Es país para viejos, cada vez más
El domingo, noveno día de competición consecutivo en el Giro, la organización tenía preparada una encerrona: una etapa de 215 km -aumentados a 224 km. por cambios en el recorrido, al estar muchas carreteras en un estado intransitable- y con más de 4200 metros de desnivel acumulado. Solo tres puertos puntuables, y el clásico sabor de la gran ronda por etapas italianas de estar en un tierra entre el Salvaje Oeste -en este caso, Sur- y el ciclismo de hace unas décadas. Al final no pasó nada, o muchísimo menos que en la etapa de La Spezia, pero estaban los ingredientes.
La fuga del día volvió a llegar a meta, y volvió a contar con la presencia de corredores del equipo más en forma de la carrera, ese Astana que hasta poco antes del inicio del Giro se arrastraba en las carreras en las que participaba. Habían pasado ya los primeros 50 km.… Leer más