Patético ciclismo de julio

El hecho de que Jasper Philipsen se haya desgraciado hoy, con abandono incluido, va a ayudar a camuflar que el pelotón se ha fumado la etapa. Estamos en el tercer día del Tour, y la Mafia que domina el pelotón ha decidido que no se competía.

El organizador, muy enfadado y haciendo gestitos con los puños, ha decidido no otorgar el premio de la combatividad, una medida contundente y equivalente al deeply concerned de la Comisión Europea. No había con quien: no ha habido ningún ataque, ninguno, y el pelotón ha circulado toda la jornada de manera compacta, ocupando todo el ancho de la calzada para que nadie saltase.

¿Toda la etapa así? ¡No! Tim Wellens ha atacado para pasar la única tachuela de la jornada por delante, y así librar a Pogacar del protocolo del podio de la montaña, puesto que el imbatible esloveno consiguió ayer -sin quererlo- ser líder de la clasificación.… Leer más

Una hora de lloros, mocos y presión

El esperpento anual de la Itzulia hoy se ha superado a sí mismo. Afortunadamente, no ha habido sangre de por medio (bueno, sí, pero no de esa que piensan),  y sí una situación de carrera que ha acabado anulando a la carrera en sí misma, que fue disputada y entretenida. 

Los favoritos se metieron en refriegas, con una etapa loca donde todos intentaron sus opciones. Quien sale más reforzado es Schachmann, que no coronó con los primeros el paso por Gainza, pero que se sabe el libro de ruta (guiño, guiño) y aprovechó la bajada para coger a la docena larga de corredores que coronó por delante suyo. 

En Lazkaomendi, una rampa indigna del ciclismo profesional, pues todos a retorcerse y hacer como que atacaban, pero que realmente era coger algo de distancia para no caerse. Por ahí pasó Contador en una de sus cuatro Itzulias ganadas, y ahí sigue su record de subida.… Leer más

Tristes campeonatos nacionales

Los campeonatos nacionales de ciclismo han ido a caer este año a corredores que distan mucho de ser los mejores del pelotón, y en muchos casos suponen una gran decepción. Siguen así una tónica marcada desde hace años, y acentuada en esta ocasión por las ausencias a última hora de los grandes campeones, en línea con la paranoia que recorre el pelotón.

Primero fueron los eslovenos. Roglic y Pogacar dijeron que no irían a intentar conseguir el entorchado, alegando la cercanía del Tour -todos los años se disputa en las mismas fecha- y unos riesgos que nadie puede ver en una carrera donde los ven como semidioses. Después fue Valverde, que ya ha elegido retirarse arrástrandose, aunque quizás la decisión fue hace tres años.

El último fue Van Aert, que ha aducido unas “molestias en la rodilla” para no salir en el campeonato belga. Con la excepción de la Momia Murciana, todos están llamados a ser máximos protagonistas en el Tour, donde podían haber lucido su maillot y dejar varias fotos históricas.… Leer más