El ciclismo realmente existente (y III): Landis nunca estuvo en España. Ni siquiera en Girona.

Que se justifiquen ahora los que en algún momento creyeron los cuatro años de loca negación de la realidad de Landis. Los que creían que el día de Disneylandis era compatible con la historia del ciclismo, al menos esa que contempla que el gregario puede llegar a tener un día de furia mejor que el de los capitanes a los que servía.

No lo harán, claro, porque se sacan muy pronto los cadáveres de este deporte: hay que hacer sitio a los nuevos que entran y lo que diga Landis pues eso, ¿que se puede esperar de un mentiroso? Landis, tras su prometedor outing, sólo puede ser considerado un mentiroso por alguien que alguna vez haya creído en el, con las evidentes implicaciones que esto conlleva.

Resulta que entre los nombres citados por el corredor americano en sus últimas declaraciones y cartas hechas públicas (la UCI ha dicho que las pondrá en su página web: ya han pasado tres semanas y no hay ni rastro) se incluyen muchos corredores en activo o dirigentes con responsabilidades en el ciclismo.… Leer más

El ciclismo realmente existente (II): asumiendo el principio de “si no da positivo, no es dopaje”

¿Recuerdan el personaje que en la foto del post de ayer lanzaba infundadas acusaciones al glorioso campeón? ¡Maldito resentido! ¡Sólo porque le había birlado una etapa por la que primero le había pedido dinero para ganarla no se pueden decir esas cosas! ¡Y menos entre campeones! ¿Quien se creerá que es este Simoni?

Gilberto Simoni es una época. Y en el ciclismo esto quiere decir mucho. Siete veces en el podio del Giro, rara vez ha podido exportar sus resultados fuera de su país (una etapa en el Tour y dos en la Vuelta, pero jamás entre los diez primeros; un segundo puesto en Suiza, todo antes del 2003), cuenta con un positivo por cocaína en 2002 y en 1997, cuando corría en el equipo AKI, dio el primer campanazo colectivo que se recuerda por la tasa del 50%, siendo excluídos de la Vuelta a Portugal. Además, una vida deportiva en Lampre, Saeco, Saunier y Diquigiovanni, maravillosos equipos todos ellos donde, en un afán de solidaridad raramente explicable, en cuanto caía una oveja negra por dopaje, no tardaba mucho algún compañero en solidarizarse.… Leer más

El ciclismo realmente existente (I): Basso gana su segundo Giro sin haber devuelto el primero

Fotos como la de hoy son un tesoro. Aunque es de hace cuatro años, reflejan una época presente y un ciclismo que no cambia, y si cambia es para integrar en el sistema todo lo que primero expulsa, previamente digerido pero con las mismas manchas. Basso en plan caudillo saluda a su aficción tras ganar la etapa del Mortirolo del Giro 2006, mientras debajo Simoni habla con los periodistas y le llama dopado, bajo la metáfora de extraterrestre.

A Birillo le importa una mierda. Para él, salir guapo y hablar de su familia son sus principales preocupaciones. Ha ganado, y eso es lo que cuenta. Que diez días antes incautasen 4´5 litros de sangre suya en una serie de pisos-patera en Madrid le trae sin cuidado: ya se apañará algo. Y en cuanto a Simoni, son simples palabras, nunca podrá probar nada. El Giro es mío y nadie me lo va a quitar.… Leer más

Al final de la escapada

Cuando despertó, la bolsa de sangre todavía estaba allí. Hoy ha terminado la larga fuga de Alejandro Valverde que, como tantos otros ciclistas, negó la realidad aquel 22 de mayo de 2006 y, de una manera particular, se enzarzó en una batalla desigual con un resultado escrito de antemano.

¿Batalla desigual? ¿Era Valverde un indefenso deportista sometido a los embates de los intereses ocultos de fuerzas extrañas? No, desigual porque Valverde, a diferencia de otros compañeros suyos, siempre contó con el apoyo judicial, periodístico y político dispuesto a decir de todo con tal de hacer olvidar que había una bolsa de sangre que tenía el código 18.- Valv. (Piti).

Uno puede entender que una persona mienta si se encuentra en determinadas situaciones, pero que siga mintiendo con una prueba como una bolsa de sangre en su contra…si Valverde se metió en esa loca huida hacia delante fue porque tenía sólidas garantías que la compromedora prueba nunca saldría del limbo legal en la que se encontraba.… Leer más

¿Un Giro para la historia?

Otra vez que arrecian los elogios mayúsculos al Giro de Italia que acabó ayer. Por ponerles una muestra, el fotógrafo Graham Watson twiteaba ayer que era la mejor edición que había visto, y tiene unas veintipico a sus espaldas. Entre los aficionados también existe un amplio consenso sobre lo entretenido de la carrera. Yo no creo que haya sido para tanto.

Los últimos actos de un Giro sentenciado el viernes en la subida final a Aprica no fueron en absoluto para recordar. La etapa del Gavia y final en el Tonale fue para el suizo Tschoop del BBouygues. Se escaparon en el primer puerto Carlos Sastre y Vinokourov, para ser reintegrados en la subida al Gavia, un puerto que intentó coronar en cabeza el abuelo Simoni pero que el suizo de 27 años no consideró apropiado. En el descenso se dejó llevar hasta el grupo principal, concluyendo así su esperpéntica participación de última hora.… Leer más

Basso ya no es Birillo, es tentato Birillo

El sueño duró poco. En las primeras rampas del Mortirolo, en la misma zona donde Olano se quedó hace 16 años, Arroyo empezó a descolgarse del ritmo de los Liquigas. Bueno, sólo diez corredores aguantaron a rueda de la locomotora verde, guiada por Szymd y con Kiserlovski, Nibali y Basso. Un poco tremendo, pero un bonito homenaje de sus compañeros a Pellizotti. Con Arroyo sólo se quedó Urán, que fue marcando el ritmo de la misma manera que Gotti a Bugno en 1994: yo podría estar delante, pero aquí estoy con mi líder hasta que yo pueda ser líder.

Mientras por delante circulaba Garzelli, un corredor al que le encanta ir escapado, en el grupo de los favoritos el Mortirolo se iba cobrando sus víctimas: el siguiente fue Sastre. Después Vinokourov. No mucho después Evans. ¿Quien tiraba? Basso, y tras el sólo Scarponi y Nibali. A 40 kms. para meta Garzelli sólo tenía 1´30″ con Birillo, mientras Evans conseguía contactar intermitentemente con la maglia rosa virtual de tentato doping.… Leer más

Otra vez una maglia rosa española contra el Mortirolo

Quedan tres días para acabar el Giro -hoy bonita etapa a la vera del Lago di Garda, sprint para Greipel- y un corredor español cuenta con 2´27″ de margen para llevarse la carrera. Se llama David Arroyo y todavía tiene que encarar dos finales en alto y contrarreloj, además del paso por los cuartos de final del ciclismo español, el Mortirolo.

Este puerto ha quitado dos Giros a nuestros corredores; perdón, El Puerto ha impedido ganar un Giro a Induráin -se vació subiendo en 1994 y lo acabó pagando en otra subida antes de meta- y literalmente quitado un Giro a Olano, que tenía la maglia rosa a un día de Milán y que en el momento de la imagen de hoy se descolgaba de los favoritos tras haber subido el Gavia magníficamente.

Será la décima vez del Mortirolo, que se subió por última vez en 2008 en una vergüenza de etapa.… Leer más

Un ejemplo del ciclismo que cambia

 La etapa de hoy del Giro, considerada de transición, llevaba desde lo más profundo del Tirol italiano al Val di Sole, en sentido este-oeste. Se pasaba primero por la autopista que lleva a Austria para después encarar la subida al Paso delle Pallade. La escapada se formó mucho antes y contó de salida con 19 integrantes, ninguno excesivamente peligroso, ninguno excesivamente favorito.  Juego hecho al espectador para disfrutar de los paisajes y de las características de esta próspera zona gracias al cultivo intensivo de manzana.

Tras coronar el puerto se pasaba por el Val di Non, una fábrica a cielo abierto de manzanas: kilómetros y kilómetros de frutales, cajas de plástico apiladas, invernaderos y todos los pueblos con casas recién pintadas. Especializar a valles recónditos en una producción agrícola específica no es un invento nuevo (el famoso Valle del Jerte y sus cerezos, o los membrillos de Puente Genil, son planes desarrollistas del franquismo), pero en Italia han hecho de la manzana del Val di Non algo omnipresente en todos los mercados de Europa, vendiendo en muchas ocasiones por debajo del coste de producción.

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Corona para Garzelli, ciclismo limpio en auge

Hala, ya pasó el enésimo capricho de Zomegnan. Tras la edición de 2006, cuando no se pudo subir porque llovió, el empecinado italiano volvió a Plan de Corones en 2008 con una cronoescalada ganada por el señor de la foto, actualmente dedicado a sus labores por problemas de dopaje. Dirán lo que quieran, pero yo no veo mayor espectáculo en una cronoescalada de 24% de pendiente que en una del 13%, porque no creo que sea un ejemplo ver a profesionales pedaleando en el aire con desarrollos de 34×29.

Mañana leerán lo de “éxito” y “espectáculo”, pero desconfien: ni siquiera con la cutrez inenarrable de dedicar cada curva a campeones del ciclismo arbitrariamente escogidos (¿Anquetil? ¿Italia? ¿Cronoescalada? ¿y Fuente qué?) conseguirán que esta cuesta de cabras se parezca al Tour de Francia y particularmente Alpe D´Huez en nada: ayer había gente -una línea estrecha- desde el km. -7 a meta, antes no.

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¿Medir a Basso? Quizás no haya sido buena idea…

Los italianos han pasado de quejarse por no tener una etapa a ganar las cuatro últimas disputadas. El Liquigas, el equipo de Pellizotti, ha ganado las dos últimas, ambas de montaña y con dos corredores diferentes, que entrenaban con su compañero sancionado en Tenerife y Livigno. Graham Watson, conocido fotógrafo de muchos años, dice que este Giro ya está a la altura del de 1988 o el de 1994, cuando aún queda una semana. A mí me parece que todo es ciclismo mendaz y cínico, wrestling con la propaganda habitual.

El viernes se llegó a Cesenatico como homenaje a Marco Pantani, ciudadano italiano fallecido por sobredosis en 2004, cliente de Eufemiano Fuentes y cuya vida deportiva no admite ninguna aproximación racional. La zona también es escenario de la marcha cicloturista Nove Colli, por lo que tras lo de Strade Bianche (di merda) se puede afirmar que el ciclismo profesional está siendo superado por los que, desde el amateurismo, demuestran tener más vista para el negocio: mientras un pelotón profesional únicamente puede poner a 200 corredores, los organizadores de esas populares excursiones llegan a contar con 10.000

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