Primera vuelta para Carlos Rodríguez

La Vuelta al País Vasco se cerró en falso con una victoria neta de Juan Ayuso, en puridad su primera gran victoria, tras varios tiros al palo en pruebas equivalentes. En falso no porque el ciclista alicantino no mereciese la victoria, sino porque sus rivales, a los que jamás hubiese derrotado, se tuvieron que retirar por una brutal caída atribuible por entero a la organización.

Doce días se ha tirado en el hospital de Vitoria el ganador del Tour Vingegaard, y todavía hace tres días Stef Cras señalaba directamente a la organización; en los medios patrios, como apuntado en su momento, se ha optado por callar de la misma forma vergonzante que se callaba ante el dopaje, porque “en los otros países también se caen” (la fuerza de la gravedad es universal), pasando de puntillas por el lamentable hecho de que la curva estaba mal señalizada, y que una carrera ciclista jamás debería pasar por un firme así.… Leer más

Demasiado poco Giro

¡Qué duro es el Giro! Encerronas todos los días, todo el país es montañoso, les ha dado por poner los pueblos encima de colinas, y esa lluvia inclemente que les ha tocado este año ¡Qué duro es el Giro! Tanto, tanto, que todavía no ha habido ningún ataque entre favoritos, que ninguno de los diez primeros de la general ha ganado una etapa, y que esto es algo que se repite desde hace años.

En la previa de la carrera indiqué que todo se decidiría en el Monte Lusari, la cronoescalada en cuesta de cabras el penúltimo día, pero no imaginé que antes de ese día los favoritos no intentasen nada para ver cómo estaban. Y nada significa nada. Al menos, a diferencia de 2022, las etapas son entretenidas -siempre para la fuga-, y no hay un corredor de paja que se haya tirado diez días de líder.

Pocos fines de semana de alta competición ciclista más inanes que este.… Leer más

La montaña, la última semana

Cuando llegó el día de tomar la salida en la etapa reina del Giro de Italia, los ciclistas se plantaron. Vieron que llovía, que llovía como en toda la semana anterior, pero que esta vez tenían que pasar por encima de los 2000 metros, bajar, volver a subir, y se plantaron.

Nada nuevo, por otra parte. Los ciclistas siempre se plantan, lejos de la épica heroica de los que cuentan batallitas pasadas. En el Giro, una vez por año. Este año ya van dos, porque la etapa de Gran Sasso, por eso de que había nieve, también se hizo sin ningún ataque, y dejando llegar a meta a una fuga de relleno típica del llano.

Ya no hay jefes autoritarios y carismáticos del Giro que empujen por los hombros a los cabecillas del plante obrero-mafioso. Mauro Vegni, que tiene la típica cara de todos los estafados (Evenepoel ya se estará fundiendo la pasta que le ha sisado delante de su cara) es un espantajo no mucho mejor que Acquarone, y la carrera se dirige sin autoridad, con la gracia del que intenta pasar estas tres semanas de la mejor manera posible.… Leer más