“No hay otro secreto para entender su extraordinaria forma física”

Así de contundente escribe uno de los redactores de la sección de El País que, en ocasión de algún triunfo destacado del deporte español, tiene niveles de propaganda y estupidez realmente notables. Como los del resto de medios, pero aquí envueltos en el celofán del antiguo diario independiente de la mañana, y que no es más que otro órgano al servicio del raca-raca del deporte español como elemento galvanizador y aglutinante, además de anestesiante, de la heterogeneidad española.

Un compañero suyo no duda en usar el término “Dios disfrazado de baloncesto” para hablar de alguien mundano y muy de este mundo, el jugador de baloncesto Pau Gasol. Ese del que están todos hablando y escribiendo, a medio camino entre la deificación y la gazmoñería, sin pararse a explicar a que se debe su rendimiento, su “no hay otro secreto”.

Es difícil llevar la contraria en momentos de vino, rosas y oro.… Leer más