Hasta Bergen ha fracasado
En un evento deportivo está la vertiente del espectáculo y también la del negocio. Sabemos perfectamente lo que sufren las grandes vueltas por etapas para sacar adelante este segundo aspecto, con la Vuelta rapiñando una salida de Nimes para compensar el presupuesto, o la reciente noticia de que el Giro 2018 saldrá de Israel, donde disputará las tres primeras etapas a un módico precio de 15 millones de euros -para un total de presupuesto de toda la carrera de 18 millones-.
El ciclismo, salvo en determinadas y reducidas regiones de Europa, no arrastra patrocinadores y flujos de dinero constante, y ni siquiera puede compensar por la vía de la venta de entradas, como hacen otros deportes mucho más minoritarios. El ciclismo es, en muchos casos, ruinoso, y ni siquiera el tremendo éxito de público del reciente Mundial de Bergen -se ha calculado que el domingo había 100.000 personas en el recorrido-, por no hablar de otros éxitos organizativos, ha cambiado esta tendencia.… Leer más