En estos tiempos de zozobra, tras un año de motores en la bici, sanciones por bolsas de sangre de hace seis años, clembuterol, etapas reinas resueltas con un apretón de manos, Birillo ganando el Giro y Mosquera casi la Vuelta, llega Óscar Freire y gana por fin la Paris-Tours.
Por fin porque en 2001 fue segundo, ganando el sprint del pelotón, ya que por delante las motos habían llevado a la victoria a Virenque. En 2004 y 2007 fue tercero, y el año pasado quinto. Era el único trofeo de sprinters que le faltaba, tras haber ganado Sanremo, Mundial, Gante-Wevelgem, Hamburgo y maillot verde del Tour. Es un corredor único y difícilmente repetible, un patrimonio del ciclismo mundial.
La carrera se disputó con un maravilloso sol otoñal y la eficaz realización de la televisión francesa. Año tras año, y nunca defrauda, una de las grandes citas de la temporada, aunque no lo vaya a leer jamás por ahí.… Leer más