La hipocresía de Aldag

El padre de Rudicio, modelo de Aldag

Rolf Aldag se despacha agusto en el Sueddeutsche Zeitung ante el conocido Andreas Burkett. El antiguo escudero polivalente de Ullrich (un percherón que tiraba en montaña y llano como un jefe de filas, y que la última semana del Tour se metía en escapadas a ver si sonaba la flauta), que después confesó su dopaje sistemático durante toda su vida deportiva y que, empero, era uno de los principales directores deportivos del superequipo HTC (doble campeonato del mundo en Copenhague, por ejemplo), ha tenido a bien desahogarse una vez fuera del mundillo.

Este es el requisito indispensable: se ve fuera y por eso raja. Cuando todavía estaba dentro, nada de nada, y cuando confesó públicamente su dopaje tampoco se vio especialmente perjudicado. Al igual que nuestro conocido y siempre recordado Igor González de Galdeano, cambió el sillín por el sillón del coche de equipo con una rapidez pasmosa, o vergonzosa si tenemos en cuenta su pasado.… Leer más

Esas pequeñas casualidades del ciclismo

Te quedan dos años sin maillot

Con la temporada prácticamente agotada, con la previsible carta de servicios de la Vuelta inmaculada (¡un saludo al héroe de Hautacam 2008, que ha vuelto a sortear todos los obstáculos!), un aparente hecho menor viene a confirmar lo que se venía apuntando desde las primeras pedaladas, allá por enero.

Primero, que el dopaje ya no existe. Murió de éxito, porque este año no ha habido positivos -aparte del idiota de Kolobnev– y previsiblemente no los habrá. De hecho, el post de hoy va de dopaje, pero no de positivos, y no me estoy refieriendo a Valverde, Basso o Ullrich, esos ciclistas tan vinculados al dopaje que, empero, jamás han dado positivo.

Y segundo, que hay una clara voluntad por parte de todos los organismos encargados de combatir el dopaje para que este desaparezca sea como sea, incluso pervirtiendo y conviertiendo en una ridícula farsa su función original, si es que algún día tuvo visos de llegar a algo.… Leer más

Tres etapas alemanas

Alemania, tierra de contrarrelojistas
Tres etapas seguidas, tres, para corredores alemanes en el Dauphinè de 2011, la gran carrera francesa que se disputa en junio. Considerando que Alemania actualmente no cuenta con ningún equipo profesional de entidad, y que Klöden lleva una temporada increíble -y lo que hará en Suiza, que empieza este fin de semana-, se puede decir que el ciclismo alemán goza de buena salud por encima su envidiable lucha contra el dopaje y de la razonable susceptibilidad de su público.

El miércoles se llegó a Lyon, la segunda ciudad francesa a orillas del Ródano, y los organizadores pusieron el final en cuesta, tras subir una serie de curvas de herradura que se afrontaron a una velocidad increíble. Fue bonito por diferente, y fue bonito porque Degenkolb, un ciclista con muchas más cualidades que la simple velocidad, enseñó su dorsal a todos los rivales con 22 años.

Es cierto que la nómina de sprinters en la carrera francesa siempre es muy reducida -el segundo fue Dumoulin-, pero también hay que saber ganar, y más en una llegada donde la colocación era fundamental.… Leer más