Lo que queda del Tour (II): Dumoulin, un exciclista

Lo que queda del Tour (II): Dumoulin, un exciclista

Tom Dumoulin ha pasado a convertirse en un culebrón de sí mismo, con periódicas actualizaciones que inciden en una carrera a la deriva, postergada, y en visos del abandono definitivo. Estamos hablando de alguien que ha ganado etapas de alta montaña y cronos en el Tour, amén de haber sido segundo en 2018.

Y ni siquiera hace falta irse tan lejos: hace nueve meses terminó segundo en la cronoescalada a la Planche des Belles Filles, etapa que hubiese ganado de no haberse tropezado con un fenómeno inexplicable. Después salió en la Vuelta y parecía que iba a ser colíder con Roglic -al que ayudó a ganar su Lieja-, para abandonar en los primeros compases, simplemente diciendo que no estaba motivado.

No debió ir a mejor la cosa, porque en enero de este año, justo después de pasar por Bilbao a hacer las pruebas biomecánicas de Ion Iriberri, anunciaba que dejaba temporalmente el ciclismo.… Leer más

Ciclismo real (IV): Operación Sangrado (ha continuado)

El post de hoy es la continuación, un año después, de otro escrito con motivo de los primeros compases de la Operación Sangrado. Como el nombre indicaba, la hemorragia no se ha detenido y todavía la semana pasada un ciclista confesaba que también se había dopado dentro de esa red encabezada por el heredero del negocio de Matschiner, de HumanPlasma.

Era algo que se daba por descontado, dado que en las primeras audiencias del jucio que se celebra en Austria -donde el dopaje es delito penado con la cárcel, al revés que en nuestra España de presos políticos o gente enjuiciada por cagarse en Dios- ya se han celebrado, y en ellas figuraba un misterioso ciclista que había prestado declaración, y que no aparecía en la lista de los ya conocidos.

Una lista compuesta por mediocridades, eslovenos y ciclistas retirados, y donde el anónimo Pirming Lang encaja de pleno.… Leer más

Kruijswijk cruje a todos sus rivales en los Dolomitas

A Nibali le bastó un único ataque para quitar la máscara del Movistar, construida en torno a un corredor que siempre ha tenido problemas con los puertos de más de 2000 metros, y que con 36 años quería hacer como mínimo podio en su debut en la carrera. Un único ataque, y saltaron por los aires las aspiraciones -en orden decreciente- de la clasificación por equipos, la clasificación de la montaña, el liderato bicéfalo español-costarricense y, si acaso, una victoria de etapa para endulzar algo la eventualidad de quedarse sin nada.

Mediada la mitad de la etapa ideada para promocionar la Maratona dei Dolomiti -el equivalente en el ciclismo al Festival de los Monegros en cuanto a drogas se refiere- nada apuntaba a que se iba a vivir, con bastantes argumentos a su favor, la mejor etapa de montaña en una gran vuelta desde la del Galibier en el Tour 2011, hace cinco años.… Leer más