Hay Mundial
Cuando en 1993 Noruega organizó el Mundial de Oslo, en el país apenas había tradición ciclista y la Federación nacional apenas contaba con 7 mil licencias. Al margen del exótico Dag Otto Lauritzen -que llegó a ganar en Luz Ardiden en el Tour 1987-, había poco más en el país. 24 años después el Mundial vuelve a Noruega, un país que ha adoptado el ciclismo como una religión, y por la vía más fácil: como hay compatriotas que ganan, todos se hacen aficionados al deporte. Sea el que sea.
Baste decir que el Tour de Francia no se empezó a retransmitir en directo hasta una fecha tan cercana como 1998, justo cuando una hornada de jóvenes noruegos (Kurt Asle Arvesen en ruta en 1997, y Hushvod en crono en 1998) ganaron sus Mundiales sub-23. Poco a poco, y enlazando después con los actuales Boasson Hagen y Kristoff, el ciclismo se ha consolidado como uno de los deporte favoritos de un país de cuatro millones de habitantes, y con muy poca representación internacional fuera de los deportes de invierno.… Leer más