Engánchate a la Vuelta

No me gusta la Vuelta. No siento ningún vínculo especial con la carrera, la misma que ha coronado a gente como Horner o Álvaro Pino, la de Urdax y la de Guillén. Además, me pilla muy mal en agosto, han hecho una salida de Holanda que se han fumado a imitación de la Hungría y la de Dinamarca, y creo que muchas veces no es ciclismo de alta competición.

Que alguien que piense lo contrario rebata esto. Se hace muy cuesta arriba seguir la carrera en sus primeros compases. Ni los propios ciclistas lo hacen; o sea, no estamos hablando de las fugas de mierda que caracterizan las grandes vueltas por etapas, del prólogo extranjero de tres días o de otras cosas comunes con el Giro o el Tour: es que en agosto hay otras cosas que hacer. Los mismos ciclistas lo interpretan así.

Tres días en Holanda, con CRE incluída, la primera en una Gran Vuelta desde 2019, también casualmente en la Vuelta.… Leer más

¿Ganó la fuga al pelotón?

La historia es según quien la cuente. Si la expresión ya vale para interpretar la realidad común y existente, es aún más adecuada para el ciclismo, el deporte de las entretelas, lo que sucede detrás, y lo que no se ve. Oficialmente hoy llegó la fuga porque ganó al pelotón. En realidad no fue así.

El Giro se ha plegado y ya no programa en la última semana una etapa llana de gran kilometraje, tras el plante mafioso de Asti en 2020. Lo de hoy era una excursión de tres horas y media entre la Valsugana trentina y el Véneto, pasando del Brenta al Piave por zonas arrasadas hace cien años durante la Gran Guerra, reconstruidas, y ahora tecno-mecanizadas. Nada excesivamente bonito, porque la si lavora.

La fuga se formó de salida, y el Deceuninck y el pelotón se encargaron de que fuesen cuatro y solo cuatro: un Eolo intentó meterse y fue amenazado.… Leer más

Un Giro pobrísimo

Un Giro pobrísimo

Después de un comienzo de temporada espectacular -con algunas de las mejores ediciones de la historia en Itzulia o Tirreno, por poner un par de ejemplos-, había muchas expectativas depositadas en un Giro de Italia que tenía una participación sensiblemente mejor a la de otros años. Con más de la mitad de la carrera disputada, el balance no puede ser peor.

Etapas fumadas continuamente, etapas con prestigio histórico o sobrevenido regaladas a la fuga, continuamente ganadores que jamás habían ganado en una gran vuelta y, lo que es peor que todo, el pelotón deseentiendose continuamente, lo que explica los anteriores puntos. No hay hambre de ganar, y uno se pregunta de qué hay hambre. No de ciclismo, desde luego.

El insulto de la Ravenna-Verona se cumplió punto por punto, con imágenes del líder de la carrera riéndose y de charleta a 30 km. de meta. La fuga fue para los estajanovistas designados como tales, que un día tras otro se escapan sabiendo que jamás van a llegar: parece como si la victoria de Van den Hoorn el segundo día hubiese exorcitado al pelotón, y ahora es todo cuestión de pasotismo total, o jugar al gato y al ratón con los fugados.… Leer más