En la mejor tradición danesa
¡Era todo ilusión! En el ciclismo, siempre es así. El cambio de recorrido de la Lieja había desatado un sinfín de pasiones sobre una carrera que vivía encadenada al final de Ans y su desarrollo telegrafiado en el 90% de las veces que se había subido a la maldita cuesta final desde su introducción en 1992.
Aquella victoria de Dirk De Wolf -un don nadie, y aún así la mejor victoria del Gatorade ese año y el siguiente- fue todo un anticipo de lo que acabó siendo un hazmerreir donde un corredor como Valverde ha ganado cuatro ediciones, con once años de diferencia entre la primera y la segunda. O donde Vinokourov pudo comprar un gregario de un equipo rival por 150.000 euros para ganar la edición de 2010 y satisfacer su ego.
Esa era la Lieja, la carrera más entronizada por los aficionados que sólo ven ciclismo de grandes vueltas, porque era dura.… Leer más