¡Abracadabra!
El pasado viernes el Consejo de Ministros acordó llevar a las Cortes la propuesta de Ley Orgánica para reformar en algunos aspectos el Código Penal. El texto, que había permanecido prácticamente inalterado desde la Restauración, ya fue modificado en 1995 y se presentó entonces como “el de la democracia”. Unos cuantos años después se modificará para (re)incluir cosas como la piratería, reclutar niños-soldado, delitos urbanísticos, regular restrictivamente el tercer grado para delitos concretos (pero no para los económicos) y, en fin, cualquier cosa digna de ser positivizada jurídicamente dentro de una lógica mediática, de oportunidad y vergonzosa. En diez años una nueva reforma, con lo que por entonces esté de moda: yo apuesto por el delito de cortar la conexión a Internet aún mediando impago. Total, acaban de establecer que es un derecho tener un mega de conexión…
En este reforma, de la que no se ha facilitado el borrador sino la nota de prensa, se ha colado un viejo asunto anunciado por Lissavetzky el pasado febrero, en un foro no precisamente político o parlamentario: el fraude en el deporte profesional será delito.… Leer más