Tres semanas sublimadas a tres kilómetros
Aquí ya se llevaba tiempo avisando que la posibilidad muy cierta de un vuelco en las últimas etapas no cambiaría el balance de que ha sido un Giro pésimo, aborrecible, una de las peores grandes vueltas de lo que llevamos de siglo. Eso quedó establecido, remarcado y remachado hasta los tres últimos kilómetros de la Marmolada: no podía haber sido peor.
Los favoritos tenían únicamente dos etapas de montaña para cambiar su situación en la general, bien sea incrementando su renta de tiempo, reduciendo la diferencia, o haciendo algo que justificase su posición en la carrera. Bien, pues desaprovecharon todas las oportunidades existentes, como en un pacto tácito para no hacer nada hasta que llegase lo último, sea recta infinita al 11%, sea crono en Verona.
El mejor ejemplo es la etapa semieslovena subiendo el Krivolat. Se dejó ir a la fuga -y, por tanto, la posibilidad de sumar bonificaciones- de una manera absurda, casi tanto como la resolución de la misma.… Leer más