En el año V de la era A.C

Productos de la huerta murciana
En fin, otro año más con un titular clásico de este modestísimo blog. Ya el año pasado empezaba así. Vivimos en la época de A.C, y ni la conjura del solomillo puede hacer que el simpático corredor Alberto Contador Velasco deje de ganar en el 95% de los finales en alto que disputa,ni en el 95% de las vueltas por etapas en las que toma la salida.
Estamos, sin lugar a ninguna duda, ante un fenómeno paranormal. Como todos los años, está seis meses sin tocar la bicicleta, esta vez dicen que de manera inducida pero el año pasado fue lo mismo. Vuelve en febrero en la Vuelta al Algarve y acaba tercero en el final en alto, y cae al cuarto puesto final tras una crono discretita, aunque su mayor muñidor, creador de metáforas y coartadas lo calificó como una crisis de ansiedad, o estrés, o algo así, porque como ya dije en su momento, nada humano le derrota.
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Un brindis por la salud

ContadorconcopazorosaCuando Indurain participó en el Giro de 1992 también debutaba en la carrera, como Contador. A diferencia del madrileño, ya contaba con un bagaje de muchas grandes vueltas, y con algo en común: un Tour ganado. Sin embargo, el hombre que brinda con un extraño brebaje rosa está disputando ¡su tercera grande!. Y va camino de ganarla.

¿Estamos ante un fenómeno? Todo parece apuntar en esa dirección, la misma que indicó Bruyneel cuando dijo que podía ganar más Tours que Armstrong…Ya se verá. También Ullrich, precoz donde los haya, parecía predestinado a ganar mucho y muy extenso, y al final no fue para tanto. Lo que desconcierta de Contador es la cantidad de males que le aflijen: no ya el conocido cavernoma y el certificado médico que le permite tomar medicamentos contra la epilepsia diariamente -una historia que se está sacando a relucir muy poco durante este Giro-, sino su aproximación a la carrera rosa.… Leer más

Su majestad el Galibier

Ningún puerto es como el Galibier. El ciclismo, un deporte radicado esencialmente en Europa, tiene en este marco una subida excepcional, la única en el continente que se prolonga por casi 40 kms, hora y media de ascensión, para coronar a 2.600 metros, buscando el aire y el descenso que acaba de rematar al que se ha tomado a la ligera la subida al titán. En el Galibier se pueden ganar y perder Tours, sólo hace falta valientes.

Este edición de la carrera francesa, que fue presentada como “menos montañosa” –de la misma manera que la etapa de Tignes como la etapa reina de los Alpes-, cuenta con un elemento que garantiza el espectáculo. Los escaladores afrontan la montaña y no se encuentran con una contrarreloj hasta que se acaba la segunda semana. Como en 2003, cuando se subió Alpe d´Huez al cumplirse la primera semana. Los escaladores, por tanto, se ven hermosos en la clasificación, dominando como en los viejos tiempos, y ambicionan más y más.… Leer más