“Siempre me han interesado las estadísticas y los récords, pero no los míos”

Así respondía Tadej Pogacar a una pregunta en la rueda de prensa tras ganar su tercer Tour de Francia. Le habían indicado que, con su liderato ininterrumpido desde la cuarta etapa, había sido el más constante vistiendo el maillot amarillo en los últimos 63 años, y si se arrepentía de haber cedido el liderato de la segunda etapa en favor de Carapaz.

“Quizás me interese por mis marcas dentro de 30 años, pero no ahora”. Puede ser. Para los que indicamos hace tiempo que corría contra la Historia resulta difícilmente creíble, especialmente por cómo ha preparado tres veces el Giro de Lombardía. Para ganarlo. El esloveno está dirigido por dos personajes que sí saben de estas cosas, especialmente Gianetti, uno que quedó transtornado en 1988, cuando acabó 5º en Mundial, y jamás pudo acercarse a algo ni mínimamente parecido, hasta que, con 32 años, descubrió la EPO.

De los asombrosos registros de Pogacar ya han hablado otros, solo indicaré algunos menos aparentes: este año, solo Narvaez (un día), y Bardet y Carapaz (un día cada uno) han conseguido vestir el maillot de líder en el Giro y el Tour, respectivamente.… Leer más

Ganar las tres etapas finales del Tour de Francia

Por si había alguna duda, Pogacar ganó las tres últimas etapas del Tour de Francia. Los más esperanzados albergaban alguna posibilidad en la primera etapa alpina (realmente, la segunda), por eso de que se subían tres puertos por encima de los 2000 metros, incluyendo el mítico La Bonette. La esperanza, además, la alimentó el equipo Visma.

Metió en la fuga del día a Kelderman y Jorgenson, sus mejores corredores cuesta arriba -cómo se ha extrañado en este Tour a Kuss, desaparecido toda la temporada-, por lo que parecía que se quería intentar algo, o el mítico morir matando que tan poco se da en el ciclismo. En la fuga, además, iban redomados buenos escaladores como Carapaz, Simon Yates, el almeriense Cristian Rodríguez o Hindley, este último agotado de tantos días en fuga en terrenos que no eran el suyo.

Daba igual quien fuese delante, porque el UAE no dejó irse a la escapada.… Leer más

Nueva humillación al ciclismo, y nueva humillación de Pogacar

Entre Grissan y Nimes la organización había programado lo que podía haber sido una etapa de ciclismo, con más posibilidades de ser una buena etapa de ciclismo -última semana, recorrido turístico atravesando pueblos, llegada a un sitio mítico- que una mala. Acabó siendo, por ¡sexta! vez en esta edición, en otra etapa fumada.

La etapa fumada es algo más, una nueva categoría en este deporte empeñado en llegar a su fondo y, en vez de remontar para salir del pozo, quedarse tendido en el lodazal de mierda, chapoteando. La etapa fumada no es ni etapa, ni competición: es una burla a los sitios por donde pasa, al organizador (que no dice nada y mantiene un silencio escrupuloso sobre el asunto) y a los espectadores.

No hubo fuga de salida. Tampoco ritmo alto. Cuando la Mafia del pelotón consideró conveniente, dejaron escaparse a un único corredor el Total Energies, solo uno para que no hubiese ningún contratiempo.… Leer más

Heliocentrismo

Duró muy poco la esperanza de la etapa de Le Lioran. Pogacar ha ganado las dos jornadas de los Pirineos, y de nuevo todo el ciclismo vuelve a orbitar en torno suyo. Un Rey Sol cruel que abrasa todo lo que le rodea, incluyendo el pasado y parte del futuro, y donde ya es inútil buscar adjetivos.

El adjetivo, en todo caso, es el refugio del pseudoescritor. Aquí lo que cuentan son los números, y han sido muy concluyentes: se irá desgranando a lo largo de este escrito, pero quédense con que vamos camino de la edición más rápida del Tour de Francia con una media de 42,628km/h en la dos primeras semanas. En total consonancia con lo que viene siendo la temporada de los records batidos y los registros inhumanos, reflejo, sin duda, de la buena salud de este deporte.

El sábado se había programado una llegada a Pla d´Adet, con motivo del 50º aniversario de su primera ascensión.… Leer más

El miedo cambia de bando

¡Pogacar! ¡Campeón del Giro con seis etapas ganadas! ¡Pogacar! ¡Incontestable líder del ciclismo que gana de febrero a octubre! ¡Pogacar! ¡Polivalente corredor que gana clásicas centenarias, recién creadas, vueltas por etapas, al sprint y en montaña! ¡Pogacar! ¡líder del Tour 2024 ya en la segunda etapa, e ininterrumpidamente desde la cuarta! ¡Pogacar! ¡Temblad!

Siendo todo esto cierto, todo, la realidad se empeña en ser terca y difícilmente manipulable. Pogacar es el Rey Sol, el corredor en torno al cual gira todo el ciclismo contemporáneo, pero Pogacar no es el mejor corredor del Tour de Francia. Tan pronto como se asuma, y los hechos están ahí, menos sufrimiento habrá por parte de sus seguidores.

La etapa de ayer pasará a la historia del ciclismo. No me gustan mucho estás hipérboles, pero cuando hay que usarlas es en días como el de ayer. Y pasará porque, como vengo insistiendo en este modesto espacio desde hace tiempo, la rivalidad Pogacar-Vingegaard lleva tres Tour de Francia consecutivos, y este en disputa.… Leer más

¿Son suficientes 1´15″ de ventaja? No

Ya ha pasado la mitad del Tour de Francia, y la diferencia a favor del aspirante sobre el vigente campeón es de 1´15″. Habrá quien considere que es apreciable, significativa o suficiente, y lo hará porque es Pogacar el favorecido, otro cuento sería si la diferencia fuese a favor de Vingegaard.

Pogacar es el que ataca. Me gusta hasta como definición, la verdad. Sus numerosos ataques, de los que hay un buen resumen en los dos últimos Tour perdidos o, sin ir más lejos, ayer mismo, raras veces producen algo en el Tour, salvo el entusiasmo de los comentaristas, exactamente igual que pasaba con el Clembutador post-sanción por dopaje.

Ataques que no van a ninguna parte, pero que lo intenta. Ajá. La actitud que se espera de los ciclistas, y que Pogacar interpreta de manera admirable y excesiva. A los hechos recientes me remito. Mitad del Tour consumido, únicamente un gran puerto subido, y la ventaja de Pogacar es de 1´15″.… Leer más

Pogacar tiene equipo (sic)

A relevos en el Galibier; si, la vertiente fácil (sic), pero a relevos para incrementar el ritmo, como un equipo de gimnasia perfectamente sincronizada. Así fue la etapa -un regalo de los organizadores al ciclismo, y ojalá vengan más así- de montaña ubicada en el cuarto día de competición, y así fue el resultado.

En meta Matxín, el ideólogo de la estrategia de hoy, decía que como había viento de cara, había pensando que la mejor táctica era esa: sin desgastar a ninguno de su equipo, que se fueran relevando en cabeza del exiguo pelotón, preparando el ataque del líder Pogacar….bien, ciclismo de CyclingManager, llevado a la práctica por un director que ya en el pasado ha ido al copo con varios corredores cuando precisamente lo necesitaba.

Esa es la situación ideal, plasmada parcialmente. Sin embargo, como siempre en este deporte, no fue todo así. En absoluto. La etapa salió a la perfección para todos los que viven de este deporte -una gran tiempo, una impresionante escenografía en el siempre vistoso Lautaret, un gran ritmo de salida-, y desde el inicio se vio que había elementos para un gran día.… Leer más

La envidiable buena salud del ciclismo

Se ve con cierta condescendencia a todos aquellos buenos aficionados del ciclismo que esperaban que, por el simple hecho de que el Tour saliese de Italia, el Grand Depart iba a ser diferente del danés o el vasco, por citar únicamente dos ejemplos recientes.

“Que la primera etapa es muy dura, que van a pasar cosas“, “que nunca antes había habido ocho puertos puntuables en la primera etapa”, y demás sandeces pseudoestadísticas que no aportan nada, porque las generan los mismos que viven de este circo. Son los mismos argumentos oídos sobre el viento danés, o las temibles rampas de garaje vascas, si las hubiera o hubiese.

Las grandes salidas solo sirven para promoción turística, nunca para la general, y en Italia no iba a ser diferente. Que la primera etapa fuese entretenida, la segunda mucho menos, y la tercera haya sido una auténtica montaña de mierda por parte de la Mafia del pelotón es algo que pocos pueden objetar.… Leer más

Mañana empieza el Tour

Dentro de las paradojas del ciclismo, es una burla que por cuarto año consecutivo el Tour de Francia se presente como un duelo entre Vingegaard y Pogacar. Ya no hay precedentes de tres Tour seguidos donde el primero y el segundo hayan sido los mismos corredores -con alternancia entre ellos-, como para tener que asumir un cuarto año con el mismo panorama.

Y, sin embargo, es así. Pogacar se presenta en la salida de Florencia como máximo favorito (incluyendo declaraciones fuera de tono sobre su estado de forma, matizadas al día siguiente con un Covid que nadie se cree), impulsado por sus propios números, y también por la legión de fans, atraídos por su indudable talento y por su carisma.

Pocos se acuerdan las opciones reales de Vingegaard, que ya fue el mejor en montaña en el Tour 2021, y ha derrotado claramente a Pogacar en el Tour 2022 (en montaña) y en el Tour 2023 (en montaña y crono).… Leer más

Roglic porque lo merecía

Ayer acabó un Dauphine pésimo, horrible en gran parte de los valores evaluables, y rescatado en el último momento por un final emocionante, en gran parte inesperado, pero que no compensa ocho días de competición especialmente descafeinados.

La carrera francesa, a veces bautizada como miniTour de Francia, tradicionalmente servía de prueba sobre los estados de forma de los aspirantes a la gran cita de julio; de aquí salieron burbujas como la de Iban Mayo, por ejemplo, y también trayectorias telegrafiadas como la de Wiggins y su trenecito, por poner únicamente dos ejemplos.

Este año poco se puede decir al respecto, dado que ni Vingegaard ni Pogacar han salido en la prueba, y que el resto de meritorios para el Tour de Francia han mostrado un nivel que únicamente arroja dudas sobre sus posibilidades reales, si las hubiera o hubiese.

Y después está lo otro, lo de siempre en el ciclismo.… Leer más