Al final se pudo disputar la etapa de circo-cross prevista en el Giro, una tónica de los últimos años. ¿Diferencias? Ridículas, como casi siempre que hay una etapa de este tipo. Tanta pendiente, tanta brutalidad, para que baste con poner un desarrollo adecuado y dar pedaladas en el aire mientras intentas que el manillar no se levante. El circo-cross. Los males del ciclismo son muchos. Infinitos, diría.
Ganó Simoni, como ya había hecho en 2003. Segundo Piepoli, del mismo equipo amarillo que sube y sube y sube. El primero consigue su primera victoria desde que está en Saunier, el segundo confirma que aquí hay gato encerrado: hagan autoexamen de memoria y recuerden las veces en las que un gregario que ha estado currando toda la etapa llegue con el jefe de filas a meta. Y no vale decir Lavaredo, que se trata del mismo. ¿Landis, Azevedo, Scarponi? Esos ni siquiera llegaron al sprint final, aunque anduvieron cerca ¿Zulle, Jalabert?
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