Niki Lauda Terpstra

Ahora resulta que se han inventado lo de la semana belga, cuando debería ser la semana flamenca: el ciclo de diez días que empieza con Harelbeke y termina con la Epifanía del Tour de Flandes, no en vano disputado en Domingo de Pascua. Diez días de cansarse de masticar, como de una comida obligada, una y otra Berendries, Tainenberg y Oude Kwaremont, convirtiendo a todas las carreras en remedos absurdos del día de exaltación flamenca que es el primer domingo de abril.

Para una que había diferente, y eran los Tres Días de la Panne, la convierten en una insulsa cita de un sólo día y en miércoles, porque sus fechas en el calendario eran demasiado apetitosas. Ahora, en la semana regular antes de Flandes, se queda el GP Waregem -convenientemente endurecido, como todo-, y justo ante de Harelbeke La Panne, con una participación tan horrible que hasta pudo ganar Viviani, el tristísimo sprinter que cuatro días antes había pedaleado hacia atrás en Vía Roma.… Leer más

La Sanremo hace (aún más) grande a Nibali

La Sanremo hace (aún más) grande a Nibali

El argumento ya ha salido aquí repetidas veces: para que en el ciclismo pasen cosas tiene que haber distancia. La Sanremo es una carrera que desespera a los true believers del ciclismo -la mayoría de ellos, de aluvión- porque aparentemente no pasa nada, aunque haya distancia. En realidad, pasan un montón de cosas que difícilmente se traducen en esa concepción de espectáculo que ha ido formándose en los últimos tiempos: el momento youtube, el buenos contra malos, el un puntito de más.

Con toda seguridad, nada de lo que pasó en los últimos ocho km. de esta edición de Sanremo hubiese sucedido de no haber habido antes 286 km., la mayor parte de ellos bajo el agua y frío. Eso, y el viento de cara, hizo que la media de la carrera fuese la más baja en décadas, propiciando asimismo una resolución de la carrera que no se veía desde mucho tiempo atrás.… Leer más

Nicola Bagioli, Jacopo Mosca y la Milán-Sanremo (hacen falta valientes)

Nicola Bagioli, Jacopo Mosca y la Milán-Sanremo (hacen falta valientes)

La Milán-Sanremo ya solo se puede ganar de dos maneras: al sprint, o con un movimiento en el Poggio. La primera opción cuenta con una serie de favoritoas para el sábado, y en la segunda están todos los demás que no puede arriesgarse a llegar a un sprint en vía Roma contra corredores más veloces. La vía abierta por Sagan el año pasado -el hombre más temeroso de su sprint, excepto cuando lleva el maillot de Eslovaquia-, y a la que se sumaron Alaphillippe y Kwiatkowski debería ser explotada por Wellens, Van Avermaet y Gilbert, y francamente hay muy pocos más que lo puedan hacer en serio.

En cuanto al sprint, hay bajas excelsas de última hora (Gaviria y los dos sprinters del Trek, Degenkolb y Nizzolo), e incorporados que no han competido ni en Tirreno-Adriático ni en París-Niza, como Cavendish o el sospechosísimo y obsesionado con la carrera Matthews. El australiano se dañó algo en la Het Volk, y lo que parecía una grave lesión se ha trocado en una preparación stealth que encima contará con el apoyo sobre el terreno de Dumoulin, el hombre que tenía que haber saltado, hace un año, subiendo el Poggio.… Leer más

Una edición de Tirreno-Adriático para olvidar

Se puede decir que la Tirreno-Adriático, con su actual formato, ha vuelto a tocar fondo. Ya lo había hecho en fechas no muy lejanas con aquellas ediciones para sprinters, luego las ediciones para contrarrelojistas, y ahora se arrastra lastimosamente con las ediciones para escaladores: los dos triunfos de Quintana se lograron con un único ataque respectivamente, y hoy mismo Kwiatkowski ha ganado una edición soporífera donde ni siquiera los sprints, de siempre una de las características principales de la carrera, han merecido atención.

Movistar se dejó la carrera el primer día en la CRE. 50″ perdidos con el BMC y 41″ con el Sky, todo un anticipo de por donde puede ir la prueba de similares características en el próximo Tour de Francia. Por muy bueno que pueda ser Landa eso es muy difícil de remontar en una carrera con una única montaña, y tampoco es tan bueno porque ni siquiera logró entrar en el podio final.… Leer más

Subir del sexto puesto al primero en 110 km. es una acción memorable

El abandono de Poels fue decisivo para la resolución de la París-Niza. El holandés, que iba segundo de la general tras ganar brillantemente la crono de la prueba, se fue al suelo en los kilómetros finales de la antepenúltima etapa, un entretenimiento camino de Vence, un pueblo al lado de Niza. Buena batalla y ascensión al último puerto, y el corredor del Sky que se va al suelo en una curva donde nadie más se había caído.

Habitual del asfalto por nacionalidad y por su propia trayectoria, se ha dejado la clavícula y una más que probable victoria en la que seguramente es la vuelta de una semana más prestigiosa del calendario. La misma que ha ganado su equipo cinco veces en los últimos seis años, y donde tenía para apoyarle en las últimas etapas a Henao -ganador el año pasado- y a David de la Cruz, ganador en la etapa de Niza hace un año, y repiendo esta misma edición al haberse quedado sin líder.… Leer más

Cada época tiene sus campeones

Cada época tiene sus campeones

No es este un espacio que dedique atención a los ciclistas retirados. Lo que tuvieron que aportar al ciclismo ya tuvo su ocasión de ser, y lo que hagan después con sus vidas es algo completamente intrascendente, a no ser que queden vinculados al ciclismo por la vía de estar metidos en el deporte, o por ser comentaristas de carreras, en cuyo caso su opinión tampoco es que valga mucho.

Mientras fue ciclista, nada hacía presagiar que Óscar Freire mantuviese mucho vínculo con el ciclismo una vez retirado. Aunque ya en activo dejó declaraciones comprometidas sobre temas espinosos (su oposición frontal al sistema ADAMS de localización, su desprecio nauseabundo de Manzano, o cuando dijo que el Tour era la peor carrera del calendario), por su caracter e indolencia no parecía que pudiese servir para mayores funciones. Sin embargo, ya fue de candidato a la RFEC junto a Paco Antequera en las elecciones de 2012, las que llevaron al poder a López Cerrón: hubiese sido el seleccionador nacional.… Leer más

Tres veces Sagan

Bergen Goldcar-6Era el máximo favorito y cumplió con creces. Para un corredor como Sagan, que corre sin selección, eso supone no mostrarse nunca hasta el kilómetro final. En Richmond se anticipó, y le salió bien. En Qatar, salvó para todos un Mundial horrible que hubiese ido para Cavendish, haciéndolo doblemente horrible. En Bergen ha puesto la guinda a un Mundial vivido como una fiesta colectiva, pero muy escaso en cuanto a espectáculo.

Aguantar, aguantar y aguantar. Esa era la máxima de Freire, y por eso ganó tres Mundiales. Cuando Sagan entró 13º en el Mundial de Ponferrada, parecía un hombre acabado. Ladeaba la cabeza a un lado y a otro y no encontraba explicación a su puesto. Han pasado tres Mundiales, y los ha ganado uno detrás de otro, un hecho inédito en la historia del ciclismo. Ya está entre los más grandes de siempre en esta carrera, y por la edad que tiene, puede llegar a ser el primero con cuatro mundiales.… Leer más

Hay Mundial

bergen2017-2-rr-v4Cuando en 1993 Noruega organizó el Mundial de Oslo, en el país apenas había tradición ciclista y la Federación nacional apenas contaba con 7 mil licencias. Al margen del exótico Dag Otto Lauritzen -que llegó a ganar en Luz Ardiden en el Tour 1987-, había poco más en el país. 24 años después el Mundial vuelve a Noruega, un país que ha adoptado el ciclismo como una religión, y por la vía más fácil: como hay compatriotas que ganan, todos se hacen aficionados al deporte. Sea el que sea.

Baste decir que el Tour de Francia no se empezó a retransmitir en directo hasta una fecha tan cercana como 1998, justo cuando una hornada de jóvenes noruegos (Kurt Asle Arvesen en ruta en 1997, y Hushvod en crono en 1998) ganaron sus Mundiales sub-23. Poco a poco, y enlazando después con los actuales Boasson Hagen y Kristoff, el ciclismo se ha consolidado como uno de los deporte favoritos de un país de cuatro millones de habitantes, y con muy poca representación internacional fuera de los deportes de invierno.… Leer más

Sagan deja un hueco irremplazable

Peter Sagan es un corredor único:  te puede rellenar las tres semanas de competición de una gran vuelta. Lo hace en las etapas llanas, lo hace en fugas, lo hace en sprints intermedios, y llega a la última semana con capacidad para seguir haciendo lo mismo, pero con montaña. También ayuda su faceta extradeportiva, quizás la más incómoda de un superciclista que al mismo tiempo es un personaje de sí mismo, quizás ya devorado por él.

Por eso mismo el genio de Zilina ha protagonizado las dos últimas etapas del Tour. Dos etapas auténticamente del Tour, con sus pros y sus contras: recorrido longilíneo evitando las grandes ciudades, fuga consentida, final programado. Ya nada se deja al azar, y precisamente Sagan es uno de esos pocos corredores que se saltan el guion, que improvisan cosas, que mejorar el nivel de cualquier carrera en la que participa, pero que ya no podrá hacerlo en el Tour.… Leer más

Un esloveno suizo

Un esloveno suizo

Tan mal lo deben de ver los propios organizadores que, apenas acabada la edición de 2017, ya están solicitando a la UCI adelantar una semana la prueba para que, en 2018, coincida en fechas con Dauphiné y tener así una mejor participación. Estamos hablando de la Vuelta a Suiza, durante mucho tiempo considerada -con razón- la cuarta grande, y que vive desde hace mucho tiempo en una zona de penumbra entre lo irrelevante y lo prescindible, que se deja ver en muchos aspectos.

El más evidente se supo en el momento en que se presentó el recorrido. Desde hacía muchos años había apostado por llevar la carrera a poblaciones pequeñas, algunas apenas aldeas, seguramente estafadas por el rimbombante y pasajero orgullo de tener un final de etapa. Acabada la gallina de los huevos de oro -y en Suiza saben de este metal-, la carrera ha dejado traslucir este año que no está muy boyante.… Leer más