Un año sprintando con el arcoiris
No hubo nada en el Mundial de Copenhague. Ganó el favorito único en la previa -y el que veía otros no había desconocía los últimos cuatro Tours, desde que en 2008 eclosionase el fenómeno británico- y una carrera llana y perfectamente controlada por el equipo del ganador, convirtió una de la mejores citas del año en una etapa de gran vuelta. Insulsa y ya vista.
Con un sol crepuscular, los más de doscientos ciclistas que disputaron el Mundial realizaron un ejercicio físico de menos de seis horas, a 45 km/h de media, y donde más de 100 entraron en tiempo del ganador, y más de 170 acabaron la carrera. Muchos de los que no lo hicieron fue por caída, no por un recorrido desasosegante.
La carrera resultante, dadas estas condiciones, fue así: la selección de Reino Unido controló la carrera -impresionante Wiggins en la última vuelta- y, a falta de un km.,… Leer más