hacía lo máximo para aborrecer un tipo de días que, bien planteados, son mucho más atractivos que una etapa de montaña.

Un buen ejemplo ha sido la etapa de hoy, una maravilla (antes hubiese sido otra etapa del Tour, pero empiezan a escasear tanto que hay que apreciarlas y valorarlas en su justa medida) a lo largo de tres horas y media de puro vértigo,  a unos irreales 45´3 km/h, especialmente considerando que es la tercera semana de carrera.… Leer más

Mollema por fin gana algo (una etapita)

Creo que el punto de inflexión fue la cronoescalada a Alpe d´Huez en 2004. Se calculó, y tenía visos de ser más cierto que en un manifestación partididista (“80k participantes para la Policía, 800k para los organizadores”), que había medio millón de personas en el recorrido. Era fin de semana y supuso un desafío para los organizadores y las autoridades. Desde entonces, el Tour de Francia tiende a programar las estapas de montaña entre semana, y dejar los fines de semana para unas etapas atractivas y de exaltación paisajista y turística. Siempre llenas de gente, porque el Tour es el Tour y ojalá siempre lo sea en este aspecto, pero ya no tan concentrada en esos atolladeros de puertos, con una única entrada y salida. Además, no hay que olvidar nunca el espectro del posible atentado terrorista en lo que es uno de los mayores símbolos de la identidad cultural francesa.… Leer más

Contador El Patriota, catalizador de los demás

Siguiendo el esquema de “un Tour para atacantes” con el que se presentó el recorrido de la edición 2017 los organizadores, los mismos que son incapaces de azuzar a los equipos para que las etapas llanas no sean una filfa pactada de antemano, había puesto para hoy una etapa de 100 km. para estimular que pasase algo, siquiera un ataque entre favoritos: algo. Bien, pues no ha pasado nada, simplemente ataques de corredores que quieren subir en la general y segundos espadas, y absolutamente nada entre los que lideran la clasificación.

Baste decir que el ataque de donde salió la fuga que llegaría a la meta se produjo a dos kilómetros de coronar el primero de los tres puertos del día, un extremadamente arbolado Col de Latrape. El protagonista era Alberto Contador, el siete veces ganador de grandes vueltas, y que está prolongando artificialmente su carrera deportiva. Especialista en este tipo de recorridos con distancia de juvenil, en donde jamás logra lo que se había propuesto en la salida, no ceja en su empeño, y cada vez adopta un nuevo ropaje para justificarse.… Leer más

Con Landa llegó la discordia

La etapa, la única digna de considerarse así en los Pirineos, la podría haber ganado Francisco Mancebo. Es el nivel del presente Tour, donde no hubo ningún ataque entre favoritos, tras 212 km y 5h 50´en la bicicleta, y todos llegaron juntos a la última rampa, impropia del ciclismo de alto nivel. Ahí simplemente actuó la gravedad, en un escenario donde hay que estar más preocupado en agarrar fuerte el manillar que en pedalear, y lo que pasó fue un sprint en cuesta, como aquella vez que Mancebo ganó su única etapa en una gran vuelta, en la Vuelta 2005.

El Tour es la nueva Vuelta. En las etapas llanas no pasa nada, y en las de montaña todo se decide en la última rampa ¿Las cronos? Eso es cosas del pasado, como mucho ponemos una en Tarazona o Logroño, para que no digan nada. El resultado será, al igual que en la carrera de la Península Ibérica, que todos los favoritos irán agrupados hasta los últimos días de la tercera semana, provocando emoción en la lucha por la general, mientras el resto de las emociones del ciclismo se mueren.… Leer más

Balada de Las Landas (con meada incluída)

Balada de Las Landas (con meada incluída)

Llegar a Pau y que sea con sprint, con el quinto triunfo para Kittel en once días de carrera. En una frase, resumido el horrible Tour de Francia que ya ha pasado su ecuador, y que todavía no ha afrontado ni Pirineos, ni Macizo Central, ni Alpes. Una crono de 14 km, un final en alto, y una etapa de montaña donde jamás se superaban los 1500 metros de altitud es todo lo que ha pasado.  Las caídas y las descalificaciones, lo más destacado. Que el Sky haya sido el único líder de la carrera se pasa por alto, porque es la misma monotonía.

Mediada la etapa, poco antes de las tres de la tarde, se oyó balbucear a Carlos de Andrés algo sobre que se estaba creando tensión. Fue así, lo juro. Solo se veía el bosque inmenso de pinos que conforma las Landas, un territorio digno de las peores pesadillas: totalmente llano, escasamente poblado, arenoso y carente de otros atractivos de Francia como los pueblos bonitos o los monumentos destacados.… Leer más

Ya no hay fugas, lo han decidido los ciclistas

Desde hace mucho tiempo, y no precisamente con este Tour, se estaba viendo que la famosa omertá del pelotón había actuado de nuevo. Es la plaga que afecta a este deporte, y que hinca sus pies en el secretismo, el club privado, la famiglia y todos esos conceptos típicos de una secta, donde las leyes se imponen desde dentro, y para que no las conozca nadie de fuera.

Se veía que, al menos desde hace tres temporadas, la fuga del día ya no se peleaba. Antes formaba parte de la leyenda del ciclismo, en gran parte porque nunca se veía ese momento de la carrera por no existir cobertura televisiva. Te lo contaban, cuando querían, los mismos que te decían que el dopaje no existe, que aquel día Bartali se comportó como un héroe -y ni siquiera habían nacido, pero les han contado que fue así-, los mismos que no mueven el culo de la sala de prensa cuando van de “enviados especiales”, y perpetran crónicas que podrían escribir perfectamente desde Torrevieja.… Leer más

“Los organizadores tienen lo que querían”

Zas. Zas. Zas. Tres caídas han dejado fuera del Tour al segundo, al quinto y al décimo de la general. ¿Ataques? Si, decenas. Incluso cienes. De un equipo local hasta la cejas, en la más pura tradición del ciclismo francés en la carrera de Francia (¡un saludo al Europcar y al inolvidable Christopher Kern!), y del Astana, un equipo que no necesita presentación, incluso en sus acciones más traicioneras. Pero al final del día, lo realmente significativo ha sido la eliminación de favoritos por caídas.

Que las caídas forman parte del ciclismo es un mantra que se repite una y otra vez para justificar a los bienpensantes, el problema es cuando las caídas están buscadas por el organizador. De la etapa entre Nantua -por cierto, menudo sitio más bonito- y Chambery se había dicho que sería “la etapa reina del Tour” (¿¿¿el noveno día???), y que los descensos serían tan decisivos como las subidas: se buscaba lo que pasó, y ahora los organizadores tienen el papelón de un Tour que sigue dominado por el tirano del último lustro, acosado por corredores de tanta valía como Aru, Fuglsang, Uran o Bardet.… Leer más

Desde La Planche des Belles Filles se ve París

25 años sin que el Tour programase, en una fase tan temprana de la carrera, un puerto de primera. En aquella ocasión fue por pura circunstancia. Dentro de los fastos de 1992, San Sebastián también quiso tener su gran pira pública de dinero público con la salida del Tour, con el consiguiente problema para la organización de la carrera por eso de tener los Pirineos al lado.

Al tercer día había que salir del atolladero, y metieron la carrera nada menos que por el Marie-Blanque y final en Pau, con la victoria en fuga de Murguialday. Hubo fuegos pirotécnicos en la subida corta y dura, hasta el punto que se quedaron en cabeza los cuatro primeros del Tour de 1991: Indurain, Bugno, Chiappucci y Mottet. En el tercer día de carrera. El asunto no llegó a más, salvo para dejar apuntado el podio de París.

En esta ocasión el primera ha venido en el quinto día de carrera, y como final de etapa.… Leer más

Sagan deja un hueco irremplazable

Peter Sagan es un corredor único:  te puede rellenar las tres semanas de competición de una gran vuelta. Lo hace en las etapas llanas, lo hace en fugas, lo hace en sprints intermedios, y llega a la última semana con capacidad para seguir haciendo lo mismo, pero con montaña. También ayuda su faceta extradeportiva, quizás la más incómoda de un superciclista que al mismo tiempo es un personaje de sí mismo, quizás ya devorado por él.

Por eso mismo el genio de Zilina ha protagonizado las dos últimas etapas del Tour. Dos etapas auténticamente del Tour, con sus pros y sus contras: recorrido longilíneo evitando las grandes ciudades, fuga consentida, final programado. Ya nada se deja al azar, y precisamente Sagan es uno de esos pocos corredores que se saltan el guion, que improvisan cosas, que mejorar el nivel de cualquier carrera en la que participa, pero que ya no podrá hacerlo en el Tour.… Leer más

Feo inicio del Tour de Francia

Dusseldorf 1956 tourism poster designed by Harald GutschowNo era un prólogo, no. Cuando la otra contrarreloj del Tour está puesta el penúltimo día y solo tiene 23 km., que el primer día de carrera tenga 14 km. de lucha individual tiene la importancia que cada uno le quiera conceder, pero jamás será un prólogo. Era la primera etapa del Tour, y se pudieron sacar bastantes conclusiones: Froome es el corredor más fuerte, y los demás solo son aspirantes.

El poderío de Froome, ya visto en la carrera desde 2012 de manera ininterrumpida salvo por una caída, se asienta en su increíble capacidad propia o motorizada, y en su equipo, que coló a otros tres corredores entre los diez primeros, algo que no pasaba desde la crono inaugural de Mónaco, en el Tour 2009. El famoso Astana de Armstrong y Bruyneel, una cueva de Alí-Babá bien conocida, por si alguno quiere establecer paralelismos.

Es tal el poderío del Sky en el Tour de Francia, que el gran Geraint Thomas ha ganado la crono con una ventaja asombrosa para solo 14 km.,… Leer más