Todo es Giro, todo es ciclismo

Metan a un puñado de los mejores corredores del mundo -un puñado pequeño, pero es lo que hay-, el recorrido adecuado en el país adecuado y sale ciclismo. La fórmula es tan fácil y tan antigua como el propio deporte del ciclismo, que sigue insistiendo en inventos cuando la receta es bien conocido.

Ha sido llegar la carrera a Italia y destaparse en todo su esplendor. El primer sprint en Fano fue para Cavendish, un paréntesis hacia el carrusel de los siguientes días: el viernes se llegaba a Porto Sant´Elpidio -el Giro sólo había estado en una ocasión anterior, con victoria de Cipollini (1992)- a través de la tradicional etapa por las colinas costeras de los Apeninos y llegó la fuga.

Fue una fuga dentro de una fuga, la tradicional exhibición de un Homo-Savio de cada Giro: corredores que a duras penas se pueden tener encima de la bici sin caerse, o circular en pelotón, y que todos los años tienen su momento de gloria en ese equipo apestoso llamado Androni, o Diquigiovanni, pero al que es mejor referirse como el “equipo de Savio”.… Leer más

“Cuando tienes una forma así, hay que intentarlo”

Al ataque

Hay gente a la que no le gusta el ciclismo, aunque viva de él. Ayer era el día de la Amstel Gold Race, y Enzo Vicennati -periodista de Bicisport, él mismo se define como mayor mérito como “amigo de Pantani”- suelta en twitter “¿dónde está la belleza de la AGR?. Únicamente curvas, ¿no hay nada más?”, secundado poco después por Alessandra De Stefano, la pizpireta periodista de la RAI.

Como al final ganó un italiano, supongo que se habrán tragado sus objeciones. Son italianos, se entiende. Lo del poco gusto por su profesión y el objeto de su trabajo ya no tanto. Y no fueron los únicos que ayer cargaban contra una carrera que resultó emocionantísima, simplemente había que esperar. Para eso hablamos de ciclismo, un deporte de resistencia. Por eso nos gustan las clásicas, las carrera más largas de la temporada. Saber esperar.

“Únicamente curvas”. Desconozco en qué circunstancia se formó la escapada del día, y si fue en una curva, pero llegó muy, muy lejos dando un añadido de emoción a la carrera holandesa.… Leer más

¡Con lo que nos hemos querido!

Esta imagen, de folklóricas a 60 kms/h, corresponde al Giro de 2008, donde Mark Cavendish le regaló la victoria en la meta de Locarno a su lanzador Andre Greipel, hasta entonces un no tan joven (26 años) sprinter alemán, de la categoría de los anónimos.

Basta dar un vistazo a su tabla de la imprescindible cqranking.com para ver el salto que dio entre la temporada 2007 y 2008, coincidiendo con la refundación del T-Mobile (del que ya no se acuerda nadie, aunque el HTC-Columbia sea su sucesor directo), la llegada de Zabel para asesorar en los sprints y la gestión americana del equipo, que cierra las temporadas con cifras de victorias más propias de un régimen comunista que de un equipo de ciclistas.

A esto ha contribuido mucho este nuevo Greipel, apodado Hulk por su marcada musculatura: en las dos últimas temporadas ha acumulado 30 victorias, incluyendo cuatro etapas en la última Vuelta.

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Garzelli vuelve al puestómetro

La última vez que Stefano Garzelli ganó una vuelta por etapas fue en 2004 en la Vuelta a Aragón. Consiguió la carrera, que ya no se disputa y nadie parece extrañarla, tras colarse en el sprint final y ganar por el puestómetro a Menchov, ante la expresión tonta del duo cómico de RTVE. Ahora tiene 36 años y medio, además de un pasado típico de alguien que pasó al profesionalismo a finales de los noventa.

Desde que fue expulsado del Mapei por un positivo mientras disputaba el Giro 2002 como líder y claro favorito al triunfo final (había ganado la etapa de Lieja, que por paradojas del destino fue para Santi Pérez, entonces en el Kelme) pasó a militar en equipos menores, salvo el bienio 2005-2006 en que compitió sin gran éxito en el Liquigas. Parece que era su lugar natural.
Y bien que se encontraba ahí. Con un nivel increíble para su edad, el ciclista calvo ha acumulado ¡20!
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Si se dopa el gregario…

El vodevil de la P-N y sus francachelas varias ha dejado en un segundo plano a la Tirreno-Adriático que, ofendida en su honor, también ha querido aportar su montaña de arena y roña al descrédito del ciclismo. Pasito a pasito, palada a palada, nos vamos poniendo bien cerquita del boxeo y de la WWF.

El sábado se llegó a Chieti en una maratoniana jornada de 240 kms. y seis horas y media en la bici, perfecto para el fondo de la Sanremo de dentro de una semana. Escapada de inicio y hete aquí que se mete Pozzato. Según contó al acabar la etapa, era la segunda vez que iba fugado en su vida y la primera vez que coronaba puertos en cabeza; también dijo que se había emocionado al pasar con el maillot de campeón de Italia por las zonas afectadas por el terremoto de L´Aquila. Genio y figura, ya les digo.
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