Los amantes de Teruel
Miradas como esa no se las dedicaba ni Tristán a Isolda, ni Calisto a Melibea ni Marco Antonio a Cleopatra. Son miradas que reflejan una relación, mucho más que las palabras. Miradas de entrega, de sumisión, de absoluta confianza. Miradas de enamorados, en definitiva.
¡Ay! ¡Empero el destino es trágico! En tan exquisita relación, basada en el interés mutuo, hubo de cruzarse una malhadada operación judicial que dió al traste con la cenicienta. Unas bolsas de sangre, un nombre-código canino, unas cuantas llamadas teléfonicas y un fax muy comprometedor fueron a acabar con una relación excelsa y exquisita. Ruego que vuelvan a mirar la foto y analicen la mirada. Ya no se volverá a producir.
Ivan Basso lo dijo bien claro, poco antes del nefasto 22 de mayo. “Rijs es mi médico y entrenador personal, sabe todo sobre mí”. ¿Sabría los viajes a Madrid para conectarse a una máquina de mete-saca?… Leer más