Un trabajo en Italia
La invitación de Astana al Giro estaba condicionada a la presencia de Contador, que disfrutaba de unas vacaciones en Cádiz cuando le dijeron que tenía que embarcarse para Palermo. Estas cosas de invitaciones a última hora condicionadas a la presencia de una figura tiene su aquel.
En 2003 la Vuelta invitó al Domina Vacanze a condición de que trajesen al campeón del mundo Cipollini. Dicho y hecho: llegó, se descolgó en la crono por equipos de Gijón que hacía de prólogo, cagó y meó en el hotel, y para casa. De Contador se puede esperar algo más, sobre todo por su ambición, aunque no es descartable que le pille una insolación (sic) como la que apartó al asturianín Jose Luis Rubiera la última vez que el Giro salió de Sicilia, en 1999. De momento, ya ha llamado a su asturianín particular para que le de palmas en la habitación, aunque ¡ay!,… Leer más